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José Luis García Delgado, en una foto de archivo tomada en Santander. Javier Cotera
José Luis García Delgado | Economista

«En vez de disolvente, el 'Brexit' ha sido pegamento para la Unión Europea»

«La transparencia sobre la gestión de los fondos 'Next Generation' en España brilla por su ausencia»

Domingo, 14 de mayo 2023, 07:33

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Premio Rey Juan Carlos de Economía, catedrático de Economía Aplicada y exrector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, José Luis García Delgado (Madrid, 1944), doctor honoris causa de la UMU y próximo invitado en la Fundación Cajamurcia del Aula de Cultura de LA VERDAD el próximo miércoles, 17 de mayo, analiza en esta entrevista la reciente historia de la Unión Europea, de la que destaca su cohesión, y asuntos económicos de actualidad como la inflación, la armonización fiscal y las consecuencias de la guerra en Ucrania.

-¿Cree que las sanciones económicas a Rusia por su invasión de Ucrania están dando resultado?

-La cuestión se puede analizar desde dos perspectivas distintas y complementarias. Una, desde la perspectiva de los países europeos que han tenido que dejar de abastecerse de materias primas, fundamentalmente energéticas, que provenían de Rusia. En ese sentido, el balance es muy exitoso y ha sido realmente eficaz, porque Alemania, que dependía en un altísimo grado de los insumos energéticos de Rusia, ahora no consume un ápice de energía de Rusia. Eso es muy importante, Rusia es el primer productor del mundo de gas, el segundo de petróleo, el tercero de carbón y Europa ha dejado de comprarle. En ese sentido, el esfuerzo que ha hecho la Unión Europea en muy poco tiempo, en meses, ha sido espectacular. Visto desde la posición de Rusia, lo que ha hecho es encontrar nuevos compradores volteándose hacia su oeste, hacia China-India, aunque no en tan buenas condiciones como las que tenía en Europa. Las sanciones le están haciendo daño, empezando por el armamento, ya que parte de la industria militar rusa necesitaba productos intermedios que le vendían países occidentales.

Aula de Cultura LV

  • Conferencia 'De Berlín a Kiev, un tercio de siglo de historia europea', a cargo de José Luis García Delgado.

  • Día y hora Miércoles 17 de mayo, a las 19.30 horas.

  • Dónde Aula de Cultura de LA VERDAD, en la Fundación Cajamurcia, Gran Vía Salzillo, 23, Murcia. Entrada libre hasta completar el aforo.

-En el caso de que el conflicto se alargue excesivamente, ¿cómo puede afectar a la Unión Europea?

-Es difícil contestar a esa pregunta. Inicialmente se pensó que el conflicto iba a ser muy breve y que el Gobierno de Kiev apenas duraría unas semanas. Pero no ha sido así y ahora es muy difícil apostar si el conflicto va a ser largo o corto. El secretario general de Naciones Unidas nos recordaba el otro día que la situación aún no está para negociar porque cada uno de los bandos piensa que puede mejorar sus posiciones de cara a una posible negociación, y mientras exista esa perspectiva el conflicto va a continuar, lo cual nos va a perjudicar a todos. Pero personalmente creo que Rusia va a ser especialmente sensible a ello. Empezando por el reclutamiento de sus soldados, que es un tema muy, muy, muy delicado. La opinión pública rusa ahora es favorable a las iniciativas de Putin, que ha conseguido vender la invasión como una especie de guerra patriótica. Pero cuando las bajas empiecen a ser mayores y haya que movilizar a la población, el tema puede complicarse mucho en términos de oposición interna al conflicto.

El error de Trump

-Dentro de la historia de la UE, la salida del Reino Unido, al final, ha sido menos traumática de lo que se pensaba, ¿no cree?

