La sequía provoca las primeras muertes de árboles en los espacios naturales de la Región de Murcia
Medio Ambiente detecta la mortandad de pinos, encinas, sabinas o romerales en los montes ante la falta de lluvias desde hace meses
El bosque y el matorral mediterráneo visten los montes y parajes naturales de la Región de Murcia por estar capacitados para sobrevivir en climas semiáridos, ... con inviernos templados y veranos muy secos. Pero no todo es para siempre y, al final, la falta de lluvias generalizadas en la Comunidad comienza a pasar factura a una masa forestal en los espacios naturales que lleva sin recibir una cantidad importante de agua caída del cielo desde hace muchos meses. Desde la primavera muy húmeda de 2022, el medio natural del sureste español sufre un periodo de sequía que ya está cobrando sus primeras víctimas.
Los agentes medioambientales y técnicos de la Consejería de Medio Ambiente han comenzado a detectar la muerte de ejemplares de distintas especies forestales y vegetales, sobre todo en lugares de baja productividad en suelo rural o mala calidad de estación. En estas zonas, los efectos de la sequía se hacen más severos si de por medio existen otros factores como una alta radioación solar y temperaturas extramadamente altas. «Actualmente, ya se están produciendo mortandades de pinos», apuntan fuentes de este departamento, por la ausencia de precipitaciones que rieguen los montes, así como «un decaimiento generalizado en encinas, sabinar, coscojas, lentiscos y mortandades masivas en romerales y falta de brotación en espartizales».
Los técnicos de la Consejería señalan que estos casos no se están dando de forma generalizada
Un lugar que ya ha comenzando a padecer estos efectos de la sequía es el espacio de Coto Cuadros, entre Murcia, Santomera y Molina, un terreno de baja calidad forestal más vulnerable a estas situaciones. Medio Ambiente, que incide en que la principal afección se da en pinares al suponer el 90% del arbolado de la Región de Murcia, apunta que por el momento no es preocupante estos episodios de mortandad ni se están dando de forma generalizada. «La sequía provoca un debilitamiento progresivo del árbol, revelándose inicialmente con el amarilleamiento de las hojas, perdida de turgencia, marchitamiento de ramillos y brotes, y progresando hacia defoliaciones» que acaban afectando a todo el ejemplar, detallen.
Los más vulnerables
Pequeños mamíferos, reptiles o aves son los animales que más tienen que luchar por su supervivencia en un medio tan seco, ante la dificultad de encontrar puntos de agua y abrevaderos. «Las sequías prolongadas y modificaciones ecosistémicas pueden implicar la desaparición de ciertos hábitats», indican desde la Consejería. El problema radica en que la falta de lluvias puede debilitar el ciclo reproductivo de estas especies, e incluso de otras que están por encima de la cadena trófica.
Los técnicos de Medio Ambiente reflejan que las superficies arbóreas más afectadas y más vulnerables a estos fenómenos son las zonas limítrofes entre una comunidad vegetal y otra: «Son los límites de distribución de numerosas especies, algunas de ellas de distribución restringida». Otra gran víctima de la sequía son las plantas ligadas a humedales y criptohumedales, manantiales, surgencias, fuentes y pequeños cursos de agua dulce.
Desde la primavera de 2022 la Comunidad no registra abundantes lluvias que mejoren el estado de los bosques
La Región de Murcia acaba de salir de un final de año extremadamente seco, según la Agencia Estatal de Meteorología, donde apenas ha llovido, y lo que ha caído no ha servido para remontar el estado de la vegetación. «Los bosques y masas forestales mediterráneas están adaptadas a sequías, pero el problema se agrava con los periodos prolongados y persistentes de sequía», advierten los expertos de la Consejería. La predicción de lluvias para el próximo trimestre no es nada buena, e incluso la Comunidad acaba de atravesar unos días de cálidas temperaturas anormales para esta época del año. Esta situación ha derivado en que el Gobierno central publicara hace unas semanas un paquete de medidas contra los efectos de la sequía en toda España.
