Cuando suspender es aprobar
La comunidad educativa reivindica el valor del esfuerzo, pero coincide en que repetir curso no mejora la trayectoria académica del alumno
Suspender un número determinado de asignaturas no implicará repetir curso desde el próximo año académico para los alumnos de la ESO. La decisión sobre ... si el alumno pasa de curso u obtiene el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) la tomará el equipo docente de forma colegiada, y la repetición será una medida excepcional que se aplicará solo cuando se considere que es la opción más beneficiosa para la trayectoria académica del estudiante. Además, el título de Bachiller podrá obtenerse con una asignatura suspensa. Lo establece así el proyecto del real decreto que regulará la evaluación y la promoción de curso en Primaria, Secundaria y Bachillerato de acuerdo a la 'ley Celaá', que el Ministerio de Educación ha enviado a las autonomías para que planteen cambios antes de aprobarlo. Las nuevas reglas del juego han dividido a la comunidad educativa, que por una parte teme que el esfuerzo pierda valor y los estudiantes se relajen, pero a la vez tiene claro que la repetición de curso raramente tiene un efecto positivo en la trayectoria académica del estudiante y, en muchos casos, le aboca al abandono.
Cuatro de cada diez estudiantes de 15 años van en la Región uno, dos y hasta tres cursos por detrás del que les correspondería por edad, la segunda tasa más alta de España y el triple que la media de la OCDE. Profesores, pedagogos, padres y Administración coinciden en que es una medida pedagógica ineficaz, estigmatizante y cara. Precisamente rebajar esa tasa, criticada por la OCDE, es el objetivo que se ha marcado el Ministerio de Educación con las nuevas reglas de evaluación.
LA EVALUACIÓN Y PROMOCIÓN EN LAS ÚLTIMAS LEYES EDUCATIVAS
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LOGSE (1990) Solo era posible repetir una vez por ciclo, nunca en 1º de ESO. Aunque en su aplicación hubo varios cambios, siempre se dejaba una gran discrecionalidad en su aplicación concreta al equipo educativo y no había límite de suspensos. Al repetir una sola vez por ciclo, si un alumno repetía en primero de la ESO, aunque el siguiente curso suspendiera todas, pasaba de curso automáticamente. Eran los llamados popularmente 'segundos al pil pil'. En segundo de Bachillerato era obligatorio aprobar todas para lograr el título y poder hacer la Selectividad.
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LOCE (2002) Nunca llegó a aplicarse. Se establecía la obligatoriedad de la repetición por curso cuando el alumno no alcanzara los objetivos en tres o más asignaturas y se limitaba dicha repetición a una vez por curso. En segundo de Bachillerato era obligatorio aprobar todas para lograr el título y poder hacer la Selectividad.
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LOE (2006) Establecía la posible repetición por curso de una sola vez y aumentó el número de materias que hacían repetir de forma obligatoria en cuatro o más, impidiéndolo cuando fueran dos, y dejando a la discrecionalidad del equipo educativo cuando fueran tres. En segundo de Bachillerato era obligatorio aprobar todas para lograr el título y poder hacer la Selectividad.
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LOMCE (2013) En ESO se pasa de curso con hasta dos materias suspensas siempre que no sean simultáneamente Lengua y Matemáticas, y en Bachillerato con dos suspensas. El título de ESO puede obtenerse con dos materias suspensas, siempre que no sean simultáneamente Lengua y Matemáticas. El título de Bachillerato solo puede obtenerse con todas las asignaturas aprobadas.
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LOMLOE (2021) En ESO el alumno pasará de curso a criterio de la Junta de Evaluación de su clase, sin un límite concreto de suspensos. En Bachillerato podrá pasar de curso con dos suspensos. El título de la ESO se obtendrá también a criterio de la Junta de Evaluación, sin un límite concreto de suspensos. El título de Bachillerato podrá lograrse «excepcionalmente» con un suspenso.
