Nuestra agricultura merece respeto y futuro
OPINIÓN ·
Como directora de la Fundación Ingenio, quiero manifestar aquí por qué el miércoles, 16 de febrero, estaré recorriendo las calles de Murcia junto al grito de auxilio unánime de los convocantes de la manifestación en defensa del agro murciano quienes, hartos, cansados y olvidados, entonaran un pacífico ¡basta ya!Natalia Corbalán
Lunes, 14 de febrero 2022, 11:19
Si queremos garantizar un sector primario plenamente sostenible para toda la cadena de valor, garante de lo más valioso que podemos tener como país: la soberanía alimentaria; si queremos evitar que nos alimenten países terceros de dudoso rigor en lo que a controles sanitarios se refiere y no dar lugar a quedarnos hipotecados a intereses geopolíticos que usarán como moneda de cambio algo tan trascendental como la alimentación, son motivos de gravedad suficientes como para que toda la sociedad alce la voz el próximo miércoles, 16 de febrero, pidiendo a nuestros responsables políticos un ¡basta ya! al maltrato sistemático a una actividad invisible y que sin embargo es esencial en nuestro desarrollo como sociedad. Una actividad de la que depende la subsistencia y la salud de todos: la agricultura.
El conjunto de los bienes y servicios utilizados por los agricultores en su actividad se encareció de forma desmedida con respecto al mismo mes del año anterior, generando una asfixia sin precedentes. La electricidad se encareció en un 270%, los fertilizantes entre el 239-307%, los carburantes en un 72,74%, el abono en un 150%, el plástico en un 46%, la maquinaria entre el 10-20%, los fitosanitarios en un 48%, las semillas en un 19%, el agua en un 33%, los costes salariales en un 29,7%. Con esta escalada de precios nuestros agricultores son héroes, créanme.
Estos datos no son simples cifras o fríos porcentajes. Estos datos son la alarma que nos debe alertar de que lo más valioso está en serio riesgo de ser destruido, y es por ello que debemos actuar como sociedad y exigir con más fuerza que nunca un férreo ¡basta ya!
«Los políticos olvidan que la agricultura requiere un trato legislativo estable»
Los políticos se mueven en el corto plazo y olvidan que la agricultura requiere de un trato legislativo estable que lo proteja del albor de la oportunidad de unos y otros. El sector agroalimentario, a la vista está, ya no les aporta mucha bendición, es invisible, así que legislan sin contar con él. Es lo más frustrante, que después de demostrar (la pandemia fue el mayor exponente de lo que afirmo) que es un sector eficaz, competitivo, sacrificado, competente, capaz de suministrar sin rotura de stock, se dicten normas que le cambian la vida sin contar con él.
Las sociedades desarrolladas están acostumbradas al sobreabastecimiento 24 horas ,7 días a la semana los 365 días al año. Los supermercados son esos espacios mágicos donde nunca falta nada, disponen de verdura y fruta fresca todos los días del año; carnes, pescados y un sinfín de referencias de alimentos que llenan los lineales colmando nuestros deseos cual varita mágica, y lo mejor de todo, a un precio más que asequible (¿o es que acaso no ponemos el grito en el cielo si encontramos la lechuga 30 céntimos más cara?)
¿Alguno de nosotros se ha parado a pensar qué hay detrás de cada tomate, lechuga, pimiento, o barra de pan? Pues detrás hay miles de agricultores, miles de familias que necesitan que se las permita trabajar en condiciones óptimas, como a cualquier otro sector productivo. El sector primario ya tiene suficientes problemas para lograr unas precios equilibrados para los consumidores al mismo tiempo que tiene que abordar las exigencias del mercado, como para soportar amenazas tales como la falta de una renta digna (producen por debajo de los costes de producción); la falta de precios justos; la competencia desleal por la entrada de productos de países terceros (y aquí como muestra el drama de la naranja valenciana); la inseguridad de recursos como el agua (y aquí la gravedad de la reducción del Trasvase Tajo-Segura); la carestía de los recursos energéticos y demás insumos; los abusos de la distribución; la llamada fiscalidad verde o la insuficiente Ley de la Cadena Alimentaria. Sumamos y seguimos, ¡hay muchos más!
Solo la agricultura del Campo de Cartagena representa el 8,5% PIBpm regional, el 37% PIBpm de la comarca y genera 47.385 empleos a tiempo completo. En la industria agroalimentaria representa el 28,3% del empleo y es responsable del 32,5% de la producción. Nuestro sector primario es esa primera pieza del dominó de cuya estabilidad depende que el resto de industrias auxiliares se mantengan en equilibrio.
'Si el Campo no produce las ciudades no comen' y 'sin ganadería ni agricultura comeremos basura' serán solo alguno de los eslóganes que veremos y escucharemos el próximo el 16 de febrero recorriendo las calles de Murcia. Ese día todos debemos ponernos por unas horas en la piel de las gentes del campo, de esas actividades milenarias procedentes del mundo rural que son el sostén del mundo urbanita, ese otro mundo de asfalto que imparablemente crece en detrimento de la España vaciada o más bien olvidada.
Solo el hombre es capaz de caer en la torpeza de morder la mano que le da de comer. ¡Pongámonos en la piel de los miles de agricultores y ganaderos por unas horas! y que cada uno lo haga por los motivos que considere justo defender. Hasta por el propio egoísmo de mantener sus neveras llenas ¡únanse! Ayudemos a estas personas, abuelos, padres, madres, hijos... a que nunca más se vean obligados a entonar un desesperado, resignado e injusto ¡basta ya!
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