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Un extrabajador de Glovo, Deliveroo y Just Eat de Murcia. Nacho García / AGM

'Riders' a la carrera

Así trabajan las plataformas de reparto a domicilio, Glovo, Deliveroo y Just Eat, en la Región. Los repartidores proliferan en las calles a pedales o en moto, con grandes mochilas a la espalda y a contrarreloj; cada minuto cuenta para mejorar en el 'ranking' y lograr horas de trabajo

Raúl Hernández y / Fernando Perals

Lunes, 3 de junio 2019

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Cuatro mochilas enormes de la empresa Glovo descansan en el suelo junto a cuatro motos aparcadas frente a la puerta de un McDonald's de Murcia. En pie, formando un corrillo, sus dueños charlan sobre una 'app' de sus móviles. «No la actualices que la cagas». Se refieren a la aplicación de la firma que es, junto a la mochila y la moto, su herramienta de trabajo indispensable. A través de ella reciben los pedidos del día. En su perfil pueden ver qué posición ocupan en el 'ranking' laboral y el dinero ganado hasta ese día del mes. Uno de los empleados lleva realizados 13 recados en tres horas que le han reportado 33 euros, y aún le queda las horas punta de la cena.

El restaurante de comida rápida es uno de los filones de Glovo, ya que mantienen un acuerdo de reparto en exclusiva. Por eso, es frecuente ver todos los días, a partir de las 20 horas, a numerosos repartidores aguardando en su puerta. «Es como una parada de taxis. Este mediodía he trabajado tres horas y con las tres que echaré ahora espero ganar unos 60 euros esta jornada», comenta el chico, que prefiere no dar su nombre. A la hora de realizar este reportaje, ningún trabajador en activo ha querido revelar su identidad. «No quieren que hablemos ni para bien ni para mal de nuestro trabajo. En cuanto a derechos laborales, hemos dado algunos pasos para atrás. Hace dos meses hubo una huelga en Murcia de repartidores y los siete organizadores de la protesta se fueron a la calle, pero sus bajas se ocuparon rápido», comenta Pablo (nombre ficticio).

Así está la ley

  • Nueva normativa Desde abril, los repartidores de comida a domicilio están en el Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería (ALEH), con vigencia hasta diciembre de 2020, según una orden de la Dirección General de Trabajo publicada en el BOE.

  • Consecuencias La principal es que los repartidores son considerados personal laboral de hostelería, sujetos, por lo tanto, a los mismos derechos y deberes que cualquier otro empleado.

  • El problema La medida sería aplicable a trabajadores por cuenta ajena, no a autónomos, pero la Inspección de Trabajo ha empezado a tomar cartas en el asunto, denunciando que los repartidores de empresas como Glovo y Deliveroo son, en realidad, falsos autónomos, y confía en que la Justicia las obligue a darlos de alta.

Hasta 11 horas diarias

La necesidad ha llevado a gente de todas las edades a recorrer sobre dos ruedas las calles de la ciudad con una enorme mochila a cuestas, apurando los pedales o el puño de la moto. Desde jóvenes que compaginan el puesto con sus estudios, hasta adultos que se dejan seducir por las numerosas ofertas 'lowcost' de los portales de empleo. Y así, las calles se han llenado de 'riders' -como se hacen llamar- y se inician en esta labor para recibir un sueldo que les permita vivir de la mejor manera, que no necesariamente es buena.

Se lanzan a la calle para trabajar hasta 11 horas, atravesando la ciudad y jugándose el tipo para poder llenar sus bolsillos. «Yo he tenido ya tres accidentes en la moto en seis meses, aunque la culpa siempre ha sido del otro implicado», recuerda Pablo. Todos, excepto los repartidores de la empresa Just Eat, están obligados a contar con un vehículo propio que deben mantener para que no les deje tirados y sin trabajo. A final de mes, deben sacar la calculadora y descontar, de los ingresos, los impuestos. «Pagamos unos 1.500 euros cada trimestre», revela uno de los 'glovers' (nombre con el que se denomina a los repartidores de Glovo).

