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ÁNGEL ALONSO
YECLA
Sábado, 17 de marzo 2018, 11:44
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Hay un dicho que bien se puede aplicar a Pedro Arcas: genio y figura hasta la sepultura. El presidente de la Asociación Regional del Mueble y la Madera (Arema) deja el cargo que ha ostentado durante los últimos casi tres años. La razón de su marcha un año antes de que termine su mandato es que va a pasar mucho tiempo fuera de España en nuevos proyectos empresariales con los que quiere seguir haciendo grande la compañía que dirige. «Eso me impide pasar el tiempo que la asociación se merece. Si uno está en un sitio debe estar con todas las consecuencias y últimamente me ha sido imposible». Ese es el motivo que comentó a los miembros de su junta directiva el pasado miércoles cuando anunció su marcha.
Es el momento de echar la vista atrás y hacer balance de lo logrado y lo que se ha quedado pendiente. Aquí Arcas es crítico consigo mismo: «Hemos avanzado en bastantes temas pero no hemos sabido hacer entender a las pequeñas empresas que la asociación está para defenderlas. Y no haber tenido más velocidad en algunos asuntos». Sin duda, uno de los retos más importantes de su sustituto será aumentar el número de asociados lo que permitirá a la entidad tener más fuerza reivindicativa.
Arcas cogió Arema en 2015, en pleno agujero de la crisis más profunda que recuerda el sector. «Hemos pasado unos años muy duros. Afortunadamente lo estamos dejando atrás con mucho sacrificio de empresarios y trabajadores. Esta crisis nos ha trasformado y tenemos un producto muy bueno que se puede vender en cualquier parte del mundo», subraya.
Sin duda, pasará a la historia de la asociación del mueble por reivindicar sin descanso, aunque en su despedida estuvo más tranquilo. Sabe que será recordado por no tener ningún complejo a la hora de defender los intereses del sector con los distintos organismos públicos con los que le ha tocado negociar. «Una de mis obsesiones ha sido demostrar a las administraciones que llevábamos razón en nuestras peticiones con el retorno de la inversión. Y creo que es evidente que lo hemos conseguido».
Su comparecencia ayer terminó con una reflexión que puede resumir la personalidad de quien ha estado al frente de Arema durante los últimos años. «No me callan. Moriré con las botas puestas. Si algo no es, no es bajo ningún concepto». Ahora se abre un periodo en el que Arema espera candidaturas a la presidencia de la entidad que aglutina al empresariado del mueble murciano.
Pedro Arcas fue elegido presidente de la asociación en sustitución de Francisco Lax. «Mi teléfono lo tenéis a vuestra disposición; quiero conocer cuáles son vuestras inquietudes porque queremos ser más reivindicativos», expresó entonces a sus compañeros empresarios. Ya anunció entonces el camino que iba a seguir, muy alejado de lo diplomático.
Su estilo directo y sin medias tintas le ha valido alguna mala cara de los políticos que recibían verdaderos «dardos envenenados». «Necesitamos políticos valientes» le soltó al presidente regional, Fernando López Miras, en la cena del aniversario de Arema para reivindicar las infraestructuras pendientes.
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