«Yo tengo mala leche, creo que es cosa de herencia y la verdad es que me traumatiza»

[Bueno, nada, ya estamos aquí otra vez. Yo comprendo que uno se pone pesado. Y que ustedes tienen que soportar la tabarra semanalmente. Pero la vida es así. Al fin y al cabo, el viernes siempre fue día de penitencia. Estoy, pues, excusado]-[Este hombre se pone como un loco a hacernos fotos con su máquina. Lo veo anómalo] ¡Pero, bueno! ¿Esto qué es? -Es por si te quieres ir a la manifestación esa del 15-M. -¡Ah! Si es por ayudar, vale. Me gusta a mí eso. -¿Te gusta el 15-M? -¡Claro! Yo vengo haciendo 15-M desde pequeño. Siempre dije que estaba hasta los cojones de los políticos. Pero, aún así, vamos a votar, jefe. -[Algo extrañado] ¿A votar? [García saca de la bolsa una caja de zapatos Nordika's, a la que le ha hecho una ranura. Y cinco papeletas, en las que Ballester tiene que tachar lo que no le guste. Primero le pido el DNI, como es obligado, y cuando entra la papeleta en la urna, digo: 'Votó'. El escrutinio, al final]-¿Me darás un certificado de que he venido a votar? -Cuando pases por caja a cobrar la entrevista, te lo dan. -[Jodiendo] Yo no veo que esto sea tan impertinente. -¡Cállate! Aquí solo opino yo. ¿Traes algo para picar? -[Se pone colorado] No. Porque me habían dicho que tú lo tenías ya todo dispuesto. -¡Qué fresco! Tú has sido policía científico. ¿Y crees que con una puta brocha se puede descubrir al criminal? -[Se queda jodido] Pues sí. Con una brocha buena que yo tenía y con buenos polvos... -¿Cómo? -[Pontificando] Toda brocha va con sus polvos. Se le descubre, siempre y cuando que el criminal colabore. -¡Claro! Porque criminales hay para todos los gustos. Colaboradores o no... ¿Eres tú el que fue a una casa y no vio huellas ni del inquilino? -[Currito] No es la primera vez. Eso es lo más común. -¡Pero pijo! -La gente, como ve tantas series, se cree que las huellas están en todas partes. No es verdad. La huella solo vale si implica a alguien. -Bueno, tú sabrás. Das clases, como especialista criminalístico, en la Universidad. Y enseñas a los chiquillos a ser criminales, ¿no? -A los chiquillos y a los menos chiquillos. Los enseño a que vean cómo es un criminal y cómo hay que combatirlo. El otro día vino Pardo Geijo y fue muy interesante. Habló de cómo se desmonta una prueba. -¡Es lo suyo, joder! -Es como llevar a un incendiario a un curso de bomberos. -[Alabándolo] Esta frase te ha salido de puta madre. De todos modos, en clase, el criminal siempre es el profesor. -[Con cachondeo] Yo no estoy de acuerdo. Está todo aquello lleno de criminales. Unas veces es el profesor, y otras, los de la primera fila... -[Sin maldad] Criminales siempre hay. Y que no falten. Tú eres muy lácteo, ¿verdad? -Sí. -¿De buena o de mala leche? -Yo creo que tengo mala leche. Es cosa de herencia. -Opino lo mismo. -Y es un trauma que tengo. -Pilar y los críos dirán: '¡Qué mala leche tiene el papá!'. -[Cínico] Claro, me sufren. -¡Válgame la nona, Antón! ¡Qué cabronazo eres! Tu secreto para la paella, ¿me lo quieres decir de una vez? -No tengo ninguno. -¡Venga ya! ¿No le añadías algo así como hígado molío? -¡Qué va! Mi secreto es mi maestro, José Pardo, pero no Geijo, sino Cayuela, precisamente el farmacético de aquí de Monteagudo. El unico secreto es la improvisación y jugártela. -[Por molestar] A ver, ¿por qué eres fotógrafo? -Mi afición por la imagen es desde que tengo uso de razón. -[Por molestar aún más] Si es que la tienes. Digo la razón. -Yo quería ser artista, por mi tío Mariano Ballester. Mi padre era policía. De niño, el mundo de mi tío, el pintor, me interesaba más. Como no tengo facultades para nada, hago fotos. -Eres hiperactivo. Las tortugas que tienes en casa estarán ya hasta los cojones. -No. Porque no les hago ni puto caso. Cuando me acerco con mi nieta, veo que también tienen mala leche... -¿A quién le habrán salido? -[Sin hacer caso] Y son más nerviosas de lo que parece. Tiran gargajos y todo. -Eso es del fumete. Tú eres un anómalo, pero tu mujer es un encanto de señora. ¿Cómo es que te soporta? -Pregúntaselo a ella. -¡Será si quiero! Además, ¿para qué preguntarle, a la pobre, si está trabajando en la Cajamurcia, trae pasta a la casa y tú no das ni golpe? -[Echando leches por un colmillo] ¡Yo estoy tocándome los huevos todo el santo día! -Eres Alí-Kan y Pilar es como doña Ana María, la novia de El Guerrero del Antifaz. -[Displicente] No la conozco. -Viajas mucho a Marruecos. Será por lo moro que eres. -[Tajante] ¡Soy moro! Mi sangre es mora y, la primera vez que fui a Marruecos, me emocioné. Los vi como mis antepasados. Vino en portada de 'El País' un terrorista afgano y, coño, era yo.[García se dice a sí mismo, pero bajito: '¡Dios y Alá míos! ¿Por qué habré traído yo a este tiaco a la Impertinente, que es una entrevista seria?'] -¿Cómo sabes si una pintura es buena? -De entrada, por intuición. -Pareces listo, pero, en una Nochevieja, en casa de Lucy, -que ya no está, por desgracia-, usando mal una silla de tijera, jodiste las uvas a todos y acabaste en la Arrixaca. -Fue un año malo 'pa' mí. Yo brindé, me senté, volqué la silla y me seccioné un dedo. -Eras buen amigo de Gaya. -Sí. Lo he querido mucho, lo he admirado y lo admiro. -¿Cómo era en la intimidad? -Lo criticaban por rígido y antipático. Pero fue una de las personas más humanas, más cordiales y más familiares que he conocido. Me llamaba cerril. -Palabras son de un hombre sabio. Tu hijo Gonzalo, director de cine, toma imágenes mejor que tú, ya lo creo. -De imagen sabe menos, por ser más joven. Pero tiene gran sentido del ritmo y eso se nota en sus películas. -La pintura de Melero, ¿qué? -No sé ni quién es Melero. -¡Jodeer, qué payo! ¿Qué te parece Rouco Varela? -¿El obispo? -Venga, lo dejamos. ¿Y Pepe Lucas, que es paisano? -No me interesa nada. Es más: me parece que no es pintor, ni escultor. -¡Pues te va arreglar el pelo, conociéndolo! [Llegó la hora del escrutinio. Resultados: '¿Escuela o despensa?'. Escuela. '¿Tu paella o la de otro?' La de otro. ¿Masturbación o tiqui-tiqui?'. Tiqui-tiqui. '¿Pan o toros?'. Toros. '¿Zapatero o Rajoy?'. Tachados los dos.]