Al inicio de la jornada reciben el encargo, agarran sus grandes bultos y salen en moto o bici hacia el local indicado por la 'app' de su móvil. Piden lo solicitado por el cliente y vuelven a la calzada mirando el mapa de su dispositivo, bien visible en el soporte del vehículo. En el recorrido apuran semáforos y señales de tráfico, porque cada minuto cuenta, ya que compiten con 'riders' de su propia plataforma y de los otros dos gigantes que luchan por subir en la clasificación.

Un repartidor de Glovo circula en bicicleta por la plaza de Santa Catalina de Murcia.
Un repartidor de Glovo circula en bicicleta por la plaza de Santa Catalina de Murcia. V. Vicéns / AGM

Glovo aterrizó en Murcia a mitad de noviembre de 2017 y desde entonces ha sumado a sus filas a unos 80 repartidores en Murcia. Los trabajadores que comienzan se encuentran con la primera y principal premisa que requiere este oficio: ser autónomo. Miguel Ruiz, 'exrider' de la 'startup', que también probó suerte en Deliveroo y Just Eat, cuenta que el procedimiento para acceder al puesto es sencillo: «Te inscribes en la oferta de la página y te entrevistan. En una reunión de formación te explican todos los pormenores, te descargas la aplicación, te haces tu perfil, y a la calle. Haces frente al mantenimiento del vehículo, la cuota de autónomo y el IRPF. El IVA corre a cargo de la empresa», explica Ruiz.

Motivados por un 'ranking'

Cuentan con un salario fijo por pedido y ganan más dependiendo de variables. «Glovo empezó ofreciendo 13 horas al día y pagando a 6 euros la hora. Un 'rider' gana una media de 3 o 4 euros por reparto, dependiendo de la distancia y el tiempo de espera en el restaurante. La tarifa base es de 1,75 euros, el kilómetro a 45 céntimos y el tiempo de espera a cinco céntimos el minuto», recuerda el 'exrider'.

Este tipo de empresas motivan a su trabajadores mediante un especie de 'ranking' en el que se tiene en cuenta la antigüedad, los días trabajados y los pedidos aceptados y rechazados (se valora mucho los servicios de demanda alta: fines de semana de 21 a 23 horas). Así se entra en la clasificación en la que, dependiendo de la posición que se ocupe, se trabaja más o menos horas. «Por este motivo la competencia es muy alta», indica Pablo. Mantener esa posición es algo que obsesiona a los repartidores. Una de las maneras de perder puestos es rechazar pedidos en fin de semana. «Por eso dentro de unos meses me voy a plantear ceder mi cuenta a otra persona para los días que no pueda trabajar. No veo que haya nada ilegal en eso. Soy autónomo y, como tal, puedo pagar a otra persona por hacer un trabajo», relata uno de los empleados reunidos en la puerta del McDonald's, que prefiere mantener el anonimato.

En los últimos meses, la flota de repartidores de Glovo se ha ido incrementando al ampliar las zonas de servicio. «Nos encontramos crispados porque el número de 'riders' no para de aumentar y la demanda de pedidos no crece en proporción. Demandamos que se pueda llegar al Campus de Espinardo, Mirador de Agridulce, El Progreso, Los Garres, La Alberca, La Ñora donde está la UCAM y una zona residencial. Además, el servicio de soporte es un auténtico desastre y encima nos cobran por el uso de la 'app'», indica Federico (nombre inventado) y repartidor en activo de Glovo. Por su parte, desde la compañía, que busca plena disponibilidad para cubrir todos los pedidos que puedan surgir en un momento del día, señala que en este aspecto no pueden incidir ya que «el número de servicios surge en función de la demanda de los usuarios».

Una de las ventajas que destacan los 'glover' a la hora de desarrollar su trabajo tiene que ver con la ausencia de jefes y un horario fijo. «Lo mejor es la libertad que tienes para trabajar cuando quieras. Puedes estar 11 horas diarias y la oportunidad de que te entren más pedidos que en las otras dos firmas, puesto que te pueden llegar solicitudes de entrega de supermercados y otro tipo de repartos. Abre a las 10 horas y cierra a las 00 horas. Además, puedes trabajar con ellos parte de la jornada y el resto dedicarlo a otra ocupación», destaca Miguel.

