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Interior de BAR Taberna de Ideas, con un diseño del estudio murciano Número 26. David Frutos
En busca del bienestar del trabajador

En busca del bienestar del trabajador

Las empresas aplican distintas medidas con una visión integral y flexible para mejorar el ambiente laboral y, a su vez, garantizar los niveles de productividad

BENITO MAESTRE.

murcia

Jueves, 11 de abril 2019, 01:15

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Un empleado contento es más productivo. De esta máxima son cada vez más conscientes las empresas, que adoptan distintas políticas para fomentar un ambiente motivador, cooperativo y sin restricciones. Se trata de un concepto muy americano que en España y más concretamente en la Región ya se estila. Eso sí, cada caso lo amolda a su manera. Lo de disponer de billares, videoconsolas, gimnasios, espacios con sofás... está muy asociado a Google y demás compañías de Silicon Valley, pero los más de cien trabajadores de la veintena de entidades instaladas en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia (Ceeim), salvando las distancias, comparten ciertos equipamientos. Para muestra, el futbolín que hay en la sala de descanso y que los empleados utilizan para matar el tiempo libre, desconectar y estrechar lazos.

De este modo se consigue aportar dinamismo y buen rollo a los lugares de trabajo. Aun se podría incentivar esta corriente con una decoración original, tal y como sucede en BAR Taberna de Ideas, un estudio murciano especializado en estrategia y comunicación gastronómica. La oficina presenta un diseño -hecho por la firma Número 26- que incluye piezas de cocina con una finalidad totalmente distinta al arte culinario. Por ejemplo, unas vitrinas para exponer proyectos y una olla de la tatarabuela de José Ángel Cuenca, socio del estudio, colgada en una de las paredes, sostenida en las asas por dos manos de maniquíes y serigrafiada con la palabra 'ideas'. «Queríamos expresar desde dentro nuestra especialización a los clientes que nos visitan y pasan por delante de nuestro local», asegura Cuenca.

El esplendor puede agrandarse con medidas como jornadas flexibles, teletrabajo, promoción de las mujeres y conciliación familiar. Esta última, precisamente, es uno de los principales caballos de batalla para los padres y madres, quienes tienen que lidiar con las agujas horarias para cumplir con las obligaciones en el trabajo y el hogar. Hay empresas en las que el turno de entrada está establecido a las 9.30 horas para que sus empleados puedan llevar a sus hijos a los colegios y otras que disponen de centros infantiles propios. Es el caso de Fama Sofás, en Yecla, que tiene un espacio que por la mañana es guardería para niños de hasta tres años y por la tarde ludoteca para jóvenes de hasta doce. 'Fama-Pekes', como así se llama el servicio, cuenta con 200 metros cuadrados repartidos entre patio y aula con espacio común, habitación, cocina y cambiador.

Un entorno original y dinámico influye en el rendimiento del equipo humano

Las oficinas creativas, hasta hace bien poco, eran más propias de las empresas de tecnología, arte y entretenimiento. Ahora, esta tendencia se ha extendido al resto de campos. En cada proyecto, los arquitectos interioristas tienen la misión, más allá de impregnar de estilo cada rincón, aportar funcionalidad a través de elementos que no solo den ganas de entrar sino también de quedarse en su interior.

Respetando la identidad de cada empresa como punto de partida, los especialistas proyectan cada espacio en función de las actividades a realizar y, al mismo tiempo, dando pie a la comunicación entre los miembros, el trabajo en equipo y los tiempos de esparcimiento. En BAR Taberna de Ideas, sin ir más lejos, hay una mesa alargada con seis puestos compartidos para que todos los ocupantes compartan opiniones y haya un flujo de información sin barreras. Esta interacción también se consigue con las salas abiertas, polivalentes y vivas, como las tonalidades de las paredes y resto del mobiliario.

Todas estas ventajas se encasillan dentro del conocido 'salario emocional' que las compañías aplican para mejorar el bienestar y la calidad de vida de su capital humano, que prefiere recibir mayores prestaciones en el tajo que tener un sueldo desorbitado, que ya no lo es todo. A esta corriente se pueden acoger desde multinacionales hasta pymes, porque el tamaño, en este asunto, importa poco.

Sobre este asunto se han pronunciado los 'millennials', quienes no incluyen el ganar mucho dinero entre sus principales aspiraciones. Ellos, los nacidos entre 1982 y principios de los 2000, han introducido un cambio de paradigma en el mercado laboral: sus intereses apuntan más hacia buscar una mayor proyección de su carrera, trabajar en compañías con responsabilidad social corporativa y tener mejor calidad de vida. Este grupo de población se caracteriza, además de tener una buena formación, por ser nativos digitales, participativos, exigentes y comprometidos.

La mayoría de los 'millennials' usan las redes sociales para encontrar nuevas oportunidades y se estima que acapararán más de un 70% de los nuevos empleos que se generen en España en los próximos años ligados a la economía digital. Para ello, este colectivo debe aprovechar la experiencia de la Generación X (los nacidos antes de 1981) y ésta, recuperar la ilusión de los más jóvenes.

La era digital, a su vez, ha traído consigo un nuevo modelo organizativo, la 'redarquía'. Se caracteriza por que las decisiones se toman en un contexto de colaboración entre los miembros (que están en el mismo nivel) para fomentar la creatividad e innovación, alejado del poder unidireccional de un superior frente a sus subordinados, lo que se conoce como jerarquía clásica.

Participación, transparencia y cooperación son los pilares que sustentan esta estructura flexible, en la que no se imponen obligaciones ya que la capacidad de decisión de cada empleado viene determinada por su talento y el valor añadido que puede aportar.

Pero un modelo no sustituye al otro, es decir, la 'redarquía' no se carga a la jerarquía. Lo recomendable es coordinar los valores de ambas estructuras con el fin de crear un modelo adaptado a las compañías del siglo XXI, para que sean competitivas y al mismo tiempo colaborativas.

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