La vida en los resorts en la Región de Murcia: el resurgir de un modelo residencial que rozó techo y tocó fondo
La pandemia por la Covid-19 y la recuperación económica de los mercados nacional e internacional reactivan la comercialización en estos complejos turísticos, cuyos precios se acercan a las cifras previas a la crisis del ladrillo
Más que un modelo residencial, el resort articulado en torno al golf llegó a España -importado de Estados Unidos- convertido en todo un estilo de ... vida asociado al concepto de 'gated community' o urbanización cerrada, en la que lo paisajístico y lo hotelero cobraban importancia vital. Dos décadas atrás, este segmento inmobiliario brillaba más que las estrellas de los hoteles de lujo que iban recalando en la Región de Murcia, a la par que se proyectaban nuevas promociones de villas, chalés y bungalós junto a nombres de diseñadores y rostros promocionales del deporte como Jack Nicklaus, Severiano Ballesteros o Johan Cruyff. La sombra del gigante Polaris World era la de un ciprés infinito que parecía inmortal, y desde 2004 comenzaron a salir de su singularidad los resorts con campo de golf más veteranos en tierras murcianas y que habían seguido la estela del gaditano complejo de Sotogrande, pionero en España: La Manga Club, en Cartagena, iniciado en 1972, y Camposol Golf Resort, en Mazarrón, planificado ya a finales de los 90.
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Eran días de optimismo, lustre y ladrillo. Se rozaba un techo que se preveía flotante y en certera alza entre 2005 y 2006. El mercado británico, fundamental en el ascenso meteórico de esta tipología residencial de perímetro sellado y cuño paisajístico proyectado en términos de 'green', compraba viviendas sobre plano y recién entregadas por las promotoras, tanto con vistas a invertir como a disfrutar de su jubilación, con un confort climático y de seguridad sin parangón en Reino Unido.
La británica Davina Rainbird conoció Mar Menor Golf Resort (Torre Pacheco) de vacaciones, cuando la urbanización «estaba en los cimientos: no había hotel ni propiedades, solo tres casas de exhibición». Era 2004 y su marido, Alan, «se sintió instantáneamente atraído por la idea de vivir junto a un campo de golf y por la calidad de las propiedades, que en ese momento con Polaris World era muy buena». Más de dos décadas después, no se plantea vivir en ningún otro sitio: «Disfruto viviendo donde vivo, y tenemos todo lo que necesitamos».
800 Viviendas aproximadamente están a la venta en la Región en los resorts con campo de golf
4,25 Millones de euros es el precio de la villa de lujo más cara ofertada en La Manga Club
El estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 comenzó a hacer jirones el pujante sueño, con más de 20.000 viviendas construidas, otras a medio construir, y que sobrepasaban las 25.000 en el momento de mayor caída de los precios, posterior a la crisis y enmarcado entre los años 2013 y 2014.
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Resorts como Peraleja Golf (Sucina, Murcia), llamados a ser idílicos por su baja densidad y sus calidades constructivas, quedaron estrangulados casi al nacer, con un campo de golf que se dejó morir, grúas y hormigoneras que abandonaron su tarea sin terminarla y calles vacías que vuelven ahora a recuperar el pulso. Empujada por nuevos inversores, se antoja símbolo del resurgir de este mercado.
Los precios actuales de la vivienda libre en España, cuyo crecimiento interanual en el tercer trimestre de este año ha sido liderado por la Región de Murcia, según el Índice de Precios de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística publicado este viernes, no se comportan de manera diferente en lo que a resorts se refiere, con un ascenso firme y continuado. Hillary Quinlan, agente inmobiliaria de Murcia Golf Homes, especializada desde 2004 en fincas rurales en el Campo de Murcia y en complejos residenciales tipo resort, estima que los precios están en estos momentos recuperados al 80% respecto a las cifras anteriores a 2008. «Cuando vendía sobre plano en Hacienda Riquelme (Sucina, Murcia), tenía viviendas desde 156.000 hasta 350.000 euros, con una venta media en torno a los 180.000; ahora, estoy vendiendo a unos 140.000 euros», matiza.
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Amplitud de horquilla
La oscilación de precios en la más de una docena de complejos con campos de golf que hay en la Región de Murcia es tan amplia como la propia en cuanto a tipologías de viviendas. No solo de villas y chalés a pie de campo vive el resort, y son miles los apartamentos de uno y dos dormitorios que se alzan en los complejos. Así, según la oferta actualizada en portales como Fotocasa e Idealista, comprar una casa en estas zonas puede costar desde 87.000 euros hasta más de cuatro millones, con una franja central entre 250.000 y 350.000 euros que corresponde a chalés con dos y tres dormitorios, confirmada por agencias especializadas.
