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El rector de la Universidad de Murcia, José Luján; y el rector de la UPCT, Alejandro Díaz Morcillo, en la sede del periódico 'La Verdad'. Martínez Bueso
Retos y desafíos para un curso universitario en la encrucijada

Retos y desafíos para un curso universitario en la encrucijada

Los rectores de la UMU y de la UPCT debaten sobre las cuestiones que marcarán el nuevo año académico, que el martes se inaugura oficialmente. El plan de financiación, la apuesta por los títulos bilingües y 'online' y la rebaja de los másteres centrarán esfuerzos en los campus públicos

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Domingo, 29 de septiembre 2019, 07:34

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Más de 58.000 estudiantes y casi 3.200 profesores e investigadores estrenan estos días año académico en los campus de las dos universidades públicas de la Región, que el martes celebran la apertura oficial del curso. Los rectores de la Universidad de Murcia (UMU), José Luján, y de la Politécnica de Cartagena (UPCT), Alejandro Díaz Morcillo, han departido esta semana sobre los retos y desafíos de un año clave para el sistema universitario regional en la sede del diario 'La Verdad'. La negociación del nuevo plan de financiación, que marcará su futuro económico los próximos cuatro años; la rebaja de las tasas de máster, el rejuvenecimiento de las plantillas de investigadores y docentes, la internacionalización y el impulso de nuevos títulos 'online' y bilingües son, para los dos, algunas de las cuestiones que marcarán el pulso universitario del curso que empieza.

José Luján, rector de la Universidad de Murcia

«La situación de las plantillas es insostenible, tanto por tasa de asociados como por el envejecimiento»

Personal

«El precio de los másteres está frustrando las expectativas de recibir una formación completa»

Tasas

«Entre ganar unos puestos en un 'ranking' o mejorar las condiciones de los trabajadores y facilitar el acceso a alumnos, me quedo con mis profesores y mis estudiantes»

Clasificaciones

«Se está comprometiendo el presente y el futuro de la investigación»

Generación de conocimiento

Alejandro Díaz Morcillo, rector de la Universidad Politécnica de Cartagena

«El mejor modelo es un primer curso gratuito para todos, y a partir de ahí la bonificación de los créditos aprobados en primera convocatoria»

Precios públicos

«Todos tienen algún sesgo, pero cada vez son más importantes en las tomas de decisiones; no podemos obviarlos»

'Rankings'

«Se debe evitar que la privada duplique grados que ya imparte la pública»

Ley Regional de Universidades

«Si queremos internacionalizarnos, tenemos que apostar por los bilingües y 'online'»

Títulos

Plan plurianual

Las negociaciones deben cerrarse este curso

El futuro y el rumbo que han de tomar la UMU y la UPCT desde el año 2020 y hasta 2024 empezará a escribirse este curso en las cifras y letras del nuevo plan plurianual de financiación que, coinciden los dos rectores, debe empezar a negociarse antes de que acabe 2019. El plan cuatrianual en vigor, que vence en 2020, ha resultado, a juicio de Luján y Díaz Morcillo, el mejor instrumento para mantener la paz financiera. Si la política universitaria lleva meses de parón por parte del Gobierno regional, los grupos de expertos de la UMU y de la UPCT sí se han mantenido activos, y han ido desglosando sus planteamientos y prioridades, que quieren empezar a negociar ya: «Tenemos que trabajar con el horizonte de que lo vamos a lograr en curso 2019-2020, y nos queda menos de un año para contar con la herramienta. Hay que hacerlo, y además hay que hacerlo bien: ver qué problemas ha tenido, cuál es la situación financiera de las universidades después de la ejecución del plan, ver qué queremos hacer, y plantear qué se quiere que sean las universidades públicas de la Región en un futuro; y en función de eso, fijarnos un plan», dice el rector de la UMU, en coincidencia con el de la UPCT.

Más dinero vinculado a la mejora de la calidad

Las dos universidades están motivadas con la idea de incrementar de forma considerable la partida presupuestaria condicionada al cumplimiento de objetivos, que tendrá más peso.

En el actual plan, el fondo adicional supeditado a logros relacionados con la calidad docente, investigadora y de gestión, apenas alcanza este año el 3%, recuerda Alejandro Díaz Morcillo, quien advierte de la necesidad de mantener la partida fija: «En el plan hay una parte fundamental que es la nominativa, la base de la financiación de las universidades, que no puede bajar porque es la que sustenta el funcionamiento diario de las instituciones. A partir de ahí, estoy de acuerdo en que la parte variable, si realmente llegamos a un acuerdo con el Gobierno regional acerca de qué universidad queremos y con qué ejes estratégicos queremos desarrollarla, se vincule al cumplimiento de objetivos. Es una forma de orientar a todo nuestro cuerpo social a trabajar en ese sentido. Debemos de dar un salto cualitativo, pero sin bajar la nominativa, con compromisos que aporten financiación suficiente para llevar a cabo esas políticas estratégicas». El rector de la Universidad de Murcia también comparte la idea de que «esos objetivos deben ser un estímulo para que hagamos mejor nuestro trabajo en la docencia, en la investigación y en la transferencia del conocimiento».

La hora de Arquitectura y Ciencias de la Salud

Si el actual plan de financiación apenas reserva dinero para inversiones, -se limitó a solo 8,4 millones de euros porque en aquel momento se convino en que eran más acuciantes otras necesidades-, los rectores consideran que en esta ocasión es ineludible un esfuerzo extra para completar las dos grades obras pendientes (el campus de Ciencias de la Salud en la UMU y el edificio de Arquitectura para la UPCT), renovar los antiguos equipamientos científicos, y mantener en condiciones los edificios históricos. «Estamos arrastrando años de bajísimas inversiones, y ambas universidades tenemos necesidades, desde dotaciones científicas hasta el mantenimiento de inmuebles centenarios, que llevan un coste superior. Hay que recuperar lo que no se hizo en los últimos cinco años», defiende el rector de la Politécnica, quien confía en iniciar las obras del edificio de Arquitectura antes diciembre.

