Borrar
Ábalos, a su llegada a la clausura del XIV congreso del PSC. Marta Pérez / EFE

El PSOE urge a ERC a cerrar un pacto ya porque el tiempo corre en contra de la investidura

Los republicanos insisten en que no tienen prisa y avisan de que el acuerdo todavía «está lejos»

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 15 de diciembre 2019, 15:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Este es el momento y no sé si habrá otros momentos». José Luis Ábalos apretó de esta manera a Esquerra para cerrar cuanto antes un acuerdo para facilitar la investidura de Pedro Sánchez con su abstención. El ministro y secretario de Organización del PSOE no entiende la poca urgencia de los republicanos para sellar un pacto porque a medida que pasa el tiempo las circunstancias internas y externas juegan en contra del acuerdo en ambas formaciones.

Ábalos es uno de los personajes clave en las negociaciones, además de contar con la absoluta confianza de Sánchez. Desde esa posición de privilegio, emplazó hoy a Esquerra Republicana a que desista de introducir nuevas condiciones en cada reunión, una estrategia que, a juicio de los socialistas, no hace más que demorar el entendimiento. «La habilidad en la política consiste en saber identificar cuándo se presentan las oportunidades» y, subrayó, ese momento «es ya».

El número tres del PSOE intervino ayer en Barcelona en la clausura del XIV Congreso del PSC, que reeeligió a Miquel Iceta primer secretario del partido con una mayoría aplastante. Ábalos estaba incómodo con unas declaraciones del vicepresidente de la Generalitat y líder 'in pectore' de Esquerra, Pere Aragonès, publicadas hoy por el diario 'La Vanguardia', en las que afirmó que el acuerdo con los socialistas está «lejos», pero que no por ello su partido va a cambiar de estrategia para acercar posiciones. «Quien tiene prisa -afirmó en la entrevista- es el PSOE, no nosotros».

Las negociaciones tienen muchas aristas, y una de ellas es que Esquerra, en palabras de Aragonès, quiere llegar a un pacto «no para resolver la investidura, si no para empezar a resolver el conflicto político entre Catalunya y España». Un planteamiento que, según Ábalos, es «un absurdo». No conduce a nada, apuntó el secretario de Organización del PSOE, «empeñarse en poner condiciones sobre lo previo», sobre todo cuando son asuntos «importantes que no se resuelven de un día para otro». La investidura en sí, resumió, no va a resolver mucho, pero «es el paso necesario para abordar (después) el diálogo».

Los socialistas pretenden alcanzar un acuerdo sobre la investidura con el compromiso de que el Gobierno se sentará a continuación en una mesa de diálogo con los representantes de la Generalitat para abordar el «conflicto político o de convivencia», para Ábalos es igual un término que otro.

Esquerra no comparte ese enfoque porque teme que una vez que concedan la abstención de sus 13 diputados para la investidura, Sánchez puede olvidarse de las promesas y si te he visto no me acuerdo. Por eso quiere un pacto documentado, detallado, con calendario y garantías de su cumplimiento. Y eso no se acuerda de un día para otro.

El paso del tiempo

El problema, según el análisis socialista, es que el paso del tiempo juega en contra del acuerdo. En el caso del PSOE existe el temor de que las quejas internas, hasta ahora acotadas a los presidente de Aragón y Castilla-La Mancha, alcancen más volumen. El entendimiento con los independentistas es un asunto que levanta ampollas en amplios sectores del partido, ahora adormecidos en aras de la investidura y la gobernabilidad. «Hasta Susana Díaz se ha convertido a la plurinacionalidad», ironizaba un miembro de la ejecutiva federal en referencia a la conocida postura antinacionalista de la líder del PSOE andaluz. Es que «no hay alternativa» si los socialistas quieren gobernar en coalición con Podemos, apuntaba otro dirigente.

Pero es que además de la tensión interna, los socialistas se enfrenta a presiones externas para que se desprendan de Esquerra y busquen un acuerdo con el PP y Ciudadanos que desbarataría, a su vez, el acuerdo que trabajan en paralelo con Podemos.

También Esquerra puede acusar el desgaste del paso del tiempo ante el estrecho marcaje al que le somete Junts per Catalunya y el fantasma del adelanto electoral en manos de Quim Torra. Los republicanos aspiran con esta negociación a ocupar el espacio central del independentismo, pero Carles Puigdemont no está dispuesto a ceder ese espacio sin resistencia. La amenaza del expresidente catalán de dinamitar el acuerdo y endosar a Esquerra el papel del traidor a la independencia está ahí.

Los republicanos necesitan por tanto exhibir algún triunfo como resultado de la negociación. Los socialistas se resisten porque, argumentan, no pueden ir más allá de la adquisición de compromisos al estar el Gobierno en funciones.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios