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Mari Carmen Gómez. LV
«Si viviera hasta los cien años, empezaría ahora a aprender chino o árabe»

«Si viviera hasta los cien años, empezaría ahora a aprender chino o árabe»

Mari Carmen Gómez es estudiante de Filología Francesa y con tres licenciaturas

SÓCRATES SÁNCHEZ

Miércoles, 14 de agosto 2019, 08:20

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Mari Carmen es posiblemente una de las personas más conocidas y queridas que puedan transitar todos los días por el campus de La Merced. Empezó cursando Geografía e Historia y luego realizó las tres especialidades: Geografía, Historia del Arte e Historia. Desde hace tres años cursa Estudios Franceses. Ese idioma ha formado parte de su vida desde bien pequeña.

-¿Dónde comenzó su formación?

-Mire, yo estudié en Jesús-María, terminé el Bachillerato y luego hice el ingreso a la universidad, el Preuniversitario, que era el primer año que se realizaba; lo que ahora sería la Selectividad.

-¿Y luego comenzó su experiencia en la Universidad?

-No, yo empecé a ayudar a mi padre en una oficina, pero él prefería que aprendiera idiomas antes que hacer una carrera. Entonces me mandó a Suiza a terminar el francés durante dos años. Al principio estuve sola y luego vino una de mis hermanas.

-Entonces, ¿fue al volver cuando retomó sus estudios?

-No, cuando regresé a Murcia, enseguida me eché novio y más tarde me casé, así que no pude estudiar en la universidad. Todo transcurrió muy rápido. Nacieron mis cuatro hijas y llevaba a cabo las labores propias de un ama de casa.

-Entonces... ¿cuándo comenzó a estudiar su primera carrera?

-Decidí meterme en la universidad a la vez que mis hijas empezaron sus carreras. Era gracioso ver que mis hijas estaban en un aula y yo en otra. Primero pensé en la universidad a distancia (UNED), pero teniendo tan cerca La Merced, y a amigos que eran profesores allí, acabé matriculándome en Geografía e Historia.

-¿Qué le hizo seguir estudiando tras terminar su primera carrera?

-Cuando terminé Geografía, una de mis hermanas que también se enroló conmigo a estudiar, estaba haciendo Historia del Arte. Me pasó sus apuntes y decidí hacerla también. Entonces, tras unos años, la acabé y ya me quedaba solo Historia General. Y dije: pues no la voy a dejar sola. Así que también me metí y obtuve al final las tres licenciaturas.

-Cuéntenos alguna cosa curiosa que le haya pasado estudiando.

-Como siempre he tenido la costumbre de ofrecer mi casa para estudiar, pues fue aquí donde una de mis hijas conoció al que sería su marido, compañero mío de carrera.

-¿Cómo se produce su vuelta a la universidad?

-Tras acabar las carreras, hice los seis cursos de francés y cuatro de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), y ya decidí retirarme. Pero hace tres años, durante el verano, encontré un recorte de prensa de 'La Verdad', en el que ponía que te podías matricular en cualquier universidad a través de un programa que, si ya disponías de una carrera, te abría la posibilidad de cursar asignaturas de un grado en cualquier universidad europea.

-¿Cómo es la relación con sus compañeros?

-Tengo muy buena relación con ellos. He hecho amistades hasta con gente que ha venido de otros países. De hecho, en mi primer año vino una chica de EE UU, a la que la conocí en clase de poesía, y cuando terminó el curso y se marchaba me dijo que nos volveríamos a ver. Y ha venido este año desde Indiana, incluso se vino con nosotros un fin de semana a la playa. Otra compañera que estuvo de Erasmus el primer cuatrimestre este curso también ha regresado, hace un par de semanas, y sacó tiempo para verme.

-¿Le queda algo por hacer?

-Si viviera hasta los cien años, empezaría ahora mismo con el chino o el árabe. Pero estoy contenta con lo que tengo. No quiero nada más; solo tener paz y que mi familia esté bien.

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