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Marchando una de bacterias a Marte

Marchando una de bacterias a Marte

Organismos terrestres acostumbrados a condiciones extremas podrían llegar al Planeta Rojo y otros lugares en las naves enviadas por el ser humano

CRISTINA L. ÉBOLI

Sábado, 24 de mayo 2014, 08:05

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El humano no puede sobrevivir en el espacio. Pero hay organismos que si pueden hacerlo al menos durante un tiempo. Existen bacterias capaces de aguantar las más extremas condiciones adversas. Es por ello que cada vez que se envía una nave o sonda al espacio los científicos se cuidan mucho de que esté totalmente esterilizada.

Esta semana Nature lanzó la posibilidad de que el rover Curiosity haya llevado consigo organismos que pudieron sobrevivir al viaje, soportando la falta de oxígeno o las bajas temperaturas.

En la Tierra se conoce a estas formas de vida como extremófilos, término que significa "amante de las condiciones extremas". Las hay de muchos tipos. Así, se han encontrado las que viven sin agua, otras entre mínimas temperaturas y otras entre muy altas, sin presión, bajo una gran radiación...

En el caso de los conocidos como tardígrados, son capaces de deshidratarse hasta entrar en una especie de muerte de la que pueden despertar cientos de años después, los mismos que podría durar un viaje espacial.

El caso es que si un día se da el caso de que el ser humano encuentra vida más allá de la Tierra podría suceder que esta proviniera de este mismo planeta. Es por ello la preocupación de los científicos. La máxima es no contaminar con nuestras formas de vida otros lugares del universo. Uno de los ejemplos es la luna de Júpiter Europa. Este mundo de hielo esconde un gran océano en su interior y hoy día es el máximo candidato para hallar vida extraterreste. De hecho, la NASA ya ha encontrado vida a más de 180 metros de profundidad en la Antártida. Por eso la agencia estadounidense mide hasta el milímetro que las naves que envía al gigante del Sistema Solar no vayan a chocar contra su satélite y puedan llegar a contaminarlo con algún extremófilo.

En cualquier caso, aunque estos organismos pudieran llegar a otros planetas es del todo improbable que pudieran desarrollarse hasta lograr convertirse en una forma compleja de vida. Y es que la Tierra, por el momento, sigue siendo un lugar único para albergarla.

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