Los transportistas redoblan el bloqueo de Escombreras y crece el desabastecimiento

La entrada al Valle de Escombreras se convirtió ayer en el epicentro de las protestas más duras y contundentes de los piquetes de la huelga de los transportistas. Ni siquiera la intensa lluvia que cayó a partir de las dos de la tarde fue suficiente para frenar el bloqueo de entrada de vehículos pesados a este polo energético para cargar gas, combustible y cereales. El desabastecimiento se dejó notar aún más en las estaciones de servicios de la Región, aunque también lo percibieron empresas de los sectores industrial, ganadero y de la construcción, cuyas materias primas necesarias para producir entran por el Puerto de Cartagena.

Las gasolineras fueron las principales perjudicadas. Las cisternas que les nutren de combustible no pudieron cargar, por tercer día consecutivo, en Exolum, antigua CLH, el centro distribuidor de la Región y de parte de Alicante y Albacete. Eso provocó que se incrementaran los casos de falta de algunos combustibles en determinadas estaciones de servicio, pese a la llegada de gasoil y gasolina de Alicante y Valencia.

Los más de 70 huelguistas que se concentraron en los accesos a Escombreras solo dejaron entrar a los servicios mínimos que tenía pactados y a los camiones escoltados por la Guardia Civil en momentos puntuales del día. En concreto, sobre las diez de la mañana, un convoy con 52 vehículos accedieron a Escombreras entre los gritos, silbidos y amenazas de los transportistas.

A medida que avanzaba la mañana, la tensión fue en aumento. Cinco cisternas de gas licuado intentaron acceder al polígono industrial sobre las 12 horas, pero los piquetes se lo impidieron cortando la carretera. Fue entonces cuando se vivieron los momentos más tensos de la jornada. Dos chóferes se encararon con los manifestantes y estos les increparon, insultaron y golpearon las cabinas de los camiones. Incluso llegaron a tirar piedras sobre los vehículos y a pinchar ruedas. Gracias a la intervención de varios guardias civiles, el enfrentamiento no llegó a más.

A partir de ese momento, los piquetes llegaron a un acuerdo con los agentes de la Benemérita para informar a todos los conductores y que pasaran solo los que lo pidieran explícitamente. La mayoría optó por darse la vuelta, pero el resto pasó entre abucheos. El mediodía y la tarde transcurrieron sin incidentes, no como en el polígono industrial de Cabezo Beaza, también en Cartagena, donde los manifestantes llegaron a pinchar ruedas y a romper lunas. También impidieron el paso de camiones. Amenazan con mantener el bloqueo de manera indefinida.

También estuvieron en distintas zonas industriales de la Región, así como en los accesos a bases logísticas y entidades del sector, especialmente en los polígonos de Molina de Segura, hasta provocar el colapso de tráfico en algunos momentos. Una caravana con una treintena de camiones y cabezas de vehículos de gran tonelaje volvió a recorrer las calles de la ciudad de Murcia, para escenificar su protesta por la situación que padecen.

Las instalaciones de la aduana de la Cámara de Comercio de Murcia, en el polígono de San Ginés, fueron uno de los lugares que sufrieron los bloqueos por parte de los huelguistas, lo que alteró el ritmo normal de trabajo al impedir la entrada y salida de vehículos. También actuaron en la entrada de la rotonda de acceso al Centro Integrado del Transporte, donde tiene su sede la patronal sectorial Froet, donde permanecieron durante más de hora y media. De esa forma, impidieron que se pudiera llegar también a la gasolinera que tiene la federación del transporte.

Por su parte, el delegado del Gobierno en la Región de Murcia, José Vélez, agradeció el trabajo de la Guardia Civil, y destacó la «buena actitud» de los manifestantes, a quienes les mostró su «respeto», al margen de «pequeños problemas», puntuales.

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