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Alumnos en una clase de instituto, en una fotografía de archivo.
Alumnos en una clase de instituto, en una fotografía de archivo. Antonio Gil / AGM

Las bajas notas en PISA de los alumnos murcianos son reflejo de un pobre contexto social y cultural

La mayor diversidad en las aulas y el modelo productivo también influyen en las calificaciones de los chicos de 15 años en la evaluación internacional

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Jueves, 5 de diciembre 2019, 13:17

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El fracaso o el éxito de los estudiantes de 15 años en la evaluación internacional PISA es en realidad el batacazo o el logro de toda la sociedad murciana. Los resultados obtenidos por los alumnos de la Región en el informe 2018, que vuelven a quedar por debajo en las dos competencias analizadas, Matemáticas y Ciencias, son un claro reflejo del contexto en el que esos chicos se desenvuelven, viven y estudian y que, destacan los expertos y el propio informe, está marcado con un entorno socieconómico poco favorecido, una elevada cuota de diversidad en las aulas y una tasa de abandono escolar y repeticiones de curso por encima de la media.

Las condiciones sociales, económicas y culturales que rodean a los alumnos de la Región en su día a día escolar no son las más ventajosas para su rendimiento académico. Al contrario, el llamado Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC) de la Región es el tercero más bajo de España (solo por delante de Ceuta y Melilla) y se posiciona entre los cinco últimos de los países de la OCDE que participaron en el estudio.

Los evaluadores de PISA analizan ese indicador en la certeza de que las competencias de los estudiantes reproducen en buena medida ese entorno. El ISEC se calcula promediando elementos como la ocupación profesional y el nivel educativo de los padres y los recursos disponibles en el hogar de los chicos, el número de libros, los dispositivos digitales... A partir de ese valor, PISA clasifica a los países y regiones más favorecidos, y coloca a Murcia en la cola.

«Murcia no es Finlandia, ni Noruega», resume el presidente de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Secundaria de la Región (Ades), Raimundo de los Reyes, en coincidencia con el profesor de Didáctica y Organización Escolar de la UMU, Andrés Escarbajal, para quien el nivel socioeconómico y cultural «es determinante» en las puntuaciones logradas por los alumnos en la evaluación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a 79 países y territorios. De hecho, el listado de los países que despuntan por sus buenos resultados en PISA incluye a la mayoría (con excepciones) de los que tienen un ISEC elevado. En el caso de España, la equivalencia no se da en todas las comunidades, ya que algunas como Madrid, con un buen ISEC, han caído en los resultados, pero con todo, el nivel de coincidencia es alto. Los evaluadores de PISA tienen clara la repercusión determinante del nivel socioeconómico y cultural de las familias en las competencias que demuestran sus hijos, y destacan que los estudiantes más desfavorecidos socioeconómicamente tienen casi el triple de posibilidades de no alcanzar el nivel medio en las áreas de Ciencias y de Matemáticas.

La diversidad que acogen las aulas murcianas lastra también los resultados. «A mayor equidad e inclusión, peores resultados», resume Escarbajal, quien con todo aboga por un sistema solidario como el que impera en la Región. También la consejera de Educación, Esperanza Moreno, está satisfecha de la capacidad de respuesta de los institutos murcianos, que concentran a más repetidores y alumnos procedentes de otros países que otras regiones. «Nuestro objetivo es ser capaces de ofrecer una salida a cada uno: con clases de refuerzo, programas de FP.... Así se ha conseguido bajar la tasa de repetidores», destaca.

El elevado porcentaje de alumnos que perdieron algún año y no estudian el curso que les corresponde por edad, a pesar de que en esta edición bajó de forma significativa hasta el 34%, también penaliza las medias de los estudiantes murcianos. El rendimiento de los repetidores es «significativamente» peor que el de aquellos que estudian el curso que les corresponde por edad, es decir cuarto de ESO a los 15 años. En esas condiciones, la Región juega con desventaja, ya que un amplio 34% (un porcentaje también muy encima de la media de la OCDE y seis puntos de la española) está un curso, dos y hasta tres por detrás, en lugar de estudiar cuarto de ESO, como la mayoría de los estudiantes de todo el mundo que realizaron el examen.

Con y sin repetidores

Los evaluadores de PISA calcularon incluso el rendimiento medio de los alumnos murcianos con y sin repetidores, y las diferencias entre los dos grupos son abismales. En Matemáticas, el grupo de no repetidores hubiera logrado una puntuación de 516, al nivel de los grupos de cabeza de PISA, como Suiza, Canadá y Países Bajos. Los repetidores han logrado en cambio un registro 114 puntos menor, y que les colocaría en los últimos puestos. «La Región es una de las comunidades autónomas que peores índices de fracaso y abandono escolar presenta, y este informe viene a corroborarlo», valora el diputado del Grupo Parlamentario Socialista Antonio José Espín. Coincide con los sindicatos SIDI, Comisiones Obreras y Anpe en achacar los malos resultados de los estudiantes murcianos también a las políticas de recortes y a la Lomce. «Empezamos a ver los efectos nocivos de una ley orgánica que se hizo e implantó a espaldas de la comunidad educativa y con el rechazo de todos los partidos políticos salvo el PP», denuncia Diego Fernández, de CC OO, para quien los «recortes draconianos», con menos docentes y ratios más elevadas, pasaron factura. También, apuntan desde el SIDI, las mayores exigencias de burocratización y los formalismos a los docentes, que sienten «recortada su autonomía docente».

La menor implicación de las familias, en una región con un modelo productivo muy vinculado al turismo y a la agricultura, que ofrece una salida rápida a los alumnos menos motivados para estudiar, empuja los resultados a la baja, como ocurre también en Baleares y la Comunidad Valenciana, remarcan los docentes. Un pacto educativo consensuado por toda la comunidad educativa sería, para Anpe, el arranque del camino en otra dirección.

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