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Martes, 11 de agosto 2020, 13:50
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La investigación que la Policía Nacional ha realizado en torno a la actividad del club de alterne El Coto ha permitido desvelar la presunta explotación sexual a la que eran sometidas las mujeres que prestaban sus servicios en este chalé, ubicado en la pedanía murciana de Aljucer. Cuatro de las chicas que pasaron por el local se han prestado a relatar a los investigadores las condiciones en las que trabajaban y los supuestos abusos de los que habrían sido víctimas.
Estas mujeres, según refirieron, eran captadas a través de terceras personas o, principalmente, de anuncios en internet. Pese a las condiciones laborales pésimas que se ofrecían, muchas de ellas las aceptaban dada su precaria situación económica y que se encontraban sin papeles.
Al entrar a trabajar a El Coto, las mujeres adquirían una plaza que tenía una duración de 21 días. Si decidían abandonar el prostíbulo antes de que finalizara ese plazo por estar «exhaustas» debido al intenso trabajo al que eran obligadas, se les imponía una multa, tal y como relataron.
Las mujeres, según explicaron a los investigadores, tenían que estar disponibles 24 horas al día sin contar con ninguna jornada de descanso. Estas solo disponían de dos horas al día para realizar sus gestiones personales. En ese tiempo, las mujeres debían realizar la compra de comida y de preservativos, productos que el propio local no les facilitaba.
Para aguantar el horario de trabajo, las denunciantes aseguraron que los dueños del local las incitaban a consumir cocaína, prometiéndoles que descansarían más tarde. Las víctimas detallaron, además, la fuerte vigilancia a la que eran sometidas con cámaras en todas las estancias, incluidas aquellas en las que se prestaban servicios sexuales.
La Policía Nacional también destacó, en su informe a la juez instructora, la situación de «enorme insalubridad» en la que convivían las mujeres, que solo contaban con una pequeña sala con cinco sofás para dormir. Una estancia, según refirieron las denunciantes, en la que habrían llegado a coincidir hasta 15 chicas conviviendo con unos perros que los dueños tenían allí.
Las mujeres denunciantes han asegurado igualmente que los dueños del local contaban con la colaboración de unos conductores que eran los encargados de trasladar a las chicas hasta domicilios particulares y, luego, devolverlas al prostíbulo. Según las manifestaciones de alguna de ellas, también esos conductores se habrían encargado de llevar droga a los clientes, que les habría sido entregada en el local.
Una redada en el local el pasado sábado se saldó con tres detenidos. Entre ellos se encuentran los dos principales responsables del prostíbulo, Juan Carlos V. L. y Rodica L. V. Ambos pasaron a disposición judicial este lunes acompañados de su abogado defensor, Vicente Sanmartín, y quedaron en libertad con cargos. El juez les impuso la obligación de comparecer quincenalmente.
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