En este sentido, Suzanne Cherry, de la empresa familiar Chersun Properties, que acumula 21 años de experiencia en el sector y fue pionera en el mercado de la reventa en los resorts de Polaris, coincide en la recuperación del mercado y destaca que «las viviendas entre 80.000 y 200.000 euros se venden muy rápido, porque ahora mismo no hay producto». Al respecto, estima que actualmente hay disponibles para compra unas 800 viviendas en complejos con campo de golf en el territorio regional, muchas de segunda mano y otras en construcción, como las de Peraleja Golf o las nuevas promociones de La Manga Club.
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Y es que el segmento de lujo, del que este último resort es estandarte, es harina de otro costal, por resentirse en mucha menor medida a los embates económicos. Elodie Casolá, directora de Marketing y Comunicación de Arum Group, promotora única en el que abrió camino en la Región y especializada en viviendas de lujo en complejos canarios, andaluces y catalanes, entre otros, así lo explica. «En La Manga Club, con sus cincuenta años de historia, hay un producto de mucho nivel, casas espectaculares de millonarios que se venden por más de cuatro millones de euros y que se han revalorizado desde la pandemia», puntualiza. «Somos los únicos que tenemos terreno para desarrollar en La Manga Club, donde ya hay construidas entre 2.300 y 2.400; ahora mismo -añade-, de obra nueva tenemos un proyecto con 29 villas y 42 apartamentos, y el año que viene lanzaremos producto nuevo tanto de uso turístico como residencial». Indica además la directiva que «los precios en este momento se sitúan sobre los 400.000-500.000 euros, en apartamentos», mientras que el valor de las casas «empieza» en los 750.000-800.000 euros.
Inflexión pandémica
El producto «ha resurgido con muchísima fuerza desde la pandemia», recalca Casolá, quien no duda de que cuando acudes a un resort «no solo compras la vivienda, sino un estilo de vida que se valora más que nunca: la seguridad de una 'gated community', servicios muy interesantes, un hotel que puede llegar a revalorizar el precio inmobiliario en un 20%, restaurantes, gimnasio, spa, campo de golf…».
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De la misma opinión son dos propietarios en Mar Menor Golf Resort (Torre Pacheco) y Altaona Golf and Country Village, aún conocida como Mosa Trajectum (Baños y Mendigo, Murcia). La pandemia fue un punto de inflexión que hizo que el cliente español volviera los ojos a una realidad inmobiliaria que en los años de esplendor le había sido aún más ajena. Laureano Ibáñez, vecino a tiempo parcial en el primer complejo construido por Polaris World en la Región, entre la pandemia y el Mar Menor, «que se echó un poco a perder», decidió alquilar una casa en el resort en julio de 2020, «que nos costó un riñón». Gracias al parón que supusieron las cuarentenas impuestas a los viajeros por la irrupción de la covid, «los alquileres se pararon, seguimos hasta octubre… y descubrí lo que era la vida allí para nosotros y nuestros tres hijos».
Añade Ibáñez que a finales de ese año tuvieron la posibilidad de comprar a buen precio un chalé con piscina y parcela, frente al campo de golf, y su mujer y él, ambos funcionarios, no se lo pensaron. «Yo era de los que criticaba los resorts y los veía pensados solo para el jubilado extranjero, y hoy lo defiendo: tienes la libertad de estar solo y, al mismo tiempo, la tranquilidad de sentirte muy acompañado y protegido». Y concluye: «Los españoles hemos llegado tarde a este mercado, que sigue custodiado por extranjeros, aunque algunos vivan aquí desde hace veinte años».
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El Brexit retrajo al mercado británico, aunque sigue siendo el principal comprador de casas asociadas al golf
También Fuensanta, propietaria en Altaona, cree que la covid fue determinante para que empezaran a revalorizarse los resorts. Ella y su marido, españoles residentes en Francia, compraron en Mosa Trajectum en 2015 como segunda vivienda, con el fin de usarla en vacaciones y para visitar a la familia. Relata que, cuando compraron, la mitad de la población era holandesa, alentada por el respaldo de Johan Cruyff, y la otra mitad, inglesa. «Ahora cada vez hay más españoles, que después de la pandemia buscaron casa con jardín para no volverse locos y dejaron la capital». Para ella, la apertura del aeropuerto de Corvera ha supuesto un empujón extra a los desarrollos residenciales, ya que «ingleses y holandeses aprovechan que lo tienen a 5 minutos y viajan para pasar tres o cuatro días cada dos meses».