-Sí, alguien pensó que iba a ser la primera de sucesivas retiradas. Hay que recordar que cuando todavía era candidato a la presidencia de los Estados Unidos en las elecciones que después ganaría, al conocer el resultado del referéndum del 23 de junio de 2016, Donald Trump dijo aquello de 'enhorabuena británicos, vendrán más brexits'. Bueno, pues en vez de un disolvente ha sido un pegamento. Ha sido un elemento de cohesión, ha servido para que la Unión Europea haya dado pasos que, con toda probabilidad, con el Reino Unido dentro de la Unión Europea no se hubieran dado, empezando por los fondos europeos de recuperación, transformación y resiliencia. Eso hubiera sido impensable antes porque para financiarlos se ha mutualizado la deuda, que era una línea roja para los ingleses. La Unión Europea, desde que el Reino Unido ha salido del club, está avanzando mucho más deprisa y con más ambición. Dicho eso, claro que sería mejor una Europa con el Reino Unido porque es un componente absolutamente esencial de lo que consideramos cultura occidental. Pero sin ellos, es verdad que el resto de la Unión Europea, la Europa continental, ha dado pasos mucho más rápidos y ambiciosos.

Subida de los tipos de interés

«Deduzco que tiene poco recorrido, entre otras cosas porque se está controlando la inflación»

-Uno de los problemas actuales es la inflación y la consiguiente subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, ¿cree que va a continuar durante mucho tiempo?

-No soy ningún experto en política monetaria pero deduzco, de las declaraciones de unos y otros responsables y de los trabajos que se van publicando, que ya tiene poco recorrido la subida de tipos de interés, entre otras cosas porque se está controlando la inflación y ha dejado de subir, aunque lentamente. Y eso tendrá su correspondencia en la política monetaria. En todo caso, yo creo que el Banco Central Europeo no va a relajar la disciplina que quiere imponer con el encarecimiento del crédito y del dinero. Y hace bien, porque desde mi punto de vista el peor impuesto, sobre todo para familias y para los presupuestos medianos y bajos, siempre es la inflación. Todo lo que conlleva la inflación es inestabilidad y en economía la palabra más importante es confianza. La confianza se alimenta de estabilidad y donde no hay estabilidad institucional es muy difícil generar confianza y si no hay confianza no hay inversión.

-¿Económicamente está demostrado que bajar los impuestos genera mayores ingresos tributarios? Lo pregunto porque hay comunidades, como la Región de Murcia, que emplea este argumento para justificar la bajada de impuestos.

-Bueno, no automáticamente. Pero si se bajan para incentivar la actividad productiva y empresarial y el emprendimiento y las inversiones por parte de las empresas, si eso genera más negocio, pues acabará generando más ingresos si hay una buena estructura impositiva. No es automático, desde luego, pero es una vía de incrementar los ingresos fiscales y hay experiencias que así lo indican. Todo lo que se haga por incentivar la actividad productiva y colocar a la empresa en el centro de la vida económica, mejor.

-¿Y qué opina de la propuesta de armonización fiscal por parte del Gobierno de España ante la diversidad de políticas tributarias que hay en las autonomías?

-Este es un tema peliagudo. Hay situaciones muy claramente divergentes de unas comunidades a otras, empezando por las que tienen un régimen foral. Creo que avanzar en armonización, con las flexibilidades y los matices que deban de tenerse en cuenta, es saludable. Hay que tener en cuenta que formamos parte de la Unión Europea y uno de sus objetivos es avanzar en armonización fiscal. No podemos apoyar ese objetivo a escala de Europa y nosotros mirar justo en dirección opuesta. De hecho ya se ha dado algún paso para la armonización del impuesto de sociedades en la Unión Europea.

Armonización fiscal

«No podemos apoyar ese objetivo en Europa y en España mirar justo en dirección opuesta»

-El reparto de los fondos 'Next Generation' se presentó como una oportunidad única para impulsar el desarrollo, pero se están produciendo críticas sobre su gestión y eficacia...

-Sí, sí. Yo no sé en otros sitios, pero sobre España, en el Círculo Cívico de Opinión que presido, hemos publicado recientemente un documento en donde claramente señalamos que hay un problema de transparencia. No tenemos elementos de juicio para saber si se están distribuyendo adecuadamente, es que la transparencia al respecto brilla por su ausencia. Para decantarse en un sentido u otro haría falta una información mucho más detallada y mucho más puntual de la que estamos recibiendo. Hay indicios de que es manifiestamente mejorable la gestión de los fondos. España es el segundo país que más recibe y el que hasta ahora ha recibido adelantos más importantes, por lo que convendría conocer en detalle cómo se gestionan.

Campañas electorales

-¿Y qué opina de la política expansiva del gasto que está desarrollando el Gobierno de España, en parte como consecuencia de los compromisos con sus socios, lo que está generando un importante aumento de la deuda pública, que supera ya el billón y medio de euros?

