El sector del limón debe arrancar 3,5 millones de árboles para recuperar el equilibrio

El objetivo es más amplio: aprovechar esta crisis para acometer una amplia reestructuración del sector y evitar que esta situación se vuelva a repetir, señala el director general de Ailimpo, José Antonio García.

El arranque será voluntario y requiere previamente de una modificación legal que permita incentivar a los productores que decidan eliminar plantaciones de cítricos que les ha costado muchos años sacar adelante con una gran inversión. La operación no sería lineal, sino que se haría de forma quirúrgica y selectiva.

En la reunión monográfica para abordar la crisis del limón, que tuvo lugar en el Ministerio de Agricultura con representantes de la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Andalucía, el departamento de Sara Rubira planteó abordar un plan de arranque de limoneros para equilibrar la demanda a la producción, un planteamiento que apoya la interprofesional Ailimpo, que agrupa a productores, comercializadores e industria del mundo del limón en España.

Las administraciones públicas y el sector deben acordar una hoja de ruta para materializar el arranque de 12.000 hectáreas, según las estimaciones de la Consejería y Ailimpo. Esta superficie representa cerca de la cuarta parte de la producción total nacional, que asciende a 53.093 hectáreas, de las que 28.426 están en la Región de Murcia. Sobre esta base, se estima que habría que arrancar entre 6.500 y 7.000 hectáreas en el territorio de la Comunidad, aunque antes habría que estudiar las zonas, calendarios y variedades.

El arranque de 3,5 millones de árboles (una media de 290 ejemplares por hectárea) supone eliminar la mitad de los ejemplares plantados en los últimos ocho años y que han provocado este año el estallido de la burbuja, al incrementarse en un 36% la superficie dedicada a este producto.

El secretario general de la Consejería de Agricultura, Francisco González Zapater, explica que actualmente solo se pueden establecer planes de arranque dentro de los programas operativos de las organizaciones de productores de frutas y hortalizas, y basado en una reconversión varietal. «Fuera de ello no se puede hacer ninguna actuación con fondos públicos, dado que significaría una regulación del mercado», apunta. En este sentido, la propuesta de la Consejería al Ministerio «precisa de una modificación legislativa que posibilite, dentro de la organización de productores de frutas y hortalizas, el arranque de plantaciones y la prohibición de nuevas plantaciones de limón con fondos públicos».

En la misma línea, José Antonio García sostiene que debe existir una línea de incentivos económicos para los productores que arranquen limoneros. «Este plan de arranque sería voluntario y la única forma de financiación sería a través de los programas operativos, previa modificación de la legislación que lo regula. El plan de arranque es un instrumento de regulación de la oferta y la demanda, pero no implica que el agricultor no pueda poner otro cultivo, incluso dentro de los cítricos», puntualiza.

Habrá un grupo de trabajo entre las comunidades autónomas, el Ministerio y Ailimpo, que decidirá cómo se reparten las 12.000 hectáreas entre las regiones, añade García, teniendo en cuenta la combinación de variedad (fino y verna) con los distintos patrones. «Por ejemplo, nos sobra fino-macrophylla, que presiona mucho el arranque de campaña, y nos falta un verna tardío (verna sobre naranjo amargo) que nos permita alargar la campaña en junio», detalla el dirigente de Ailimpo.

Sostiene que hay que aprovechar el momento para un objetivo más ambicioso, como es reestructurar el sector en los diez próximos años. «Este plan no debe servir solo para reducir producción y volver al orden de las 40.000 hectáreas, sino para ordenar bien el calendario de recolección de la fruta, y analizar las combinaciones de variedad y patrón».