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La declaración de la infanta Cristina, uno de los momentos más esperados.
Los quince hitos del 'caso Nóos'

Los quince hitos del 'caso Nóos'

Los once años pasados desde el estallido de la investigación han estado plagados de sobresaltos y vaivenes inesperados

Melchor Sáiz-Pardo

Viernes, 17 de febrero 2017, 00:26

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Desde que en enero de 2006 estallara el caso Nóos tras la denuncia pública de los socialistas baleares, este asunto ha vivido inmerso en sobresaltos y vaivenes inesperados. Sorpresas como la imputación de la infanta, el estallido del caso Ausbanc-Manos Limpias en pleno juicio, la irrupción de los mails contra Zarzuela o el divorcio entre Castro y Horrach han provocado una montaña rusa judicial que hoy acaba con la sentencia más esperada.

La denuncia

16 febrero de 2006

El diputado socialista Antoni Diéguez denunció en una rueda de prensa el elevado coste del Illes Balears Forum que el Gobierno de Jaume Matas había adjudicado al entonces desconocido Instituto Nóos, que presidía Iñaki Urdangarin. El marido de la infanta se había llevado 1,2 millones por este encuentro, a pesar de que presidía una institución sin ánimo de lucro.

El convenio

Primavera de 2010

La denuncia de Diéguez pareció caer en el olvido hasta que un convenio entre el Gobierno balear y el Instituto Nóos para organizar por 1,2 millones de euros, el primer Illes Baleares Forum, que el fiscal Pedro Horrach encontró por casualidad entre una montaña de papeles que nada tenían que ver con la futura investigación. El fiscal no dio crédito cuando apareció el nombre de Iñaki Urdangarin.

La confesión

11 julio de 2011

Fue el primer interrogatorio de Diego Torres, la persona que aparecía como responsable de Nóos en el convenio. Ni el fiscal Pedro Horrach ni el juez José Castro esperaban nada de esa declaración. Sin embargo, Torres, ya enemistado con Urdangarin, decidió tirar de la manta. Reveló que el exduque se lucró de los contratos con las administraciones balear y valenciana a través de su sociedad, Aizoon, y admitió que el marido de la infanta usaba su posición en la Casa Real para conseguir contactos con los responsables políticos.

El harakiri

25 y 26 de febrero de 2012

En su primera declaración ante el juez como imputado, Urdangarin, que volvería a declarar un año después, no reconoció nada. Es más, se esmeró en presentarse ante el juez como una víctima de Diego Torres, al que prácticamente culpó de haberle embarcado sin saberlo en la trama societaria que tenía el Instituto Nóos para desviar dinero público a sus bolsillos privados. Fue, su harakiri judicial. Había declarado la guerra a su exsocio.

La venganza

Abril 2012-abril 2013

El interrogatorio de Urdangarin desató la venganza de Torres en forma de siete andandas de mails comprometedores para, en teoría, probar que la Casa Real estaba al corriente de todo lo que se cocía en el Instituto Nóos. En aquellos correos, otrora imposibles de airear, incluso se apuntaba la intermediación de don Juan Carlos a favor de su yerno ante la princesa Corinna. Esos mails pusieron en el centro del huracán judicial a la Zarzuela y a varios de sus altos cargos como el conde de Fontao, asesor legal del Rey, o al entonces secretario de las infantas Carlos García- Revenga. En aquellas correspondencias electrónicas también se apuntaba que Cristina de Borbón echó una mano en alguno de los negocios de su marido.

El gran giro

Finales de 2012

Los mails de Torres al principio parecieron un mero intento por empantanar el proceso involucrando a la Casa Real, pero lo cierto es que poco a poco el mensaje de que la infanta estaba vinculada a las corruptelas de su marido fue calando en los juzgados de Palma, y en particular en el juez Castro. Sorpresivamente, en cuestión de unas semanas, el magistrado, que hasta entonces había rechazado los intentos de Manos Limpias de meter en el caso a la hija del entonces jefe del Estado, decidió apuntar contra ella. Y llegó el día, aquel 3 de abril de 2013, en que imputó a Cristina de Borbón por haber ayudado a su marido a ganarse a las autoridades para conseguir contratos públicos.

El divorcio

Inicios de 2013

La decisión de Castro de señalar a la infanta provocó otra gran sorpresa: el "divorcio" de facto entre el magistrado instructor y el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, una pareja que durante la última década y trabajando casi como una única persona, había sido el terror de los corruptos de Baleares. Horrach descartó, a pesar de los mails y los informes que apuntaban a que la exduquesa se había beneficiado del dinero de Aizoon, cualquier responsabilidad de la mujer de Urdangarin. Su tesis, mantenida hasta ahora, es que jamás supo nada de los negocios de su marido. Es más, que él casi se aprovechó de su personalidad bondadosa. Su postura, muy cercana a la de los abogados defensores de la infanta, le valió pasar en cuestión de días de héroe a villano.

Las exculpaciones

23 febrero 2013

Fue la vuelta a los juzgados de Urdangarin. Ya ni siquiera trató de defenderse como la primera vez. La estrategia de los correos electrónicos le había pasado factura y dejado en una situación de difícil defensa procesal. Todos sus esfuerzos fueron para tratar de alejar a la Casa Real del foco del proceso para y, sobre todo, tratar de exculpar a su mujer, sobre la que pendía la espada de Damocles de la imputación.

