Vox desconfía de un PP dividido en cuatro
El partido de Abascal afirma que no sabe a qué atenerse ante los populares por las diferencias de actuación de los barones
Más allá de la teatralidad propia de cualquier negociación, el nuevo presidente de la Comunidad Valenciana, Juanfran Pérez Llorca, fue investido el 27 de ... noviembre, a la primera y sin sobresaltos, con el apoyo de Vox. Al partido de Santiago Abascal le valió con que Pérez Llorca pronunciase un discurso duro con la inmigración irregular, contrario al Pacto Verde europeo y en el que reclamaba «obras hidráulicas de gran calado», en la línea del pacto presupuestario que habían alcanzado con Carlos Mazón unos meses antes, en mayo, para otorgarle su confianza. «Usted tiene la oportunidad de apoyarse en Vox para dignificar a los valencianos desde la lealtad y el amor a nuestra patria. Vox le tiende la mano y le ofrece un camino», dijo el portavoz de los de Santiago Abascal en Les Corts, José María Llanos, tras la intervención de Pérez Llorca.
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El PP de la Comunidad Valenciana es un partido con el que Vox se entiende sin demasiada dificultad. Ocurre lo mismo con el PP de Murcia. Es el Partido Popular con el que los de Santiago Abascal pueden pactar, pero en su sede de Bambú critican que no sea el único el PP. De hecho, cuando hacen cuentas, les salen hasta cuatro PP diferentes, y en Vox lamentan que no saben a qué atenerse cuando les toca sentarse a negociar unos Presupuestos o más incluso, un Gobierno, como muy probablemente les ocurrirá después de las elecciones en Extremadura.
Precisamente la comunidad extremeña es el ejemplo del PP con el que Vox ve muy difícil llegar a acuerdos. En cualquier foro, Abascal no pierde oportunidad de atizar a la presidenta de la Junta, María Guardiola, a la que llama «la portavoz azul del socialismo en Extremadura» y a la que acusa de haber convocado elecciones anticipadas por no haber aceptado, para tener Presupuestos, los mismos postulados que Pérez Llorca no tuvo problemas en asumir en la Comunidad Valenciana. En este PP del que Vox se siente muy alejado también está Juanma Moreno, al que Abascal considera «el continuador de las políticas del PSOE en Andalucía».
Por eso, en Bambú instan al líder nacional de los populares, Alberto Núñez Feijóo, a que ponga un rumbo claro, según reclaman, en la dirección del partido para saber si pueden llegar a ser compatibles. «Ahora mismo son el ejército de Pancho Villa», ironizan desde la cúpula de Vox, donde creen que el PP «ya no es un partido nacional, sino 17 proyectos con 17 baronías», un reproche con carga de profundidad, ya que durante mucho tiempo fueron los populares los que acusaron al PSOE de ser eso, un partido de baronías. «Está muy claro: si el PP quiere tener nuestro respaldo en el futuro, que mire a Valencia», apuntan las fuentes voxistas consultadas.
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«Las tomaduras de pelo»
Las advertencias de Vox, repetidas semana tras semana por todos los dirigentes nacionales, ya se han cobrado nuevas víctimas. La presidenta de Baleares, Marga Prohens, sufrió el martes una sonora derrota al no poder aprobar los Presupuestos de 2026 después de que Vox le negara su apoyo con el argumento de la «mala gestión». «Las tomaduras de pelo tienen un límite», zanjó la portavoz de Vox en el Parlamento balear, Manuela Cañadas. Hace un mes, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también tuvo que renunciar a su objetivo de aprobar las Cuentas del próximo año, pero en el caso de esta comunidad, las próximas elecciones (que probablemente se celebrarán en marzo) han disparado la tensión entre ambas formaciones.
Vox sitúa en ese PP indeciso de Feijóo contra el que apunta a Jorge Azcón, que gobierna Aragón en minoría y necesita los votos de la derecha radical. Azcón sopesa ya abiertamente convocar comicios anticipados si no consigue sacar adelante los Presupuestos. «Si quiere evitar las elecciones, solo tiene que sentarse a negociar con nosotros los mismos puntos que a su partido sí le han gustado en Valencia. Y si no quiere, ya sabe que a nosotros nos encantan las elecciones», reta un alto cargo de la formación de Abascal.
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Los dirigentes de Vox presumen de anteponer sus principios a cualquier tacticismo. «Por decir determinada cosa podemos perder votos en una comunidad autónoma o ganarlos en otra, pero no nos pasa como a otros, que su guía es sacar un escaño más o menos. Los españoles saben que nosotros tenemos un mensaje único y eso no va a cambiar», subrayan, y destacan que con esta línea de actuación no les va nada mal. «Aunque no le damos demasiada importancia a las encuestas, todas coinciden en que subimos de manera muy notable. Pero es que además, lo vemos en la calle. Llenamos en todos los sitios y a Abascal le reciben a lo grande allí donde vamos», presumen en Vox, donde al hacer recuento de todos los PP a los que dicen enfrentarse, añaden una cuarta categoría: «También está el PP que tiene mayoría absoluta y que no solo no hace ni caso, sino que nos lo pone lo más difícil posible, en alusión al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Pero quién sabe, quizá en el futuro también nos necesitan donde ahora no quieren saber nada de nosotros».
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