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Algunas calas de Marina de Cope son el centro de numerosos residuos.
Los invernaderos plastifican el Mediterráneo

Los invernaderos plastifican el Mediterráneo

Ambiente Europeo prepara un proyecto con la UMU y el Campus Mare Nostrum para evitar que los residuos del sector agrícola acaben en la costa de Marina de Cope

Juan Ruiz Palacios

Martes, 23 de mayo 2017, 21:57

«Más de 8 millones de toneladas de plásticos acaban en el mar cada año, lo que equivale a un camión cada minuto. Y nuestros océanos tendrán en la próxima década alrededor de un kilo de plástico por cada tres kilogramos de pescado. Y es que las basuras constituidas por plásticos son, con diferencia, el tipo más abundante. Entre el 60% y el 80% de las basuras marinas contienen este tipo de material». Así de contundente y preocupante es el reciente informe emitido por la Universidad de Deusto (País Vasco), en el marco de un estudio incluido en el programa 'Análisis, investigación y comunicación de datos', en el que ha colaborado la asociación Ambiente Europeo, aportando la información que lleva recopilando desde 2011 en las costas murcianas.

Precisamente estos datos de campo sobre basuras marinas han sorprendido a los investigadores, que no conocían la magnitud del impacto de la agricultura intensiva del Sureste español en la acumulación de plásticos que sufre el medio marino. Y fruto de las conclusiones extraídas por Ambiente Europeo nace ahora una nueva iniciativa, que ellos mismos impulsan, en la que trabajarán conjuntamente con alumnos del máster de Cooperación y Desarrollo Económico de la Universidad de Murcia (UMU), con el apoyo del Campus Mare Nostrum, y la colaboración del profesor de la UMU y premio Goldman 2010, Humberto Ríox Labrada.

El objetivo de este proyecto, en pleno germen, es buscar soluciones, a través de ideas innovadoras, para evitar que los plásticos utilizados en el sector de la agricultura acaben en las playas y en los fondos de la Marina de Cope; un paisaje único incluido en el espacio protegido del Parque Natural de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, que, paradójicamente, es donde han detectado los miembros de Ambiente Europeo que es más acentuado este problema.

La idea, detalla el director de Ambiente Europeo, Daniel Rolleri, es conformar «un grupo de trabajo para crear e implementar ideas innovadoras y soluciones alternativas al problema de los plásticos que genera la agricultura intensiva». Este experto en basuras marinas sostiene que presentarán «proyectos e iniciativas, con una línea de financiación de fondos europeos y a través de la Comunidad, para poder revertir este problema». Y puntualiza: «Queremos que los agricultores y diversos actores del sector público y privado tomen conciencia y que, juntos, busquemos soluciones desde el ámbito de la innovación».

Desde la asociación sostienen que, «por el momento, estamos diseñando el proyecto y hay aún muchas cosas por definir, pero todo lo vamos a enfocar para trabajar en la zona de Marina de Cope, cuyas playas y fondos están llenos de plásticos y microplásticos, muchos de ellos procedentes de la actividad agrícola».

Humberto Ríox Labrada será parte del equipo que busque solución a este problema. «Es necesario implantar iniciativas y medidas para regular los plásticos en la agricultura y evitar que terminen en los ecosistemas marinos», asegura.

Según exponen los especialistas en basuras marinas, «el uso de plásticos en la agricultura va en aumento, ya que los agricultores buscan acelerar los procesos de los cultivos y mejorar su productividad. Por eso, ya no se cuenta solo con el invernadero tradicional y los sistemas de riego por goteo, sino que hay más plásticos a ras de suelo». Rolleri lamenta que «la cantidad de estos materiales que vemos en las costas y los mares de la Región se debe a su gestión inadecuada», cuestión a la que están decididos a poner remedio.

La agricultura intensiva es un sector que genera basuras que, finalmente, acaban en el mar. «Es una fuente de residuos porque los agricultores utilizan gran cantidad de plásticos que van renovando constantemente. Tuberías de riego de PVC y sus conectores, válvulas, trozos de poliespán de las bandejas de los plantones, pinzas de silicona para injertos de tomateras, sujeciones de plástico y cordeles de nailon para las plantas... Esos materiales acaban en la tierra, la materia orgánica se degrada pero el plástico permanece ahí», explica el director de Ambiente Europeo. Y añade: «El problema es que, cuando llueve torrencialmente, el agua arrastra todo lo que hay en la tierra hasta el mar». Denuncia, asimismo, que «en Marina de Cope hay mucha dejadez y demasiada acumulación de plásticos relacionados con la agricultura. ¡Es una verdadera pena que un lugar tan bello esté así, porque el problema tiene solución!».

Pero las basuras marinas no solo afectan al medio ambiente, sino que su gama de impactos es muy amplia: la economía, el turismo, el gasto público, la seguridad en la navegación, la seguridad personal y hasta la salud se ven afectados. «La fauna marina está ingiriendo plásticos cuya toxicidad se acumula en la cadena alimenticia», denuncian los expertos.

Desde la asociación Ambiente Europeo aseguran que «se están desarrollando muchos proyectos con el sector pesquero para abordar el problema de las basuras marinas». Sin embargo, «no ocurre lo mismo con la agricultura, con un gran impacto sobre el medio marino que es necesario empezar a tratar, además de concienciar a este sector».

Un informe devastador

Esta organización lleva recabando datos desde 2011 sobre basuras marinas en distintos puntos de la geografía española. Con dichos informes y gráficos, la Universidad de Deusto ha elaborado y presentado recientemente una investigación en la que se aborda el impacto de las basuras marinas en términos globales. En los resultados del estudio, detallan que «el descenso del consumo de bolsas de plástico ha tenido un impacto directo positivo en la reducción de un 80% de este tipo de residuos en las zonas de playa y ribereñas en las que hubo limpiezas». Por otro lado, hace hincapié en que «el Parque Natural de Cabo Cope y Puntas de Calnegre es el punto, de los estudiados por Ambiente Europeo en el territorio español, donde se encontraron más basuras marinas por metro lineal de playa».

Además de los devastadores datos del texto de la Universidad de Deusto, que cifran en más de 8 millones de toneladas de plásticos las que acaban en el mar cada año y que en la próxima década el mar contendrá cerca de un kilo de plástico por cada tres de pescado, el informe incide en que hay que tomar las medidas necesarias. «Las empresas deben reducir el empaquetamiento que resulte innecesario y buscar materiales alternativos al plástico y sostenibles». También «se deben mejorar los sistemas de gestión de residuos y promover la inversión en I+D+I y en economía circular». El informe concluye, con contundencia: «Urge la coordinación de entidades públicas y privadas, nacionales, regionales y locales para impulsar proyectos relacionados con las basuras marinas, incluidas acciones de concienciación».

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