Lucy, 'la madre de la Humanidad, murió por diversas lesiones tras caerse de un árbol
El homínido más antiguo descubierto era una 'australopitecus' que vivió hace 3,2 millones de años en la actual Etiopía, de la que se sabe que medía 1,10 metros, pesaba 27 kilos y falleció a los 20 años
B. ROBERT
Martes, 30 de agosto 2016, 01:05
Lucy, el homínido más antiguo jamás descubierto, se mató tras caer de un árbol. Un equipo de investigadores ha analizado sus restos y ha encontrado fracturas en distintas partes de su cuerpo. Apuntan, en un artículo publicado ayer en 'Nature', que se precipitó al vacío desde unos doce metros de altura, lo que le provocó lesiones de gravedad que acabaron con su vida.
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Los restos de Lucy son los más antiguos de un antepasado humano que caminaba erguido. Era una 'australopitecus' que vivió hace 3,2 millones de años en la actual Etiopía. Se ha ganado, por esto, el título popular de 'madre de la Humanidad'. Hasta ahora se sabía que medía alrededor de 1,10 metros, pesaba 27 kilos y que tenía unos veinte años cuando murió.
Los investigadores han detectado fracturas por todo su cuerpo, aunque la primera que vieron estaba en el húmero. «Esta fractura se da cuando las manos chocan contra el suelo en una caída y provocan que los huesos del hombro se golpeen los unos con los otros», explicó John Kappelman, científico de la Universidad de Texas (EE UU) y coautor del trabajo.
Pronto aparecieron otras fracturas en el otro hombro, el tobillo, la rodilla, la pelvis y una costilla. «Todas coherentes con una caída desde gran altura». Y como no hay pruebas de curación, los investigadores creen que son 'perimortem'. Es decir, justo antes de morir.
Calculan que Lucy aterrizó a más de 35 km/h, con los pies, y apoyó los brazos contra el suelo para amortiguar el golpe. «Cuando vi el alcance de sus lesiones, no pude evitar imaginármela y sentir un pulso de empatía a lo largo del espacio y el tiempo», afirmó Kappelman.
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Los científicos creen que Lucy pasaba buena parte del día en el suelo, pero subía a los árboles a recolectar comida y a protegerse de noche. Sospechan que, tal vez, su adaptación a caminar erguida la había hecho menos hábil en sus movimientos entre las ramas.
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