Kiarostami recibirá el premio Ibn Arabí

Tras el cineasta iraní Majid Majidi, director de 'Niños del paraíso', y el mago de la luz italiano, Vittorio Storaro, el premio honorífico Ibn Arabí ya tiene tercer propietario: el inclasificable cineasta, poeta y fotógrafo iraní Abbas Kiarostami. El premio Ibn Arabí, que concede el festival de cine Ibaff (Ibn Arabí Film Festival), basado en la idea de 'Arte y creación' y organizado por el Ayuntamiento de Murcia a través del Centro Puertas de Castilla, es un reconocimiento que lleva el nombre del gran místico sufí que escribió: «Mi deseo es por la luz y su resplandor, no por los lugares ni la tierra». El próximo año el certamen se celebrará entre el 5 y el 10 de marzo.

El Ibaff, con solo dos ediciones, se ha convertido en un ejemplo de óptimos resultados con recursos escasos y una más que interesante nómina de invitados. Además, Abbas Kiarostami cita frecuentemente a Ibn Arabí para hablar de algunas de sus imágenes: 'El árbol es la hermana del hombre'. En Murcia impartirá un taller, en el que podrán particiar solo 35 personas, para el que ya está abierto el plazo de solicitud -la información, en www.ibaff.com-.

La última película de Kiarostami es 'Copy conforme' ('Copia certificada'), protagonizada por Juliette Binoche, premiada el año pasado como mejor actriz en Cannes por este trabajo. Se trata de su primer largo de ficción rodado fuera de Irán y que ha sido elogiado por la crítica. Kiarostami pretende jugar con el simbolismo del original y de la copia a través del encuentro en un pueblo de la Toscana italiana entre una galerista (la francesa Juliette Binoche) y un escritor (el cantante de ópera británico William Schimel).

Los personajes juegan a ser un matrimonio casado desde hace quince años a través de una impostura o copia que acaba pareciéndose a la realidad y mediante la cual Kiarostami establece una dualidad entre ésta y su réplica, la decepción y la ilusión.

Cierto minimalismo

«Mis películas han ido avanzando progresivamente hacia un cierto tipo de minimalismo, aunque nunca fue algo intencionado», asegura Kiarostami. «Una vez terminada la película, solo puedo decir sobre ella que todo depende de la mirada de quien la observa», afirma el realizador iraní.

En sus inicios, el cine de Abbas Kiarostami (Teherán, Irán, 1940) estuvo marcado por las películas realizadas en el Centro Para el Desarrollo Intelectual de Niños y Adolescentes: desde 'Pan y Callejuela' (1970) hasta '¿Dónde está la casa de mi amigo?' (1987). Filmes que retratan el viaje iniciático donde los niños enfrentan la hostilidad del mundo adulto.

De 1974 a 1989, Kiarostami trabajó en el campo del documental, donde realiza varios trabajos sobre el sistema educativo iraní que tienen serios problemas con la censura. Kiarostami afirma: «El cine es la historia de la distancia entre el ser real y el ser ideal». Su cinematografía se ha caracterizado por colocar al espectador en una situación de incertidumbre, un juego de espejos que algunos críticos han identificado como «cine dentro del cine»: 'Primer plano' (1990), 'A través de los olivos' (1994), que logró la Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid y fue nominada a la Palma de Oro. Quizá éste es uno de sus filmes más conocidos. Un equipo de rodaje llega a un pueblo del norte de Irán, devastado por un terremoto, para realizar una película. Hossein, un muchacho del lugar, es contratado como ayudante del equipo y, además, se le asigna un pequeño papel. Casualmente, también colabora en la película una muchacha del vecindario, de la que Hossein está locamente enamorado, pero los padres de ella lo rechazan porque carece de recursos económicos.

En 1997 presentó 'El sabor de las cerezas', que logró la Palma de Oro en Cannes. Un hombre busca a otro hombre, no importa cuál, que acepte enterrarlo al día siguiente, cuando se haya suicidado. Una extraña situación que le permite conocer a una gran variedad de personajes. Afganos, kurdos, turcos, prisioneros del desierto, un soldado, un seminarista y un empleado del museo de historia natural. A todos les pide ayuda para cumplir su fin, pero solo conseguirá respuestas que tratarán de disuadirle. Un filme sobre el sentido de la vida con algunos diálogos deliciosos: un día un turco fue a ver al médico y le dijo muy afligido: 'Verá, cuando me toco el cuerpo con el dedo me duele, cuando me todo la cabeza me duele, si me todo la pierna me duele, si me toco la barriga me duele y la mano me duele'. El médico le examinó y le dijo: 'A su cuerpo no le pasa nada, pero tiene el dedo roto'. Toda una lección. El cine como reflejo de la vida.