-Es verdad que estamos en una política expansiva, y ahora con un calendario electoral que durará hasta finales de año, lo que siempre induce a los gobernantes a hacer promesas que tienen consecuencias en el gasto público. La deuda se está incrementando y estamos sobrepasando cotas importantes, y si no se paga pronto pues la pagarán quienes vengan detrás. La Unión Europea ya está también ojo avizor, por lo que cuanto antes se empiece a hacer un plan de consolidación fiscal, mucho mejor. No sería buena cosa que el Gobierno lo dejara para el próximo.

-¿Cree que los candidatos que compiten ahora en plena campaña por realizar la promesa más atrayente son conscientes de los perjuicios que genera un endeudamiento excesivo?

-No lo sé. Yo siempre hago una pequeña 'boutade' que es que las campañas electorales, visto lo visto, son una especie de servidumbre de la democracia, pues, desde mi punto de vista, sirven para poco en términos de movilización del voto, y en cambio sirven para hacer promesas que después una gran parte de ellas no pueden cumplirse, lo cual a su vez alimenta la falta de confianza en los gobernantes.

Fortaleza de la UE

«En los últimos años ha sufrido una racha de crisis importantes y ha respondido con firmeza y cohesión»

-Volviendo a Europa, que es el tema de su conferencia en el Aula de Cultura de LA VERDAD, ¿es usted optimista sobre la evolución futura de la Unión Europea a la vista de su trayectoria en los últimos años?

-Rehúyo un poco el término optimista, pero sí soy de los esperanzados. Porque pocas veces la UE ha conocido una racha de situaciones críticas como en los últimos diez o doce años y ha respondido con firmeza y ha salido airosa de todas ellas. Primero fue la crisis económico-financiera y del euro. En el año 2011, la Unión Europea estaba al borde del colapso y el euro estaba prácticamente que saltaba por los aires. Después vino la crisis de refugiados. En el 16 llega el 'Brexit', que era un golpe directo a la mandíbula. Y cuando se está terminando la negociación con el Reino Unido llega la pandemia, y cuando estamos saliendo de la pandemia llega la guerra de Ucrania. Bueno, pues a esa sucesión ininterrumpida de crisis importantes la UE está respondiendo con firmeza y con una cohesión interna realmente llamativa. Porque esas crisis no han afectado por igual a los miembros del club pero han sido capaces de realizar respuestas unitarias y homogéneas, lo cual me parece admirable y dice mucho de la capacidad de cohesión de la Unión Europea.

«Soy escéptico de que vayamos a un proceso de desglobalización»

-La globalización parecía una condición indispensable para el progreso económico, pero en los últimos años también se ha visto que tiene sus riesgos y problemas. ¿Cree que habría que ponerle límites?

-Sí, ahora se habla de desglobalización. La globalización, por lo que supone en el comercio internacional y en la producción de bienes y servicios a escala mundial, ha avanzado lo suficiente como para no desandar el camino. Posiblemente apenas se ha reducido dos o tres puntos sobre lo que era antes de la pandemia. Lo que ocurre es que, a la vista de las tensiones geoestratégicas acentuadas con motivo de la guerra de Ucrania, posiblemente iremos a una globalización que tenga más en cuenta precisamente a las regiones afectadas por esas tensiones geoestratégicas. Se está dividiendo el mundo en tres grandes ámbitos: el mundo occidental, el dominado de alguna forma por China, que es la otra gran potencia hoy, y después estaría lo que llamábamos los países no alineados, entre los que hay gigantes como India hasta una gran parte de África, pasando por América Latina. En vez de pensar en un mundo plano, por decirlo con el título de aquel libro que hizo fortuna, vamos a una globalización que tenga más en cuenta estos ámbitos regionales. Se habla, de hecho, de una globalización regionalizada. La globalización es muy difícilmente desandable. Es verdad que habrá que atender más a asegurarse los abastecimientos, cuidar más los 'stocks', a hacer esfuerzos de reindustrialización para no depender tanto de foráneos en productos básicos... pero yo soy escéptico respecto de que vayamos a un proceso de desglobalización. La Unión Europea es el primer socio comercial de ochenta países que abarcan mucho más que el mundo occidental y va a intentar seguir siéndolo. A Europa no le irá nada bien si hay un proceso de desglobalización.

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