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ÁNGEL ALONSO
Lunes, 6 de junio 2016, 00:32
Cerca de 90.000 euros es el precio de la factura anual que tiene que pagar el ayuntamiento por los actos vandálicos en espacios públicos. Un alto coste para las arcas municipales al que se pretende poner freno debido a la proliferación del vandalismo. Para lograrlo, sabiendo que no es la solución definitiva, el consistorio ha decidido instalar cámaras de seguridad en dos puntos concretos de la ciudad como primer paso de un plan global de vigilancia que ya está diseñado.
Las dos primeras cámaras se sitúan en el parque de mayores dimensiones de la ciudad, El Cespín, y en una zona de juegos infantiles en la calle Generación del 27. El concejal de Tráfico, y Seguridad Ciudadana, Juan Miguel Zornoza ha explicado que estas instalaciones cumplen con toda la normativa vigente y han sido autorizadas por la Delegación del Gobierno en la Región de Murcia.
Las cámaras son monitorizadas desde la jefatura de la Policía Local donde también pueden dirigir su campo de visión y poseen una gran resolución. Zornoza ha reconocido que estas cámaras «no van a solucionar totalmente el problema, porque estamos hablando de casos que evidencian falta de educación, civismo y respeto por los bienes de todos, pero ayudaran a la Policía Local a actuar más rápidamente ante la detección de actos vandálicos y permitirá reconocer y detectar a los autores para que puedan pagar por sus actos».
Finalmente, el concejal de tráfico ha vuelto a realizar un llamamiento a la «concienciación ciudadana para que los ciudadanos avisen inmediatamente al 092 al detectar cualquier acto vandálico».
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