Empresa familiar, protagonista de la recuperación

Asociado a ese drama, nos encontramos en mitad de una crisis económica que vuelve a llevar al límite a empresas y familias. Y cuyas consecuencias, si no se gestiona de forma correcta, vamos a tener que arrastrar durante mucho tiempo.

Si cuando las circunstancias son favorables las empresas familiares son la principal locomotora del desarrollo social y económico, en un contexto adverso como el actual somos la referencia fundamental. Prueba de ello, es que las compañías miembros de Amefmur -la asociación celebra este 2021 su 25 aniversario siendo una de las más importantes y con mayor trayectoria del país- han desempeñado una función imprescindible.

O los muchísimos ejemplos de iniciativas desinteresadas y solidarias impulsadas por todas ellas. En este sentido es digno de aplauso y gratitud toda la energía desplegada por tantos empresarios familiares para ayudar a solventar tantos problemas como esta pandemia está generando en tantos ámbitos de la vida ciudadana. Ojalá contribuya a que el conjunto de la sociedad valore la ingente contribución que aportan las familias empresarias para facilitar un desarrollo sostenible e inclusivo.

Pero nuestra implicación va más allá y estamos decididos, como ha ocurrido en otros momentos de nuestra historia, a convertiremos en la clave de la reactivación. No podía ser de otra forma cuando en la Región representamos el 92% del tejido empresarial y el 85% del empleo privado.

Nuestro colectivo no es ni mucho menos ajeno a la realidad, pero las situaciones difíciles las afrontamos con un especial grado de responsabilidad. Esto nos lleva a tomar decisiones pensando en el largo plazo, en nuestro compromiso con el lugar en el que hemos nacido y en el que desarrollamos nuestra actividad y a ser muy consecuentes con nuestros empleados y colaboradores.

Nosotros, como el resto del tejido empresarial, estamos preparados para hacer nuestro papel. Pero, para ello, necesitamos que en las decisiones que las administraciones tomen en el ámbito de sus competencias nos tengan en cuenta. Queremos aportar y ser escuchados. Nadie como nosotros, que lo vivimos en primera persona, sabemos qué se necesita.

Por tanto, debemos ser foco principal de todas las iniciativas que se pongan en marcha pensando especialmente en aquellos sectores más afectados, como el Horeca o el del automóvil. En esa línea y en el caso de la hostelería, al menos en nuestra comunidad, tenemos que agradecer a Croem y al Gobierno regional que hayan sacado adelante dos planes de ayudas.

Hay aspectos que son esenciales. Por un lado, impulsar la colaboración público-privada planteando fórmulas que permitan aprovechar con mayor eficiencia los recursos disponibles. Hemos demostrado solvencia y responsabilidad social y tenemos mucho que aportar en este campo como ha quedado demostrado en el desarrollo y producción de las vacunas.

Por otro lado, una situación adversa no puede solucionarse elevando las cargas tributarias. Las empresas necesitamos facilidades, no obstáculos. Por eso, debemos mantener la regulación tributaria, especialmente en la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones. Eso es clave. No podemos dar pasos atrás en medidas que se han demostrado tan justas como eficaces.

Además, hay otras cuestiones que son esenciales como impulsar herramientas para proteger el empleo, adelgazar la Administración Pública y abonar todas las facturas pendientes, agilizar los ERTEs, eliminar burocracia y plantear la reindustrialización para no depender tanto de terceros países.

Nos enfrentamos a una situación nunca antes vista y son muchos los interrogantes que tenemos por delante. Pero hay cosas de las que podemos estar seguros y una de ellas es que las empresas familiares seremos protagonistas de la recuperación.