El camino

7 de mayo de 2013

Al principio pareció una victoria judicial de la infanta, pero en realidad fue su perdición. La Audiencia Provincial de Palma de nuevo dio la campanada. Suspendió la imputación de la exduquesa por las acusaciones relacionadas con su participación en el Instituto Nóos, pero al mismo tiempo abrió la caja de los truenos al señalar al instructor el camino que debía seguir para llevar a la hermana de Felipe VI al banquillo: colaboradora de un delito fiscal por su ayuda para que su marido defraudara con Aizoon más de 337.138 euros a Hacienda en 2007 y 2008.

El paseíllo

8 febrero 2014

Diez meses le costó al juez interrogar a la infanta, quien contra viento y marea se negaba a hacer el paseíllo y que recurrió y torpedeó, con la ayuda de la Fiscalía, todas las resoluciones para llamarla a declarar. Hasta que se rindió ante la evidencia de que la Audiencia Provincial le iba a obligar a dar explicaciones de todos modos. La exduquesa hizo el paseíllo, pero poco más. Sorprendentemente, la primera mujer de la Familia Real española con licenciatura universitaria (y máster internacional) se refugió tras el papel de esposa ignorante y dedicada a cuidar de sus hijos. Cristina de Borbón fue un frontón durante seis horas y media. Llegó a responder con 569 evasivas a las demandas de información.

El desenlace

22 diciembre 2014

Las elusiones de Cristina indignaron al instructor, que ya para entonces había abierto una gran investigación fiscal para acorralar a la infanta, con la oposición frontal de Hacienda y Anticorrupción. El 25 de junio de 2014, Castro concluyó el sumario. «Hay sobrados indicios de que Cristina de Borbón y Grecia ha intervenido, de una parte, lucrándose en su propio beneficio y, de otra, facilitando los medios para que lo hiciera su marido», fue una de sus frases en el escrito que le acusaba de colaborar en dos delitos fiscales y el blanqueo de capitales de su marido. La sorpresa, de nuevo, la dio el 7 de noviembre de 2004 la Audiencia Provincial al quemar la última tabla de salvación de la exduquesa y confirmar definitivamente que debía ser procesada por los fraudes al fisco, aunque no por lavar dinero. El 22 de diciembre de 2014, el juez Castro envió al banquillo de manera irrevocable a la hermana del actual jefe del Estado.

La confirmación

Enero de 2016

La Audiencia Provincial celebró una vista previa para decidir, entre otras cuestiones, si Manos Limpias podía sentar, sin el apoyo de la Fiscalía, a la infanta Cristina en el banquillo. Horrach, la Abogacía del Estado y la defensa de la hermana del Rey se aliaron para tratar de convencer de que a la exduquesa había que aplicarle a doctrina Botín, según la cual no puede acusarse de un delito fiscal si la Agencia Tributaria (Abogacía del Estado) no se sentía perjudicada por el supuesto ilícito. El 29 de enero, la sala desoyó esos argumentos y ordenó a la infanta sentarse en el banquillo para responder como cooperadora necesaria de los dos delitos fiscales de su marido. Manos Limpias ganaba la batalla y reclamó 8 años de cárcel para la infanta.

La declaración más esperada

3 de marzo de 2016

Tras unos días de infarto y de continuos cambios de calendarios, la tarde-noche del 3 de marzo de 2016, el tribunal llamó a declarar a la infanta. Cristina de Borbón solo estuvo 24 minutos en el estrado y solo respondió a su densa. La imputada se refugió tras la ignorancia para no reconocer nada ante el tribunal del "caso Nóos". Sostuvo que jamás se interesó ni le informó a su marido del día a día de Aizoon, la empresa que comparte al 50% con Iñaki Urdangarin y que, supuestamente, fue usada para desviar a sus bolsillos 923.049 euros de dinero público y defraudar a hacienda más de 337.000 euros. «Mi marido y yo no hablábamos de esos temas», de los económicos, resumió con cierta displicencia. «¿Por que no le preguntaba?», le inquirió su abogado. «No procedía. No eran temas que me interesase hablar con él. En esos años nuestros hijos eran bien pequeños y estábamos muy ocupados».

El caso Ausbanc-Manos Limpias

15 de abril de 2016

Ese día, la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) desató la operación que acabó con la detención de la cúpula de Manos Limpias y Ausbanc. Sus directivos, todavía hoy, estan acusados de liderar una trama conjunta -y mucho más amplia que el caso Nóos- dedicada a la extorsión de directivos bancarios, empresarios y otros ciudadanos. La Fiscalía les acusó y continúa haciéndolo- de haber intentado extorsionar a la infanta, reclamando tres millones de euros a cambio de sacarla del banquillo. Tras esta redada, que coincidió casi con el ecuador de la vista oral, Horrach reclamó al tribunal sacar de inmediato del proceso a Manos Limpias y a la abogada Virginia López-Negrete, pero el tribunal se lo negó. En septiembre, ya acabado el juicio, el juez Santiago Pedraz terminó imputando a la abogada por los supuestos chantajes al BBVA.

La sentencia

17 de febrero de 2017

Once años y un día después de que estallara el caso y un año, un mes y seis días después de que comenzara el juicio, el tribunal del caso Nóos notifica la sentencia.

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