Atropello en Barcelona

Glovo se encuentra en plena expansión. Está presente en las áreas urbanas de 31 ciudades españolas. En total opera en 23 países del mundo. El pasado 12 de marzo aterrizó en Cartagena y ya cuenta con una flota de entre 10 y 20 repartidores. La compañía abarca varias zonas de la ciudad: el casco histórico, el Ensanche, Barrio Peral y Ciudad Jardín, y presta servicio en Los Dolores, El Bohío y Santa Ana. Sin embargo, Federico es pesimista con el horizonte que se le avecina a la plataforma: «Puede morir de éxito porque se están haciendo las cosas mal, no se está atendiendo al empleado como se debe y no se están gestionando bien los recursos», lamenta. El pasado domingo un centenar de personas se concentraron en una de sus sedes en Barcelona, en protesta por la muerte de un repartidor atropellado el día anterior por la noche en la capital catalana. Por su parte, la empresa lamentó en un comunicado la muerte del repartidor y anunció que «iniciaremos los trámites para activar el seguro privado que cubre la actividad realizada por el repartidor en caso de accidente», añadió la empresa.

Están obligados a contar con un vehículo propio, que deben mantener para que no les deje tirados y sin trabajo

«He tenido ya tres accidentes con la moto en seis meses», recuerda Pablo

Asimismo, desde la compañía apuntan que los repartidores que operan con ellos «compaginan su labor con otras actividades profesionales, incluso en varias plataformas a la vez. Ellos deciden cuándo y cuánto quieren colaborar». Lo que no menciona la empresa es lo que denuncian muchos 'glovers' y es «la competencia salvaje» que se crea entre compañeros con el sistema de puntos por disponibilidad, número de entregas y rapidez en el servicio.

Deliveroo es la plataforma más joven de las tres que operan en la capital. Nació en Reino Unido en 2013, en España está presente en 30 ciudades, y en breve pretende doblar esa cifra hasta llegar a operar en 60 localidades. En la Región desembarcó a finales de septiembre de 2018 y cuenta con siete 'riders' en Murcia y dos en Cartagena. El procedimiento para empezar a repartir es idéntico al de Glovo: acreditas que eres autónomo, te descargas la 'app' y a circular. «Deliveroo entró en Murcia y lo hizo con una campaña muy agresiva. Empezó con cuatro repartidores, entre los que estaba yo. Esta firma te daba cinco euros extra por pedido realizado. Es decir, si por un encargo ganabas 4 euros, en Deliveroo te embolsabas nueve», señala Miguel, el 'exrider'.

La compañía británica lleva a su espalda una huelga protagonizada por sus 'riders' en Londres en verano de 2016 y una sanción de la Inspección de Trabajo en España, que le obligó el año pasado a pagar 1,3 millones de euros por considerar que la relación que mantienen los 'riders' es laboral y no mercantil. Sin embargo, según sus trabajadores, las condiciones salariales son más beneficiosas que las del resto de empresas de reparto a domicilio.

Condiciones flexibles

Juan es uno de los siete empleados de la plantilla de Deliveroo en Murcia y, en este sentido, explica que los ingresos que pueden lograr no son los mismos que los de la competencia. «Yo abono la cuota de autónomo, el IRPF y el mantenimiento de mi moto. La plataforma paga cada 15 días. Trabajo ocho horas diarias durante 5 o 6 días a la semana. Cobras entre 3 y 4 euros por pedido. Al principio comenzamos con una tarifa especial de 5 euros extra por pedido que realizabas. Ahora la tarifa está en 4 y próximamente bajará a 3. Cobro poco más de 10 euros la hora. A final de mes, quitando impuestos y mantenimiento del vehículo, puedo ganar 2.000 euros limpios».

Las condiciones en cuanto a legalidad son las mismas que en Glovo, pero la diferencia se encuentra en los bolsillos de los 'riders' de Deliveroo, que se llenan con más facilidad que el de los 'glovers'. ¿Otra razón? El escaso número de repartidores que hay en plantilla. Así lo explica Miguel, que fue uno de los primeros en ataviarse con la chaqueta y mochila azul y gris que la plataforma regaló a sus primeros empleados: «Deliveroo te asegura trabajo todas las horas que estén en la calle. La empresa no aumenta el número de 'riders' hasta que sus repartidores no pueden abarcarlo todo. Se garantizan ingresos en todas las horas sí o sí». El aspecto que más valoran los repartidores es, sin duda, el sistema con el que trabaja la compañía. Así lo explica Juan, que destaca de este que «es flexible. Puedes elegir tú mismo cuándo trabajar y cuándo no». Según se desprende de los testimonios de los distribuidores de Deliveroo, son, sin lugar a dudas, los empleados que más satisfechos están de todas estas empresas analizadas.