La atención se pone ahora sobre el riesgo de incendios, que se eleva conforme el suelo y la vegetación se vayan secando a consecuencia de la nula presencia de precipitaciones, lo que deja una gran cantidad de combustible en los montes en forma de madera. A esto se suman otras claves como el aumento de temperaturas y la sequedad del aire.
Llenado de charcas
En 2023, los agentes medioambientales y los equipos de la Unidad de Defensa Contra Incendios Forestales (UDIF) redoblaron esfuerzos para llenar un total de 131 charcas en espacios naturales protegidos. Algunas de estas charcas son de especial importancia, como las que se encuentran en la zona de Zarcilla de Ramos (Lorca), área de reintroducción del lince ibérico en la Región de Murcia.
Estos medios también realizaron riegos de socorro en determinadas zonas de la Región, poniendo más atención en las repoblaciones que se han llevado a cabo en ubicaciones como el Área Recreativa del Boquerón en la Sierra de la Pila, en Abarán, o a las secuoyas de la Base Helitransportada de la Alberquilla, en Caravaca de la Cruz, donde se han instalado 19 apoyos de riego. Los trabajos selvícolas permitieron, según datos de la Consejería, actuar sobre 528 hectáreas, la mayoría en espacios protegidos, o arreglar el firme de varios caminos forestales y cunetas, así como colocar 74 elementos de drenaje como pasos de agua.
Alerta temprana por plagas
Los servicios forestales también han establecido una alerta temprana para monitorizar los bosques que podrían verse afectados por plagas como bacterias o insectos que anualmente provocan daños en la naturaleza. Estas amenazadas son combatidas con tratamientos en zonas vulnerables a los distintos insectos para vigorizar la masa arbórea, eliminando los pies debilitados de forma que el resto de los árboles dispongan de más recursos hídricos y nutrientes, mejorando su vitalidad y dificultando el ataque de los perforadores.
Más herbívoros silvestres para mejorar los bosques
Un cambio en la política forestal. La organización Ecologistas en Acción cree que las masas forestales de la Región nacidas tras las repoblaciones de bosques que se llevaron a cabo el siglo pasado «necesitan una intervención destinada a gestionar mejor el combustible», es decir, las tareas de podas o aclareos de los árboles o la eliminación de especies exóticas, junto con la diversificación de plantas en estos entornos naturales empleando arbustos. Respecto a las masas forestales naturales, Ecologistas apuesta por una gestión integral retirando plantas invasoras y actuando sobre la competencia mutua de diferentes especies de pinos, además de utilizar más arbustos. «A ambas masas también les hace falta la incorporación de herbívoros silvestres para mejorar su estructura y diversidad», señala la organización.
Los recursos propios de la cuenca del Segura entran en nivel de 'emergencia'
Los recursos hídricos propios de la cuenca del Segura han entrado este mes en nivel de 'emergencia', según el índice de escasez de agua de la CHS. La situación de los volúmenes almacenados que corresponden a las aportaciones del río y los afluentes en sus cabeceras han llegado al peor escenario, pero la situación global de la cuenca se mantiene en nivel de 'alerta'. La razón se encuentra en el equilibrio que se ha producido los últimos meses gracias a la suma de los recursos que llegan por el Trasvase Tajo-Segura, que mejoran el la situación global del Segura.
Los embalses de la cuenca están al 18% de su capacidad, una cifra muy baja, y los recursos propios del Segura no estaban en 'emergencia' desde octubre de 2017. La CHS prevé que para marzo o abril se tenga que declarar la situación de sequía prolongada, lo que derivaría en un mayor recorte de agua para la agricultura, pero permitiría activar los pozos de sequía, una medida de emergencia para asegurar el abastecimiento con agua subterránea. En concreto, la red de sondeos estratégicos de la cuenca aportarían al año 92 hectómetros de los acuíferos: 31 hm3 del Sinclinal de Calasparra (único con la Declaración de Impacto Ambiental aprobada), 16 hm3 de la Vega Baja, 32 hm3 de la Vega Media, 11 hm3 para la población de Pliegues jurásicos del río Mundo y otros 2 hm3 del acuífero de Alcadozo.
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