Con salvas, palmas y marchas
Armada y Ejército de Tierra exhiben sus ritos en el traslado de los apóstoles californios
J. A. GONZÁLEZ
Miércoles, 31 de marzo 2010, 20:31
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El interés del coronel Patricio Togores y las ganas de hacerlo mejor cada año convirtieron la salida de Santiago Apóstol desde el Gobierno Militar en todo un espectáculo. De entrada, la sede de la Comandancia Militar de la Plaza estaba engalanada con emblemas de Artillería y también de Infantería, en homenaje al desaparecido Regimiento España 18.
La Bandera Nacional fue arriada con solemnidad y después fue interpretado el toque de oración en el patio del Gobierno Militar, donde se escuchó con gran respeto. Otra cosa era lo que pasaba en la calle, con la gente deseando ver los primeros capirotes bajando hacia Príncipe de Vergara. Como novedad, también cantaron la oración 'La muerte no es el final'.
Ésa era parte de la sorpresa que habían anunciado los directivos de Santiago para el ceremonial del Martes Santo. La otra fue el lanzamiento de 21 salvas con bombas de palenque, unos estruendosos artefactos pirotécnicos cuyo uso está muy extendido en las fiestas de Galicia. Fue un homenaje al Patrón de España en pleno año jacobeo.
Otro homenaje sin preparar lo recibió José Pando, ex presidente de la agrupación. A él le dieron abrazos y mucho cariño delante del sudario, antes de que empezara todo. Todos los detalles de los actos del Gobierno Militar pudieron ser vistos por primera vez en la calle General Ordóñez gracias a la instalación de una pantalla gigante de televisión que reprodujo la señal de dos cámaras.
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Todo ello no impidió que la salida fuera rápida. Santiago se recrea poco; a las nueve y media de la noche ya pasaba por la puerta del Palacio Consistorial. De allí se fue hacia la plaza San Francisco, buscando el encuentro con San Pedro y San Juan en Capitanía.
Santiago introdujo como innovación en su itinerario el paso por las calles Ignacio García y Balcones Azules. Allí había algunos procesionistas, sobre todo marrajos, porque había dudas sobre si el trono tocaba los balcones y el cartel de la farmacia de la Glorieta. El trono pasó con menos esfuerzo que cuando tiene que sortear la rama del frondoso y robusto ficus del Gobierno Militar.
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Ovación en la Serreta
El coronel Togores le dijo a Santiago: «¡Toda Cartagena es tuya!». Y lo hizo en alusión a los gritos de sus portapasos sobre la propiedad de la calle Mayor. Pero Cartagena también es de San Juan. Y no sólo es que a San Juan se lo comieron a palmas en la calle Serreta, poco después de que lo sacaran a hombros del Parque de Artillería. Es que hasta el balcón de la Alcaldía del Palacio Consistorial lucía uno de los símbolos inequívocos de este santo: la palma. Es una palma trenzada de dos metros y medio que ha regalado la empresa de Elche Paco y Martín Carbonell S.L. Ésta hace trabajos fitosanitarios y de poda para el Servicio Municipal de Parques y Jardines.
Si la palma identificó a San Juan, el gallo anunció a San Pedro, adornado con claveles blancos y margaritas amarillas. También lo anunció hacia las diez y cuarto, por la plaza Castellini, la emotiva marcha 'Quo Vadis, domine?'. La interpretó la banda de Infantería de Marina (también se esmeraron con 'Mektub' y 'Cordero de Dios'), que emocionó al público y a los portapasos, entre los que estaba el director regional de Protección Civil, Luis Gestoso.
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Decenas de espectadores ovacionaron al piquete, que escoltó a un patrón de la Armada al que los cartageneros llaman cariñosamente Pedro Marina Cartagena y al que el vicealmirante jefe del Arsenal, Jorge Rosety, advirtió de que le daba permiso para salir en procesión con una condición innegociable: regresar puntual por una vez.
En el discurso del responsable del Arsenal para permitir la salida del santo-marino, Rosety recordó a éste que lleva ya «siglos» saltándose la disciplinario interna del Ejército y retornando cada primavera con retraso y molestando de madrugada a los vecinos con «música estridente». Confiado en que San Pedro sorteará esta vez las «malas compañías», le pidió una vuelta «en silencio», en una simpática alusión a la costumbre de los californios de devolver la próxima madrugada la imagen con el pasodoble 'Gallito'.
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Reforma de Real y Castellini
Rosety aprovechó las recientes obras en la calle Real para elogiar el resultado de una remodelación «preciosa» y hacer otro guiño a la tradición de avisar al santo de que no regresara ebrio y bamboleándose. Así, le informó de que las aceras eran mucho más anchas y, por tanto, podría regresar «sin hacer eses».
Eso sí, a pesar de que sería en la ida hacia la iglesia de Santa María, el vicealmirante recomendó a San Pedro ser precavido al girar hacia la Plaza de Castellini, para no tropezar con el mobiliario urbano. «Ahí te lo han puesto un poco difícil», le comentó, tras agradecerle la protección para el Arsenal en un año sin «desgracias irremediables» y pedirle amparo para la sociedad por la crisis económica.
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También, en aparente alusión a la violencia machista, pidió en especial por quienes «sufren por no ser amados y son víctimas de agresiones».
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