«Estuvimos veinte minutos intentando reanimarlo, pero Oliver murió en el acto»
El conductor de un vehículo y un cliente fallecen en un atropello múltiple en la terraza de un restaurante de Roldán
Vikram tenía sobre la mesa del restaurante la pizza y la ensalada que había pedido a la camarera hacía tres horas. Eran las cinco y media de la tarde y la comida estaba sin tocar. Los nervios le habían quitado el hambre. Acababa de ver morir a un hombre mientras lo atendía, al ser arrollado por el conductor un coche, que atravesó la terraza de un restaurante y acabó muerto al empotrarse en una vivienda.
Vilkram, vecino de un resort de Torre Pacheco y terapeuta de profesión, llegó al local, situado en la avenida de Murcia de la pedanía de Roldán, acompañado de una amiga, a la que había recogido del aeropuerto a mediodía. Sobre las 14.15 horas pidió la comida y mientras esperaban a que se la sirviera, oyó cómo un coche se aproximaba por la carretera a toda velocidad.
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«Escuché el ruido de un motor acelerando y pasó a nuestra altura. Un segundo después, sentimos un estruendo, gritos y sollozos. Me giré hacia el restaurante de enfrente y vimos a todos los clientes del local en el suelo junto a una veintena de mesas y sillas». El turismo se había metido por en medio de la terraza arrollando todo lo que se encontraba a su paso, entre ellos a varios clientes. Uno de ellos, de origen suramericano y de unos 40 años, falleció cuando comía acompañado de su pareja, de nacionalidad británica. La víctima estaba situada en el lateral de la terraza, de espaldas al coche, y recibió el primer impacto. Tras el golpe, salió disparado y se golpeó la cabeza contra la pared.
A más de 100 km/h
Lo que Vikram no vio antes de la colisión fue que el vehículo había adelantado a otro coche, a más de 100 kilómetros por hora, invadiendo el sentido contrario de la vía, que une la localidad con la pedanía murciana de Los Martínez del Puerto. Sin embargo, no completó la maniobra, y en lugar de regresar a su carril, realizó un recto, subió un pequeño bordillo de una acera, y se dirigió directamente contra una terraza del restaurante de comida india, Gate way to India, que comparte espacio con otro local de menús británicos, el Honey's Bar.
El automovilista presentaba una herida de arma blanca, que podría haberse producido durante una pelea previa al siniestro
El turismo pasó entre los postes que sujetan la carpa de la terraza. Los testigos no salían ayer de su asombro al comprobar que, a pesar de arramblar con todo el mobiliario a gran velocidad, no derribó ninguno de los soportes. «Hay menos de tres metros de separación entre poste y poste. El coche ha pasado con una precisión milimétrica entre ellos», expresó Prince, uno de los testigos del suceso.
En el trayecto desbocado, arrolló a los seis comensales que había en ese momento comiendo en el restaurante, hasta acabar empotrado contra un muro de medio metro de altura que rodea una casa. En el interior de la vivienda estaban una mujer y su hijo. Ambos fueron atendidos y trasladados al hospital por el ataque de ansiedad que sufrieron.
El conductor, de nacionalidad marroquí y de entre 25 y 30 años de edad, falleció en el acto. Ante las escenas dramáticas que se sucedían en el local, Vilkram cruzó la carretera y empezó a examinar a los heridos. «Reconocí a un hombre que tenía una pierna rota, pero no era grave y me dirigí a atender a otro lesionado. Entonces vi a un chico, Oliver, que tenía la cabeza fracturada. Estaba inmóvil. Comprobé las constantes y no la sentía. Su pareja le estaba haciendo el boca a boca y, con la ayuda de otra mujer, Deborah, que acudió a ayudar, comenzamos a hacerle la reanimación cardiopulmonar durante veinte minutos. Sin embargo, yo sabía que había muerto en el acto, las heridas eran muy graves», recordó.
El fatal pronóstico del terapeuta se cumplió y los sanitarios del la Unidad Móvil de Emergencias 061, que se desplazaron hasta el lugar, no pudieron hacer nada por salvarle la vida. «Su pareja no paraba de echarse la culpa por su muerte, porque nos contó que cuando llegaron al restaurante, él le sugirió comer en el interior del local, pero ella le pidió que lo hicieran fuera. 'Si le hubiese hecho caso, aún estaría aquí', se lamentaba entre sollozos la mujer», aseguró Vilkram.
Tres heridos
El titular del vehículo, un vecino de la localidad pachequera de El Jimenado, de origen magrebí, señaló ayer que el coche, un Volkswagen Golf de color plata, se lo había dejado a un amigo esa mañana. «Me dijo que tenía que ir al médico». Sin embargo, no entiende qué pudo pasar después. Según las primeras investigaciones, el conductor del coche había tenido una pelea en la pedanía de Lo Ferro, en Torre Pecheco, minutos antes de colisionar contra la terraza. Y además de las heridas propias del accidente, presentaba otra en el abdomen, producida por un arma blanca.
La principal hipótesis con la que trabajan los investigadores de la Guardia Civil es que estuviese huyendo de las personas con la que se había enfrentado. Eso explicaría la herida y que fuese a una velocidad tan elevada. «Cuando se estrelló, tenía puesta la quinta marcha del coche», manifestó Prince, uno de los testigos.
El siniestro, además de los dos fallecidos, dejó tres heridos que fueron trasladados en ambulancia al hospital Los Arcos, donde ingresaron con heridas de diversa consideración, aunque no se teme por su vida.
