La tasa de escolarización de 0 a 2 años se dispara en pleno desplome de la natalidad

El fuerte impulso público a la escolarización en el tramo de 0 a 3 años ha comenzado a desplegarse en los dos últimos ejercicios en la Región coincidiendo con el gran descenso de la natalidad, y en parte aprovechando el 'hueco' y los recursos que dejan las cohortes de alumnos más mayores. Esa práctica representa un claro ejemplo del abanico de oportunidades que, apuntan padres, docentes, economistas y sociólogos, abre en la escuela pública el 'invierno demográfico' al que se enfrentan los sistemas educativos de toda España.

Aunque en la Región el efecto es menor todavía por el aporte de la migración y la mayor tasa de natalidad, la caída de alumnos terminará llegando a las aulas. Los últimos datos del alumnado de Infantil recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrecen una radiografía clara de la situación: mientras los alumnos en la segunda etapa de Infantil, de 3 a 6 años, no han dejado de caer en la Región (desde los 51.708 del curso 2014-2015 a los 45.450 del pasado), los del primer tramo, menores de 3 años, aumentan de los 8.600 a los 10.085 en el mismo período.

El informe 'Las escuelas se están quedando sin niños', publicado por EsadeEcPol hace unos meses, alerta de que en 2037 las escuelas e institutos españoles tendrán un millón de alumnos menos. La población escolar, de 0 a 15 años, caerá menos en la Región que la media, pero se anotará un descenso del 1% «que irá a más. La tendencia es clara, y aunque a la Región tarde más en llegar, ocurrirá igualmente», apunta Marcos Bote, profesor titular del departamento de Sociología de la Universidad de Murcia (UMU). Esa coyuntura, indica Jorge Galindo, coautor del estudio y experto en economía de la educación, supone una oportunidad para rediseñar la red escolar y aprovechar el excedente de recursos de manera estratégica. «Ampliar las plazas públicas de 2 años es una buena práctica para emplear ese bono; tiene efectos en la equidad de los alumnos y también de género», destaca Galindo. Propone otras medidas para acompañar de manera provechosa la caída de la natalidad, como la reducción de las ratios, la ampliación del tiempo en la escuela y las políticas para rebajar las brechas.

El incremento de los tiempos en la escuela pasa por el aumento de becas y plazas de comedor. Después de más de una década con las ayudas congeladas en mínimos en la Región, la Consejería de Educación se ha comprometido a incrementar la partida el próximo curso un 37% hasta alcanzar los 5,6 millones de euros. Con 1,5 millones más que este año, estas ayudas alcanzarán a cerca de 7.000 familias.

El presidente de la Unión de Cooperativas de Enseñanza de la Región de Murcia (Ucoerm), que escolarizan a unos 40.000 estudiantes murcianos, Juan Antonio Pedreño, considera que el descenso de la población escolar es una oportunidad para reforzar la atención a la diversidad y a los alumnos con necesidades educativas especiales, pero alerta de que la llegada de las cohortes de alumnos rebajadas a Secundaria puede generar «el cierre de unidades y de colegios si no se toman medidas para evitarlo. Si se mantiene el tobogán, en Secundaria supondrá un problema», avisa. Actualmente, el pico de alumnos está aún en los primeros cursos de la ESO, por lo que aún quedan unos años de margen.

Desde la FAPA, Francisco Cantero considera básico «reestructurar la escolarización ya que no se trata de una situación coyuntural. Aunque a corto plazo suponga una rebaja de la presión, en el largo el peligro del cierre de centros está ahí, sobre todo si se sigue beneficiando a la red concertada». En la Consejería de Educación mantienen el compromiso de seguir incrementando las plazas de los tramos de educación preescolar hasta alcanzar ese 60% de escolarización, una tasa que se aproxima mucho a la media de otros países europeos, ya que siempre hay un porcentaje de familias que prefieren esperar a los tres años. El consejero Víctor Marín confía en alcanzar esa tasa el próximo curso, ya que aunque las plazas públicas no la cubren, espera que con las asignaciones para guarderías privadas se dé respuesta a un porcentaje elevado de solicitudes.

La crisis demográfica y el cambio en el mercado laboral por la digitalización también obligarán a la universidad a cambiar su estructura y, sobre todo, a abrir sus aulas a estudiantes de todas las edades. En los próximos tres lustros, el porcentaje de ciudadanos de entre 18 y 29 años caerá un 20%, y si ahora el 95% de los alumnos están en esa franja de edad, el objetivo de la UE es ampliarla hasta los 60 años con microformaciones. «La curva de la natalidad está a la vuelta de la esquina», admite Sonia Madrid, vicerrectora de Estudios de la UMU, quien considera necesaria una reflexión sobre ese horizonte a pesar de la demanda «rígida y constante» que mantiene la UMU. «La formación a lo largo de la vida con microcredenciales es una línea estratégica, pero también la revisión del catálogo de títulos», argumenta Madrid.

Para la rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Beatriz Miguel, la internacionalización de las universidades y la puesta en marcha de títulos europeos también son fundamentales. Miguel apuesta además por dar mayor fluidez al salto desde la Formación Profesional de grado superior a la Universidad.