Apertura internacional
La población británica fue la compradora mayoritaria en la Región y, a día de hoy, «sigue siendo la número uno» para Casolá y Quinlan en la casi totalidad de resorts. Sin embargo, los rudos coletazos de la crisis del ladrillo y la posterior salida de Reino Unido de la Unión Europea, en el Brexit que culminó en 2020, retrajeron el a los británicos, temerosos de invertir. Mercados como el belga, y años más tarde el nórdico, tomaron el relevo y, de alguna forma, salvaron los muebles. «Tuvimos suerte, porque en esos momentos de precios a la baja, los belgas, que habían sufrido menos la crisis, aprovecharon para comprar; se puede decir que hemos sobrevivido gracias a ellos», asegura Suzanne Cherry.
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De Bélgica es Raoul Urlings, comprador por primera vez en 2020 y en 2023 por segunda ocasión. Aunque el golf no fue su razón principal para comprar, la práctica de este deporte, unida al clima y a la cultura española, sí influyó en la decisión. «Los belgas forman, sin duda, una comunidad significativa en el mercado inmobiliario español. Por ejemplo, en Las Colinas (Dehesa de Campoamor, Orihuela), hoy al menos la mitad de los propietarios son de origen belga», detalla Urlings, quien añade que sus compatriotas «esperan altos estándares y acabados de lujo, y la mayoría está dispuesta a pagar por ello; la idea de que España es un país 'barato' quedó atrás hace años».
Los precios medios están recuperados al 80% respecto a los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria
El mercado del resort, para las agencias y los propietarios -que ven en las juntas de vecinos todo un crisol de nacionalidades-, está más abierto que nunca, con compradores belgas, holandeses, nórdicos, franceses, alemanes, suizos, irlandeses, australianos, sudamericanos, rusos y de otros países del Este. Y entre los perfiles de buscadores más atípicos, los asiáticos, y, en concreto, los chinos, hasta resultar casi anecdótica su presencia. «En 21 años, solo he tenido un cliente chino, que compró en La Torre Golf (Roldán, Torre Pacheco», detalla Cherry.
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Davina Rainbird Británica
«Mi marido y yo no tenemos previsto volver a Reino Unido; aquí disfrutamos, hemos formado una comunidad»
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Roberto Torres Español
«El Condado de Alhama tiene servicios e instalaciones que me convencieron más que las de otros resorts»
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Raoul Urlings Belga
«Los belgas esperan altos estándares y acabados de lujo, y en su mayoría están dispuestos a pagar por ello»
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Laureano Ibáñez Español
«Mar Menor Golf está muy consolidado y bien comunicado. La sensación de seguridad que ofrece es maravillosa»
La pujanza del alquiler
Otro síntoma de la recuperación del subsector inmobiliario se deja sentir en la modalidad de alquiler vacacional, cada vez más concentrado en cortas estancias -de alta rentabilidad-, aunque con fuerte presencia de inquilinos de larga duración. Es el caso de Roberto Torres, arrenndatario desde este año en Condado de Alhama (Alhama de Murcia), el resort con mayor número de viviendas construidas (en torno a 7.000) y último de los que construyó Polaris en la Región. «Necesitaba una vivienda con tres habitaciones y una renta asequible, y por mi profesión en el sector de los electrodomésticos, para mí moverme en coche no era un problema», cuenta Torres, quien destaca la amplitud y cuidado tanto de las instalaciones, «muy atractivas teniendo hijos», como de los servicios del resort, uno de los más consolidados. «Por 600 euros al mes, con internet y comunidad incluidos, no tendría lo que tengo en el Condado en ninguna parte», afirma convencido.
Sin embargo, son los alquileres de corta duración los que concentran el mayor atractivo para los inversores y los propietarios de más de una residencia, que destinan a tal fin al menos una de ellas. Los precios oscilan entre los 160 y los 190 euros de media diaria, según la tipología de vivienda, de si es temporada o no de golf o de si se trata de viviendas más exclusivas y para época estival. En algunos casos, el alquiler en una villa de lujo supera con creces los mil euros a la semana, llegando hasta 6.000, en un síntoma inequívoco de un resurgir que vuelve a ilusionar hasta a los que creyeron en el fin de este modelo de vida hace ya más de una década.
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