Los forenses avalan la imputabilidad del joven que mató a su exnovia en Totana
Los profesionales del IML descartan que Johan S. cometiese el crimen afectado por las drogas o por una alteración mental
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Totana sigue adelante con la investigación del brutal crimen que acabó el pasado febrero con la vida de Claudia, una adolescente de 17 años, en Totana. Los profesionales del Instituto de Medicina Legal (IML) acaban de emitir un informe, al que ha tenido acceso LA VERDAD, en el que confirman la imputabilidad del exnovio de la víctima, Johan S.P., autor confeso del crimen. Los forenses concluyen, además, que el joven, de 19 años, no actuó afectado por una alteración mental o por una intoxicación plena de drogas.
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En el reconocimiento con las dos médico forenses que se encargaron del caso, Johan S. refirió consumo de cocaína, LSD, MDA, hachís y trankimazin. Más concretamente explicó que tras el confinamiento comenzó a tomar cocaína fumada y también esnifada y porros. La marihuana, según su versión, la fumaba a diario mientras que la cocaína solo cuando tenía dinero para ello. En caso de no disponer de ese dinero, sostuvo, tomaba trankimazin con cerveza.
Una raya y algún porro
Las drogas sintéticas, por su parte, las ingería cuando salía de fiesta y a veces cuando iba peor de dinero porque, según explicó, son más baratas. Johan S. explicó además a las forenses que tomaba alcohol a diario y que en ocasiones lo mezclaba con 'coca'. Las profesionales del IML inciden, en este punto, en que no ha seguido ni acredita un tratamiento en relación a esas adicciones. El homicida confeso explicó a las facultativas que el día del crimen consumió una raya de cocaína y algún porro entre media hora y una hora antes de quedar con la víctima y acabar con su vida.
Las forenses, sin embargo, dejan patente, negro sobre blanco, que durante el primer reconocimiento se le solicitó y él no quiso facilitar una muestra de orina y de cabello para un estudio quimiotoxicológico de drogas de abuso y medicamentos. El joven alegó en ese momento que lo tenía que hablar con su letrado defensor.
El acusado sostiene que consumía cocaína, LSD, MDA, trankimazin y hachís, pero rechazó someterse a un análisis
En el diálogo con las forenses describió, además, su historia familiar, relatando sus sentimientos ante la separación de sus padres y algunos episodios de desencuentros. Manifestó, además, su intención de estudiar un grado superior de higiene bucodental para acceder más tarde al grado de Odontología.
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En relación con el crimen, Johan S. sostuvo ante las forenses, como ya hizo ante el juez, que una voz en su cabeza le decía lo que tenía que hacer. Las forenses, sin embargo, no aprecian en él «impulsividad, motivación patológica, desorganización del comportamiento, en definitiva, anomalía o alteración mental» que explique el crimen. Tampoco aprecian intoxicación –al menos plena– un síndrome de abstinencia de drogas que influyese en sus actos. Con estos datos las forenses consideran que el joven es plenamente imputable y que tiene que responder por el crimen.
Por su parte, los familiares de Claudia se han personado en la causa representados por el abogado penalista Raúl Pardo-Geijo Ruiz.
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