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Los ganadores del concurso de Aena y 'La Verdad', en la torre de control de Corvera.

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Los ganadores del concurso de Aena y 'La Verdad', en la torre de control de Corvera. Alfonso Durán / AGM

Viaje a las entrañas del aeropuerto de Corvera

Los ganadores del concurso de Aena y 'La Verdad' visitan las instalaciones y zonas restringidas de la nueva terminal

Benito Maestre

Martes, 12 de marzo 2019, 02:33

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Alumnos del IES Alquerías llenaron de vida el Aeropuerto Internacional Región de Murcia el pasado domingo por la mañana, minutos antes de embarcarse en un avión con destino a Gatwick, en Londres, donde están de viaje de inmersión lingüística. Junto a ellos, otro grupo de personas aguardaban el inicio de una visita guiada por las instalaciones de Corvera para conocer a fondo su funcionamiento, tanto lo que ven los pasajeros como el engranaje de sus servicios, tras acertar las preguntas del concurso de Aena y 'La Verdad'.

De la mano del gerente de explotación del aeródromo, Pedro Vicente Gallut, los premiados descubrieron el recorrido que realiza el equipaje una vez facturado, la precisión del servicio de control de fauna o la coordinación que impera en la torre de control, entre otras curiosidades.

El punto de partida del itinerario estaba fijado en el vestíbulo general, que engloba los 24 mostradores de facturación más uno de equipajes especiales, la galería comercial y de restauración y la oficina de información turística. La zona, recalcó Gallut, aprovecha la luz natural a través de los amplios ventanales de los laterales y los tragaluces, gracias a los más de 300 días de sol al año que hace en la Región de Murcia.

Vídeo. Verabril Comunicación.

La siguiente parada fue el control de seguridad, con tres filtros dobles y dotados de dos escáneres cada uno, que tiene capacidad para supervisar a más de 1.400 pasajeros por hora. A continuación se encuentra la zona de embarque, con nueve puertas (las primeras seis destinadas a vuelos no Schengen y las otras tres para países del acuerdo Schengen) conectadas con las pistas mediante dos prepasarelas en los extremos y rampas para adaptarse a los tiempos de las compañías 'low cost'.

Y una vez que aterrizan los aviones, los pasajeros tienen que caminar apenas 60 metros para entrar en la zona de recogida de equipaje, que está dotada de tres cintas más una para equipajes especiales, como bicicletas y palos de golf. El espacio, igualmente, está bien diferenciado para guiar a los usuarios de los tres tipos de vuelos: Schengen, no Schengen e internacionales, si se simultanearan distintas llegadas. «El público valora la comodidad y rapidez de este servicio», aseguró el gerente de explotación. Esta zona se completa con un mostrador desde el que opera la Guardia Civil con sus correspondientes acciones de seguridad y destacamento fiscal, apoyadas por agentes de Policía Nacional, Policía Local y seguridad privada. También hay, en la parte superior, varias salas en alquiler a disposición de las aerolíneas.

Los grandes descubrimientos

Otro punto que suscitó gran interés fue el 'patio de carrillos', donde llegan las maletas facturadas y los equipajes especiales para, acto seguido, cargarlos en las bodegas de los aviones. El lugar cuenta con dos hipódromos que pueden llegar a transportar hasta 1.000 bultos por hora, además de una máquina escáner para repetir el control de cualquier objeto sospechoso y, de persistir la duda, hay una sala auxiliar para que su propietario, en presencia de miembros de las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado, lo abra.

El grupo de visitantes también vieron en directo y a pie de pista cómo aterrizó un vuelo de la compañía easyJet. Minutos antes, la señalera María José, a bordo de un vehículo, revisó el estado del recorrido que debía hacer el avión con la finalidad de detectar cualquier obstáculo, tipo hebillas o ruedas de maletas, que dificulte las maniobras. Luego, esperó su llegada para guiar al piloto hasta la zona de estacionamiento.

Durante la bajada de los pasajeros y la subida de los nuevos (entre ellos, los alumnos del IES Alquerías), los ganadores del concurso de Aena y 'La Verdad' tuvieron la oportunidad de subir a la torre de control para conocer las acciones que se realizan a nueve pisos de altura. La controladora Laura explicó su misión dentro del tráfico aéreo del término de Murcia y hasta 2.800 pies de distancia, desde donde proporciona seguridad, orden y precisión a los pilotos.

Moderno, equipado y funcional

El aeropuerto de Corvera dispone de aparcamiento público con capacidad para más de 1.100 plazas, de ellas, 30 están reservadas para personas con movilidad reducida y en breve habrá puntos de recarga para coches eléctricos. El personal tiene, además, una zona privada con 350 estacionamientos. Por su parte, los usuarios que decidan alquilar un coche cuentan con una amplia flota en la que elegir el modelo que más se ajusta a sus necesidades y preferencias.

Su círculo de servicios se amplía con asistencia médica (facultativo y enfermera), dotación de bomberos (cinco profesionales por turno y tres camiones), asistencia a los pasajeros con movilidad reducida, meteorología (emite un parte actualizado del estado del tiempo cada 30 minutos) y una sala de autoridades.

«La visita me ha gustado mucho, sobre todo por entrar a zonas inaccesibles como la torre de control o el servicio de gestión de equipajes», manifestó Manuel Parra, uno de los afortunados en conocer el día a día del nuevo aeropuerto de Murcia. La misma opinión compartía el matrimonio formado por Pura y Paco, que «nunca habíamos visto los entresijos de un aeropuerto». En esta línea, Juan José y su mujer, Loli, se mostraron «encantados» y puntuaron la terminal con un «notable».

Una de las aves rapaces que vigilan el aeropuerto de Corvera. A. Durán / AGM

Guardianes por aire y tierra

Su misión es fundamental para la seguridad aérea, aunque su sigilo les permite pasar desapercibidas entre los pasajeros. Las aves rapaces vigilan las zonas de maniobras y las proximidades del aeropuerto murciano con el objetivo de ahuyentar las plagas de otras especies y que éstas no supongan un peligro real para los vuelos, como que un ejemplar pueda ser succionado por la turbina de un motor.

El servicio de control de fauna se encarga del cuidado, adiestramiento y explotación de las rapaces en el recinto de Corvera, que lo sobrevuelan unos 15-20 minutos antes de cada despegue y aterrizaje, haya o no avistamiento de aves, para garantizar que la zona está despejada de cualquier amenaza e incidentes.

Estos animales vigilan desde el alba hasta el ocaso y para cubrir todas las horas de sol, este departamento –basado en el arte ancestral de la cetrería– cuenta con una gran familia de especies, como halcones y águilas Harris, ya que únicamente se emplea un ejemplar por vuelo. Además, le incorporan un sistema de rastreo por GPS para que los cetreros sepan en todo momento su ubicación. También dispone de perros para espantar a las aves que se refugian en tierra firme cuando se percatan de las siluetas de algún depredador por el cielo, como es el caso de la perdiz.

El servicio de control de fauna entró en funcionamiento meses antes de la inauguración del Aeropuerto Internacional Región de Murcia, con la finalidad no solo de espantar la fauna que molesta sino también de eliminar las bandadas establecidas en este espacio, sin actividad desde que finalizaron las obras en 2012.

A tenor de los resultados, las rapaces son el método más efectivo y óptimo para ahuyentar las plagas de gaviotas, golondrinas o palomas, que nunca se acostumbran a la presencia de sus depredadores naturales.

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