Francisco Álvarez: «No soy titulado, ¿por qué un ministro de Defensa tiene que ser militar?»
«Estudié mi diplomatura en Ciencias Empresariales, pero empecé a trabajar en julio, con dos suspensas, y hasta ahora no he parado», cuenta el consejero de Empleo, Investigación y Universidades
No es titulado universitario, admite después de un intenso fin de semana de 'memes' sobre su formación académica, pero tampoco «un tránsfuga», defiende Francisco Álvarez, ... consejero de Universidades, Empleo y Empresas y, junto a Franco y Miguélez, uno de los tres diputados que, después de firmar la moción de censura, decidió dar marcha atrás, salvar al Gobierno del PP y ocupar la cartera que le ofrecían. Álvarez, quien se reivindica «en paz» con su conciencia, insiste en que firmó la moción porque se sintió presionado, y no tiene dudas de que no saldrá adelante.
–Estos días se le ha reprochado que le han nombrado consejero de Universidades sin que usted mismo haya obtenido un título universitario...
–No, no soy titulado universitario, pero estudié mi diplomatura de Ciencias Empresariales. Cuando terminé el tercer curso, me quedaron dos asignaturas para septiembre, pero empecé a trabajar el primer día, y hasta aquí. Mi primer contrato es de julio de 1981, el año en que cursé tercero, y no he parado.
«Nos mantenemos en lo que el partido decidió en 2019; no somos tránsfugas»
–¿Hasta qué punto conoce pues el mundo universitario?
–En mi etapa de universitario, fui delegado de distrito de la Universidad de Murcia y participaba en los consejos universitarios. En esta última etapa, desde 2019, he sido el representante de Ciudadanos en el Consejo Interuniversitario.
–En una de las reuniones del Consejo Interuniversitario dio su voto a favor para que la UCAM impartiera el grado de Biotecnología, en contra del criterio de las dos universidades públicas...
–Sí, fui uno de los que votó a favor de que así fuera. En la Región hay dos universidades públicas, la de Murcia (UMU) y la Politécnica de Cartagena (UPCT), y la privada UCAM, que es complementaria a las otras dos.
–¿No considera necesario ser titulado universitario para enfrentar la gestión y la política universitaria regional?
–Yo creo que no. ¿Por qué un ministro de Defensa va a tener que ser militar? ¿O un consejero de Sanidad médico? Se trata de gestionar bien.
–Las dos universidades públicas están funcionando con presupuestos 'provisionales', y aguardando con cierta urgencia un plan de financiación.
–Estamos pendientes de los Presupuestos, y esta misma mañana (por ayer) he tenido la primera reunión con mi equipo para analizar la cuestión, vamos a revisarlo, es lo más urgente que tenemos sobre la mesa. Contamos con que pueden disponer de más dinero, porque hay fondos europeos y del Estado para paliar la Covid que irán a las universidades, y hay que hacer un sobreesfuerzo, porque esa financiación tiene que estar ejecutada antes del 31 de diciembre. Es urgente, y ya vamos tarde. Hoy mismo tendré otra reunión para abordar la cuestión de los presupuestos de las universidades. Hay proyectos en marcha que son importantes, y que no se interrumpen, por encima de la tormenta política.
–¿Mantendrá al equipo del exconsejero Miguel Motas?
–De momento se mantiene, conozco a buena parte del mismo por mi paso por el Consejo Interuniversitario, y la labor que estaban haciendo ha sido muy positiva. Ya iremos viendo más adelante.
«No voy a firmar un juego de tronos orquestado desde las cloacas de Moncloa»
–¿Cómo asiste a la descomposición de Ciudadanos?
–Ciudadanos es un partido necesario, imprescindible. Nosotros no hemos dejado el partido. El viernes recibimos un 'mail' por el que se nos abría un expediente, saltándose todos los reglamentos, en el que se nos da un plazo de 24 horas para contestar. El mismo viernes presentamos alegaciones, y a la vez nos mandan la resolución de la expulsión. Están haciendo las cosas como pollos sin cabeza. Nosotros no nos hemos ido de Ciudadanos, y vamos a recurrir esa expulsión.
–Les han acusado de ser unos tránsfugas...
–No lo somos. Nos mantenemos en lo que el partido aprobó en julio de 2019, en lo único legal. Entre el PP y Ciudadanos no hemos pactado nada distinto a eso. Hemos decidido entrar en el Gobierno, y sobre nuestros sueldos, la realidad es que no hay tanta diferencia con el que percibimos ahora. Isabel Franco no ha cambiado de sueldo, y nosotros somos portavoces adjuntos, la diferencia es de 5.000 o 6.000 euros anuales. En ningún caso nos podían echar de nuestro puesto como diputados.
–¿Por qué firmó la moción de censura si no la compartía?
–Nos convocaron a una cena en la plaza de San Juan a las ocho de la tarde, y una hora y media antes nos llama Carlos Cuadrado para decir que, 'sí o sí', tenemos que ir a la sede de Centrofama. Sí pusimos resistencia; el segundo, yo. Se nos amenaza con que el PP tiene preparado el decreto de elecciones para el jueves, se nos insiste en que somos del partido... Cuando me di cuenta de que mi voto no valía para cambiar las cosas, firmé. A lo mejor será un error con el que viviré toda mi vida, pero con lo que también voy a vivir toda mi vida es con mi conciencia, que se viene conmigo a donde vaya, y la tengo tranquila. No voy a firmar un juego de tronos orquestado desde las cloacas de Moncloa. Fue un despropósito. Nos insistieron en que las direcciones nacionales de PSOE y Ciudadanos habían llegado a un acuerdo, y no podía plantearse una moción sin la otra. Dije dos veces que me iba, y sacaron los papeles para insistir en que de allí no se iba nadie sin llegar a un acuerdo. Cuando me di cuenta de que Podemos (en el Ayuntamiento) había firmado, me di cuenta de que mi voto no cambiaba las cosas. Nos presionaron insistiendo en que teníamos que respetar la disciplina de partido.
–¿Y cuándo decide desmarcarse de la moción y aceptar el cargo de consejero?
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–El miércoles, en el Pleno de la Asamblea, me entero de que el reparto de poderes incluye otros cuatro ayuntamientos, hablo con concejales de esos municipios. Es un montaje, y no hay 'casus belli'. En 2017, con la segunda imputación de Pedro Antonio Sánchez, sí lo había, pero ahora no. Nos ponían como argumento el 'vacunagate', pero en ese caso, pedimos a Villegas que dimitiera, yo mismo se lo pedí, y por la tarde dimitió. Estamos en plena pandemia, no es momento de una moción de censura.
–¿Teme sorpresas el jueves? ¿Por parte de Vox?
–No creo que haya sorpresas, no confío en ello. El tema está muy claro, no saldrá adelante. No creo que Vox y PSOE vayan juntos para salvar no sé qué interés personal de mando de Martínez Vidal. Lo lógico es que retiren las dos mociones, si no, el ridículo será espantoso.
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