La Comunidad recuperará la Encañizada del Ventorrillo como sistema tradicional de pesca del Mar Menor

Justo 600 años después de que Pedro Fernández de Palomares pidiera autorización al Concejo murciano para construir «una traviesa de estacas, cañas y atocha», en 1414, el que fuera diputado José Miguel Luengo presentaba en la Asamblea Regional una moción para recuperar la encañizada abandonada. «Mi abuelo fue mozo de las encañizadas», cuenta el alcalde y secretario general del PP-RM. Años después se ha salido con la suya, y el proyecto cuenta con declaración de impacto ambiental positiva y un presupuesto de 700.000 euros de los fondos europeos Feder pertenecientes a la Inversión Territorial Integrada (ITI) Mar Menor.

«En los próximos días comenzarán las obras», anunció ayer el presidente regional, Fernando López Miras. Con un plazo de dos años -hay que parar del 1 de marzo al 1 de septiembre por la temporada de anidación de aves-, se inicia la construcción de un pantalán de madera frente a la casa que abrigaba al arráez y a los trajineros -los que transportaban el pescado- durante las noches de ventiscas.

Con forma triangular se creará una pedriza perimetral en el islote con el fin de retener las arenas y dejar canales de agua con el Mediterráneo. El proyecto prevé el dragado del entorno hasta un calado de 50 centímetros «para que haya paso de peces», apuntó el jefe del Servicio de Pesca, Emilio María Dolores.

En la última fase, se prevé la instalación de la encañizada, con sus paranzas de cañas colocadas con un centímetro y medio de separación para permitir las corrientes de agua y la salida de los alevines. El técnico asegura que el Plan de Vigilancia Ambiental será «riguroso, de modo que se vigilará el censo de aves, la pradera de cimodocea -vegetación marina-, de nacras, fartet y lodos».

Para el empresario Sinforoso Albaladejo, propietario de la empresa Pescados Albaladejo que explota desde hace 22 años la otra encañizada en activo, La Torre, «no es una instalación rentable, sino una ilusión de mi padre, por eso nos hicimos cargo y la mantenemos, pero tiene muchos gastos, como el dragado permanente». Al recibir la concesión para explotar la instalación pesquera, la mercantil tuvo que invertir 150 millones de las antiguas pesetas -algo más de 900.000 euros-, según afirma Albaladejo.

Este antiguo artilugio de pesca sigue dando frutos: «La semana pasada cogimos en cuatro días 2.500 kilos de pescado, 20% galupe y 80% doradas», cuenta el principal empresario del pescado en la zona. Aún así, no tiene aún claro que vaya a participar en el concurso por la adjudicación del Ventorrillo. «Lo consultaré con la familia», afirma Albaladejo, que asistió ayer a la presentación del proyecto.

El presidente López Miras defendió que esta actuación «nos ayudará en la recuperación del Mar Menor», pero no garantizó que el paraje pudiera convertirse en destino turístico, como se pensó en un principio. «Se estudiarán posibles usos si son compatibles con la conservación del Mar Menor», afirmó el jefe del Ejecutivo regional. «El Gobierno murciano no descansa ni un solo día en su afán de recuperar el Mar Menor. Es la prioridad en nuestra hoja de ruta», aseguró.