España, en ridículo
PEDRO VILLALAR
Martes, 26 de abril 2011, 02:48
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España suspende estrepitosamente en el último informe confeccionado por el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO), un órgano del Consejo de Europa, en lo referente a la transparencia de las finanzas de los partidos políticos. La legislación española de 2007 sobre el particular, que reformó la de 1987, tampoco ha pasado el listón. Y ninguna de las recomendaciones que dicha institución formuló en el examen de 2009 ha sido cumplida 'satisfactoriamente'. Especialmente crítico es el organismo con la inexistencia de límites y controles al endeudamiento de los partidos, así como la nula transparencia de las finanzas de las sedes locales.
El asunto tiene que ver con la corrupción, obviamente, ya que, pese a los alardes éticos, las fuerzas políticas no han decidido dar la batalla a esta lacra con toda la contundencia necesaria.
Pero también está relacionado con una laxitud maliciosa, porque sólo así se entiende la indigencia en que se encuentra desde el principio de la etapa democrática el Tribunal de Cuentas, que, por ejemplo, todavía no puede cruzar sus datos con los del Banco de España.
Este estado de cosas, imputable a la pésima clase política de que disfrutamos, es una de las fuentes de la desafección social hacia lo público. Y la causa de la mala imagen, ridícula imagen, que España tiene todavía en el exterior.
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