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La ansiedad, el bajo estado de ánimo y la soledad no deseada inquietan a los jóvenes murcianos, que transitan por esas emociones sin percibir ... el suficiente apoyo social. El estudio 'Inquietudes, preocupaciones y salud mental de la juventud en España', realizado por la Fundación Atalaya, ha preguntado sobre la cuestión a los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años (el 3,56% de los más de 2.000 encuestados residen en la Región), y las conclusiones serán presentadas este martes en el II Congreso sobre Salud Mental Infanto-Juvenil organizado por la Cátedra Internacional de Responsabilidad Social de la Universidad Católica (UCAM).
El estudio se centra en cuatro áreas críticas: la salud mental general, con un análisis de trastornos como la ansiedad y la depresión; el bienestar social, evaluando el impacto de la soledad no deseada; la aceptación del riesgo, que examina conductas problemáticas; y la satisfacción general en áreas clave de la vida.
La autovaloración que los jóvenes realizan de su salud mental releva que cerca de un tercio de los jóvenes consideran que es regular o insatisfactoria, aunque la mayoría, un 53%, la puntúa con los valores máximos.
La ansiedad aturde a más de la mitad de los adolescentes y jóvenes, pero solo uno de cada cinco considera que sus problemas son graves. La sintomatología de ansiedad la presentan mayoritariamente las chicas, y la relacionan con problemas de sueño y para relajarse. Lo que consideran «bajo estado de ánimo» es un «problema generalizado en la juventud española, y afecta principalmente a los chicos de entre 15 y 19 años.
El sentimiento de soledad no deseada afecta de forma grave al 15% de los alumnos, y la mitad dicen sentirse así algunas veces. Son las chicas las que con más frecuencia dicen sentirse solas sin desearlo. La mayoría de las investigaciones, apunta el estudio, «hablan de un patrón en forma de 'U', donde los mayores índices de soledad se sienten en la adolescencia y la tercera edad».
Los jóvenes españoles no sienten que el apoyo que les brinda la sociedad sea sólido. De hecho, dos de cada diez consideran que ese respaldo es bajo, el 45% estima que moderado y el 35% alto. «Los jóvenes que perciben un mayor apoyo social son los residentes en núcleos urbanos y tienen estudios superiores», destaca el informe, que señala que, por el contrario, quienes viven en zonas rurales perciben con menor intensidad ese apoyo social.
El estudio destaca que un 1,5% de los jóvenes, de los 2.002 encuestados, reporta un alto riesgo de suicidio, «lo que exige intervenciones inmediatas. Además, la falta de habilidades emocionales y la dificultad para gestionar el estrés alimentan ciclos de pensamientos negativos y frustración». Las preocupaciones económicas contribuyen a un estado de ansiedad persistente que pone en riesgo el bienestar general.
Las conclusiones del estudio serán presentadas este martes en la UCAM por algunos de sus autores, como el doctor en Psicología Javier Urra, y el jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango. El congreso, organizado por la Cátedra Internacional de Responsabilidad Social de la UCAM, y que será inaugurado por el consejero de Salud, Juan José Pedreño, explorará las correlaciones entre distintas variables, como la falta de apoyo social y el uso excesivo de redes sociales, asociadas a una menor satisfacción personal y un mayor riesgo de trastornos mentales.
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