Unas normas difusas y, de momento, poco concretas, que por lo pronto han generado cierta inquietud entre los docentes. «Puede resultar controvertido dejar la última decisión en manos de los equipos docentes, y generar conflictos con las familias, y aunque el objetivo de la medida es positivo, está claro que si se mantienen las elevadas ratios actuales y no se refuerza con apoyos para el alumno que lo necesita, no sirve de nada», reivindica el director del IES Ramón y Cajal de Murcia, seleccionado por el Ministerio para participar en el diseño del nuevo currículo. También lo ve así el director del IES Alfonso X de Murcia, Andrés Nieto, quien teme que se planteen agravios comparativos y que el valor que los alumnos dan al esfuerzo se resienta. «Lo que tiene poco sentido es aplicar medidas de Finlandia en aulas masificadas», lamenta el docente.
Cuatro de cada diez estudiantes murcianos de 15 años han repetido una, dos y hasta tres veces en Primaria y ESO
El coste académico, emocional y económico de la repetición de curso es, en cualquier caso, insostenible para docentes y familias, que sí valoran el intento de atajar la disparada tasa. «Repetir no funciona, y en muchos casos lleva al fracaso», reivindica la presidenta de la Asociación de Directores de Secundaria, Isabel Saturno. Coincide con ella la presidenta de la FAPA, Isabel Maldonado. Tampoco tiene dudas el investigador, profesor de la UMU y consultor de prácticas y políticas educativas Andrés Escarbajal, para quien «hay evidencias empíricas del error de la repetición, que además contribuye a la desigualdad educativa».
Pasar de curso a los alumnos sin límite de suspensos no es, para la mayoría, la solución, pero sí un punto de partida hacia un cambio de modelo educativo que, en cualquier caso, debería ir acompañado de programas de refuerzo, reducción de las ratios y recursos. «Veo con buenos ojos que el equipo docente en su conjunto, y no una calificación numérica de un profesor, decida sobre la promoción de un alumno», reflexiona Escarbajal.
Lograr el título de la ESO con suspensos no es una novedad. Actualmente, los estudiantes pueden graduarse con hasta dos materias sin aprobar, siempre que no sean de forma simultánea Lengua y Matemáticas y que tengan al menos un cinco de calificación media en su expediente, como ya ocurría con la anterior ley educativa.
La falta de concreción del nuevo decreto de evaluación puede generar, temen los docentes, agravios comparativos y conflictos con las familias
El decreto sí supondrá un cambio para los estudiantes de segundo de Bachillerato, que hasta este año solo han podido graduarse con todas las materias aprobadas. Desde el próximo, «de manera excepcional», podrán llevarse el título y presentarse a la Ebau con una asignatura suspensa.
En la práctica, coinciden sindicatos y educadores, es improbable que los equipos docentes den su respaldo a la promoción de un alumno con, por ejemplo, cinco suspensos. «No habrá mucha diferencia con el sistema actual. Al final, la realidad es que el número de suspensos no es tan importante, lo son las necesidades de formación del alumno», reivindica la presidenta de FAPA.
Para el profesor honorario de Historia de la Educación de la Universidad de Murcia Antonio Viñao, el sistema educativo debe ser capaz de dar respuesta a los estudiantes con dificultades. «Si la sociedad valora, discrimina y clasifica, es un problema social, no educativo. En todo caso, lo que desde la educación no puede hacerse, si es obligatoria, es reforzar y legitimar académicamente dichas valoraciones o discriminaciones sociales, sean cuales sean los criterios empleados para etiquetar o clasificar».
Planes de refuerzo
El consenso es claro entre la comunidad educativa al demandar que la reforma del sistema de evaluación llegue acompañada de recursos y de un programa exhaustivo para reforzar a los alumnos con suspensos, independientemente de que pasen de curso y titulen. La nueva ley establece que «los estudiantes que pasen con materias no aprobadas seguirán planes de refuerzo establecidos por el equipo docente que el alumnado deberá superar en las evaluaciones correspondientes». Si los estudiantes no siguen esos programas, «será tenido en cuenta a los efectos de promoción y titulación», advierte la normativa.
La Consejería de Educación, entre tanto, ya ha mostrado su oposición a las nuevas normas: «Es difícil garantizar una evaluación objetiva si no se tiene una concreción del número de materias con las que un alumno puede promocionar o no. Las decisiones del equipo docente dejarán de ser realistas y objetivas sin un criterio claro y concreto, dado que con los criterios establecidos se podría llegar a una discriminación en las decisiones de promoción y titulación», remarca Educación. Sin embargo, la norma no deja mucho margen de acción a las comunidades, que no podrán condicionar en sus reglamentos la promoción al número de suspensos.
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