Los murcianos hincan el diente a los postres

El paseo Alfonso X el Sabio alberga uno de los establecimientos más concurridos de Murcia, sobre todo por las tardes. Godis Dulce Poder surgió en 2013 para dar respuesta a los clientes que demandaban una experiencia gastronómica basada en el 'postreo', tal y como lo definen sus promotores, Encarna Fernández (experta en marketing) y Roberto Ros (arquitecto y MBA). «Desde el comienzo hemos recibido un aluvión de fans a los que hemos llamado 'GodisLovers', ya que se han convertido en verdaderos peregrinos semana tras semana», aseguran con satisfacción. De su amplia y variada clientela, se aprecia un repunte de mujeres a partir de 25 años.

La cálida acogida del público registra largas colas de espera en la puerta, una imagen que se repite constantemente, más aún los fines de semana, de ahí que la empresa haya desarrollado un sistema de reservas a través de la web y la 'app' e incluso ampliado la superficie del local hasta en tres ocasiones.

En este sentido, Godis Dulce Poder prevé la inauguración de un segundo 'restaurante de postres' en Murcia, concretamente en la calle Pintor Villacís, más conocida como calle Correos, que, además, será la unidad piloto que próximamente se extenderá fuera de la ciudad gracias a la fórmula de franquicias.

«Este nuevo local representa el culmen de años de experiencia, en el que hemos intentado plasmar un lugar aún más acogedor, con una decoración muy impactante y novedosa, una renovada carta de productos con mucho color y frescura, además de una ubicación y luz natural inmejorables», explica Ros, quien adelanta que la apertura está prevista para finales de este mes, y «ya tenemos reservas hasta enero».

Godis Dulce Poder combina los principios de la pastelería clásica, como las masas de los crepes, tortitas y gofres, con las técnicas y productos más vanguardistas, entre ellos el nitrógeno líquido, mouse, flores comestibles o espumas. Eso sí, el proceso de elaboración es puramente artesanal y al instante. Por ello, la marca está construyendo un obrador propio donde se producirán las materias primas que surtirán a la red de establecimientos bajo el régimen de franquicias que se abran en cualquier punto de España.

«Hasta el momento, tenemos una multitud de inversores interesados en todo el territorio nacional, aun sin haber lanzado la campaña de publicidad», indica Ros, al tiempo que revela que «la primera fase contempla la apertura de entre cuatro y cinco locales en el Sureste, desde Valencia hasta Almería». «Estamos muy orgullosos de ser murcianos y de la tierra de la que siempre hemos pensado que goza de un talento y una creatividad excepcionales», añade.

Todo gira alrededor del café. Un techo de cafeteras italianas a modo de lámpara, un equipo humano integrado por baristas (lo que el sumiller es al vino), una carta elaborada con la materia prima de plantaciones seleccionadas... En Café Lab todos los elementos (decoración, mobiliario, personal y producto) están perfectamente combinados para generar una experiencia atractiva que conquiste al cliente nuevo y atraiga al que ya lo ha visitado.

Conseguir esa sensación requiere de protocolo. Por ejemplo, para preparar un expreso, el barista debe graduar el punto de molido, al menos, dos veces al día para que el consumidor aprecie su sabor, matices y propiedades, puesto que la humedad del entorno puede desvirtuar estas notas. Otro detalle que marca la diferencia es la colocación de tarjetas informativas en las tazas que hacen referencia al país de origen del café, la región concreta y el caficultor o cooperativa, el modo de procesado, la puntuación otorgada por especialistas y sus características organolépticas. Incluso la galleta de cortesía que acompaña a cada pedido tiene su posición ya determinada. Para ello, la entidad imparte cursos de baristas a los trabajadores antes de ponerse detrás de la barra, con la finalidad de que adquieran todas las competencias que engloban el concepto de Café Lab.

De este modo, acerca al consumidor final una nueva forma de degustar, respetar y poner en valor esta bebida, y lo hace por partida triple en la Región: dos locales en Cartagena (calle Carmen Conde, abierto en octubre de 2015, y calle Intendencia, que el próximo 30 de noviembre cumplirá su primer aniversario) y otro en la Plaza de los Apóstoles de Murcia, desde noviembre de 2016. Tienen en común espacios de cafetería, aulas de formación y tienda para la venta de la gama de Cafés Bernal, la empresa matriz que surgió en 1974 como tostadero de la mano de Francisco Bernal, padre de la actual generación.

«El balance está siendo muy positivo y ha superado nuestras expectativas», asegura el CEO de Café Lab y maestro tostador de Cafés Bernal, Fran Bernal, quien recuerda que la idea originaria de este proyecto era una prolongación del negocio familiar para enriquecer al cliente con curiosidades de su producto estrella, el cual procede de distintos países en función del volumen de producción de pequeños caficultores de Burundi, Etiopía y El Salvador, entre otros, a los que la empresa compra la materia prima para después tuestarla en sus instalaciones de Cartagena.

La carta de Café Lab es amplia y variada, lo que invita a ir y volver más ocasiones para saborear sus propuestas, desde los cafés exclusivos hasta los zumos, infusiones, refrescos ecológicos, cerveza artesanal, batidos, tostadas, yogures, tartas y otros dulces. Aun así, incorpora continuas novedades para seguir sorprendiendo a su heterogénea clientela, que la integran desde pandillas de adolescentes hasta los más cafeteros, con referencias tan originales como el Frapé de Asiático o el Golden Latte, elaborado con bebidas de cúrcuma y avena.

Aparte de saborear el café, la marca también enseña al público a distinguirlo. Así, tiene programado un ciclo de catas hasta final de año en el establecimiento de la calle Carmen Conde, cada jueves. Las inscripciones son gratuitas, en persona o por teléfono, y el aforo es limitado. Los participantes aprenderán a diferenciar una variedad comercial de otra de especialidad, incluidos los descafeinados, y comparar tanto un mismo café preparado de distintas formas como los países de procedencia.