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Voluntarios de Ecologistas sin Fronteras de la Región y de Melilla trabajan en la reforestación de la zona del barranco del Nano, en Melilla.
La vida rebrota en el barranco del Nano

La vida rebrota en el barranco del Nano

El barranco del Nano, situado en el extremo noroeste de Melilla, es un lugar de 41,5 hectáreas cuyos terrenos fueron de utilización militar y que posteriormente quedaron completamente abandonados. Sin embargo, este paisaje hoy cuenta con más de 150 especies distintas que embellecen el lugar y que le han devuelto buena parte del valor medioambiental perdido en el camino.

JUAN RUIZ PALACIOS

Viernes, 17 de junio 2016, 09:54

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Ecologistas en Acción de la Región de Murcia colabora desde hace seis años en la regeneración de la Zona de Especial Conservación de Melilla, un espacio protegido que cuenta ya con más de 150 especies distintas

Ecologistas en Acción de la Región de Murcia colabora, cada año desde hace seis y mano a mano con los miembros de esta organización en Melilla, en la regeneración del barranco del Nano. Gracias a esta actividad, la población de especies protegidas como araar o ciprés de Cartagena ('Tetraclinis articulata'), jarilla cabeza de gato ('Helianthemum caput-felis) y jara de Cartagena ('Cistus heterophyllus') se ha visto incrementada notablemente. «Nos sentimos muy orgullosos», afirman desde Ecologistas Sin Fronteras de la Región.

Flora compartida

La regeneración de este monte comenzó hace diez años, cuando los miembros de Ecologistas en Acción de Melilla empezaron a realizar labores de limpieza y de plantación de especies autóctonas. «Queríamos hacer labores de reforestación y, cuando se enteraron nuestros compañeros de Murcia, se pusieron en contacto con nosotros para ayudarnos», explica Manuel Tapia, responsable de la organización en Melilla. Señala, además, la Región de Murcia «como un lugar que comparte muchas especies con Melilla, incluso protegidas».

El tesorero de esta organización en la Región de Murcia, Rubén Vives, asegura que «nosotros nos sumamos a ellos hace ya seis años. Todo empezó cuando nos enteramos de la situación por la que había pasado ese monte. Fue entonces cuando nos pusimos en contacto con ellos para colaborar». Y añade que «cada año mandamos materiales de cultivo y plantas cultivadas con semillas de allí. Es decir, las producimos en Murcia para que después se planten en el barranco del Nano. De esta forma, realizamos reforestaciones populares y el resultado que está quedando es un bosque realmente impresionante, bello».

La zona ya cuenta hasta con un invernadero donde siembran los plantones con los que luego seguirán reforestando. Según explica Tapia, «se trata de un terreno, de unos 2.000 metros cuadrados, situado junto al Río de Oro, que nos cedió la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y al que ahora le estamos sacando el máximo partido. Allí tenemos un invernadero y cultivamos cerca de una treintena de especies que posteriormente servirán para seguir regenerando el barranco del Nano».

Las campañas en este paraje, declarado Zona de Especial de Conservación (ZEC), comienzan en el mes de noviembre y finalizan en febrero. «Son meses en los que se trabajan todos los fines de semana», explica Vives. «Una de las cosas más curiosas es que la Región comparte la misma diversidad en las zonas de La Unión y Cartagena. Es uno de los motivos por los que tenemos una relación muy intensa con nuestros compañeros de Melilla», aclara Vives, que añade que los suministros que mandan al barranco del Nano «son muy difíciles de encontrar allí en Melilla, por lo que nos están muy agradecidos».

En total, son siete miembros de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia los que colaboran en Melilla. «Para nosotros es una labor muy importante, porque hace más de 500 años que el barranco perdió toda su belleza. De hecho, la gente no lo ha conocido nunca como está ahora, y menos aún en su estado original», confirma.

«Ver cómo el barranco ha ido creciendo, año tras año, no tiene precio, porque es un lugar espectacularmente bello que no tiene desperdicio». Además, los miembros de esta plataforma en Murcia se encargan de eliminar especies de flora exóticas invasoras, como gandul, acacias, dientes de león y eucalipto».

En el barranco del Nano hay acebuche ('Olea europaea'), algarrobo ('Ceratonia siliqua'), palmito ('Cocos nucífera'), lentisco ('Pistacia lentiscus') y sabina ('Juniperus sabina'). Y también hay araar, jarilla cabeza de gato y jara de Cartagena, además de otras tantas especies que, año tras año, se van repoblando y hacen que el barranco del Nano se vuelva a convertir en un lugar bello, único.

«Hay más voluntarios»

Según explica Tapia, Ecologistas sin Fronteras de Melilla cuenta cada año con más voluntarios que deciden colaborar en las labores de reforestación del melillense barranco del Nano. «Nos hemos dado cuenta de que el número de voluntarios aumenta, sobre todo, para trabajar los fines de semana de la época de lluvia, que es cuando repoblamos el monte», señala. Según explica, «gracias a nuestros compañeros de Murcia hemos conseguido llevar a cabo un trabajo mucho más serio que cuando empezamos con este proyecto, porque colaboran en todo lo que pueden y más. Y encima respetan el medio ambiente por encima de cualquier otra cosa. Es un lujazo», concluye orgulloso de cómo progresa el proyecto.

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