Por su parte, desde la empresa han querido dejar clara la situación laboral de sus empleados y explicar la relación de los repartidores con Deliveroo. La firma señala que «mantiene con sus 'riders' un modelo de colaboración como repartidores autónomos que prestan sus servicios y que cuentan con cinco premisas claras: no tienen obligación de iniciar sesión en la aplicación ni de aceptar pedidos; deciden la hora y el sitio en la que trabajan; pueden cambiar de planes cuando consideren y pueden trabajar al mismo tiempo con multitud de plataformas, incluyendo competidores y clientes privados». Desde la compañía se desmarcan de toda polémica sobre si sus trabajadores son falsos autónomos y aseguran que están «dados de alta como autónomos y la relación que mantenemos con ellos se desarrolla bajo las condiciones y circunstancias que marca la legislación española», manifiestan desde la empresa. Sobre los ingresos que pueden llegar a recibir los trabajadores, aseguran que «de media, los repartidores están cobrando 10,50 euros a la hora + IVA. Un 'rider' tipo, que trabaja 25 horas a la semana, percibe unos ingresos de 1.200 euros brutos al mes», detallan desde Deliveroo.

«Estamos desamparados»

Just Eat es la empresa que más tiempo lleva operando en Murcia, desde 2010. Con esta compañía sí hay un contrato de por medio y utiliza subcontratas, además de controlar y asistir a los repartidores que operan en nombre de esta firma. Tal y como señala Miguel, «es la firma más legal de las tres, pero eso no quiere decir que sea la mejor para trabajar. Es, sin duda, la compañía que peor trata a los empleados y la que más promesas incumple», subraya. El empleado está contratado con 20 horas semanales a cinco euros cada una. Además, prometen al repartidor cobrar las horas extras y un pago de 0,20 adicional euros por pedido realizado. Promesas que, según 'exriders' como Miguel, no se cumplen: «A mí, que terminé de trabajar con ellos hace meses, aún me deben dinero. Las horas extraordinarias, muchas a lo largo de un mes, tienes que pelearlas con los empresarios y, si tienes suerte, las cobras dos meses más tarde».

Carlos (nombre ficticio) es repartidor de Just Eat desde el verano de 2017 y muestra su descontento con la dirección de la compañía en la ciudad. «Con la nueva subcontrata la experiencia mejoró pero siguen teniendo cosas que dejan que desear. Tengo compañeros que echan horas extra y se las ingresan mal, tarde o con menos dinero de lo pactado. No hay entendimiento entre la empresa y los trabajadores. Además, no nos envían las nóminas y no nos dejan ver cuánto ganamos y cómo lo ganamos». Carlos lamenta el abandono, al que dice, están sometidos, tanto con los responsables de la empresa como con sus propios compañeros, con los que la interacción es casi nula.

«Nos sentimos desamparados. No hay nadie a quien podamos trasladar nuestras quejas, reclamar injusticias y compartir nuestra situación laboral cara a cara. Todo se tiene que hacer por correo electrónico o teléfono. La empresa, por ejemplo, debe ingresarte 50 euros para poder tener cambio cuando trabajas con restaurantes y no todos lo recibimos». A pesar de los problemas que azotan a los empleados de esta firma, Carlos no cree que vaya a perjudicar el futuro de esta plataforma, ya que «está en crecimiento y la demanda no baja», apunta.

Desde la empresa aclaran que Just Eat es una plataforma online que pone en contacto a los amantes de la comida con los restaurantes que quieren expandir su oferta gastronómica más allá de las puertas de su local. «Just Eat es un marketplace, no una compañía de reparto, y como tal la compañía trabaja principalmente con restaurantes que tienen sus propios repartidores. Igualmente, en el caso de los restaurantes que no disponen de servicio de reparto propio, Just Eat les ayuda poniéndoles en contacto con empresas externas especializadas en reparto. Así pues, los repartidores no son empleados de Just Eat», matizan desde la compañía.

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