Gastronomía de la tierra... y el mar
Un presente personalizado exige tocar la fibra sensible del agasajado. Los productos que conquistan por el paladar son una referencia siempre
S.Triguero
Jueves, 18 de diciembre 2014, 00:18
Hay ciertos sabores que despiertan grados de emoción y satisfacción inimaginables, e incluso algunos remueven la memoria hasta llevar a quien los prueba a su infancia o juventud; sabores que recuerdan episodios felices de una vida, encuentros imborrables e imperecederos, alojados en algún rincón de nuestro pensamiento... recuerdos que se disparan cuando ese bocado acelera nuestras neuronas. Ese reencuentro es mágico, y por eso entre los regalos más apreciados y que más pueden sorprender en estas fechas navideñas están aquellos que despiertan estos instintos, porque son presentes personalizados, porque son emocionalmente perfectos.
Muchos de esos bocados gastronómicos de efectos placenteros tienen que ver de alguna u otra manera con sabores genuinos, tradicionales, de los que despiertan eso que llaman nostalgia por un pasado que se fue pero que recuperamos a golpe de paladar. Y curiosamente muchos de ellos están relacionados con productos de la tierra, aquellos con los que uno ha crecido y convivido, o aquellos que algún día probó en algún remoto lugar y desde entonces nunca más volvió a saber. Recuperar esa sensación vivida entonces no tiene precio.
Ese reencuentro es posible en forma de regalo en estas fechas navideñas. Una opción más que interesante llega de la mano de Aperitivos El Vinagrillo (calle Canales, 20), una pequeña tienda que da sentido a la sensibilidad culinaria, donde es posible reencontrarse con el sabor más tradicional del mar adquiriendo mojamas, huevas, bonito o atún de hijada, productos todos ellos procedentes de Salazones Garre, quien hace pervivir estos sabores desde San Pedro del Pinatar.
Otro regalo gourmet que no pasa desapercibido por el intenso sabor que desprende y que es capaz de trasladar al comensal a la misma Italia es el queso de trufa de Moliterno, que logró la medalla de plata al mejor queso del mundo, y que también puede encontrarse en El Vinagrillo.
Para redondear la clase magistral gastronómica nada mejor que un buen vino, además personalizado bajo el nombre de Edulis, el caldo de la casa que comercializa El Vinagrillo con etiqueta propia, todo un referente procedente de las mejores viñas de la DO Rioja, un crianza 2011 que se vende a un precio especial en estas fechas navideñas y con el que es fácil acertar cuando se trata de regalar.
El Vinagrillo además ofrece la posibilidad estos días de disfrutar de una copa de champán francés sin tener porqué comprar una botella entera, probar sus ya legendarios vermuths o perderse en su mar de aromas entre embutidos, quesos franceses, holandeses, italianos, ingleses o asturianos, o las siempre demandadas conservas.
El mar está muy presente en todos los productos que ofrece Ricardo Fuentes (calle Canales, 6), muy reclamados estos días por quienes aprecian el inconfundible sabor de bocados suculentos comos los que ofrecen sus delicatessen, entre las que se encuentran las huevas de mújol, la siempre recurrente mojama -también comercializada en lonchas-, la sabrosísima hueva de atún de almadraba, la exquisita maruca o el bonito entero. Productos de calidad que se convierten en un acierto seguro a la hora de regalar, en primer lugar por el factor sorpresa que desencadena, y en segundo porque el mar, tan cercano y tan nuestro, cuenta con un poder culinario evocador ante el que resulta imposible resistirse. Lo dicho, acierto seguro para paladares exigentes que disfrutan con los sabores de la tierra... y el mar.