El aulario del campus de Ciencias de la Salud, en El Palmar, debe empezar a ver la luz este curso: «Tenemos que sentar las bases que permitan que esté en pleno funcionamiento, como muy tarde, el curso 2021-2022, y eso hay que hacerlo este año, si no, no llegamos», advierte Luján.

Plan especial para dignificar las plantillas

El envejecimiento y la precarización de las plantillas tras años de crisis y limitaciones a las tasas de reposición -se dejaron de convocar centenares de plazas de titulares y catedráticos- han provocado que en los últimos cursos buena parte del peso de la docencia universitaria haya recaído en profesores asociados, una anomalía no resuelta que quita el sueño al rector de la UMU: «Las plantillas se han visto enormemente dañadas por las políticas de ajustes. Para la Universidad de Murcia, la situación es insostenible; por una parte, porque tenemos una proporción de profesorado asociado difícilmente compatible con el cumplimiento de nuestra obligación docente y con la calidad que deberíamos mantener; y al mismo tiempo, por las condiciones de trabajo que los profesores merecen. Además tenemos plantillas muy envejecidas y no estamos pudiendo atender al necesario relevo generacional».

Los docentes asociados, que en la UPCT apenas alcanzan el 15% del total y en la UMU están por encima del 40%, merecen para Luján capítulo aparte. La Universidad de Murcia, para una plantilla de 2.700 miembros del personal docente investigador, tiene 1.100 profesores asociados. De ellos, 300 son de Ciencias de la Salud. Otros 800 son asociados a tiempo completo. Y de ese grupo, más de cien están acreditados en las figuras de ayudante doctor, contratado doctor y titular de universidad, es decir, «están desarrollando una importante carrera investigadora. Son profesores universitarios subempleados. Eso sí que es un problema. Es una cuestión que tiene que ver con cómo se quiere afrontar el reto de ofrecer una docencia de calidad. No es algo que puedan resolver la UMU y la Comunidad Autónoma solas. Requiere la intervención estatal, y sería bueno que la futura Ley de Universidades tratara de afrontar el problema, quizá creando una nueva figura de profesorado capaz de absorber la extraña situación en que están buena parte de los docentes».

Tasas universitarias

Abaratar el precio de los postgrados, prioritario

La bonificación del 99% del importe de los créditos correspondientes a las asignaturas aprobadas en primera matrícula es para los rectores un objetivo posible y deseable, pero, defiende Luján, resulta más pragmático empezar por la equiparación del precio de los másteres al de los grados. «Quiero ser muy realista, y no hacer tanto causa de la bonificación del 99% como único objetivo posible, que sería el óptimo; entre donde estamos y el óptimo, hay un camino ascendente que podemos empezar a ensayar», argumenta el rector de la UMU. «En este momento es más urgente reducir el precio de los másteres, que se está convirtiendo en un elemento que impide que nuestros estudiantes continúen sus estudios de grado. Con los nuevos planes de estudios, los títulos se complementan siempre con un máster, si no se da la posibilidad de cursar ese máster, estamos frustrando las expectativas de recibir una formación completa de los estudiantes, y eso es algo que está ocurriendo ahora mismo porque el precio de los másteres impide que muchos los cursen. Hay que reducir las tasas hasta igualar grados y másteres».

El reporte que la inversión pública en tasas universitarias tiene en la sociedad está fuera de toda duda para Díaz Morcillo. «Es evidente el impacto que tiene un profesional universitario respecto a otro de nivel de Educación Secundaria en la sociedad, en cuanto al PIB, consumo, efecto en las plantillas... Pero aún se puede hacer un cálculo más pragmático, que pasa por conocer cuánto tiene que poner el Estado para formar a un universitario, y cuánto va a recibir a lo largo de la vida de ese universitario ya trabajando a través de impuestos. El Estado recibe como seis veces más de lo invirtió en la formación de esa persona. Además, actualmente el estudiante solo paga una séptima parte del coste real de la matrícula; son unos números casi residuales. Si a cualquier empresa le dices que ponga un dinero a trabajar y en cuarenta años recibirá el 500%, te lo pondría inmediatamente. A todo esto tienes que sumar la aportación social, económica, de igualdad de oportunidades... El mejor modelo es un primer curso gratuito para todos y, a partir de ahí, una bonificación del 99% de los aprobados en primera convocatoria», demanda contundente el rector de la Politécnica de Cartagena.

Nuevos títulos

Grados 'online', bilingües, duales y abiertos

La adaptación de las titulaciones al cambiante mercado laboral y a la trepidante revolución digital dirigirá las revisiones de los catálogos de títulos de las dos universidades públicas este curso. La oportunidad de ampliar la oferta de grados 'online' y bilingües es evidente e ineludible para Alejandro Díaz Morcillo, ilusionado con las posibilidades que abre la reforma del decreto nacional que define qué títulos y en qué condiciones se pueden ofertar. «Permite plantear grados abiertos, grados duales, programas académicos de grado, más másteres... las universidades pueden aprovechar esas oportunidades que demanda la empresa y el tejido productivo. Ya se pueden hacer cosas en grados duales. Es fundamental mantener esa conexión entre el profesional que formamos y las necesidades de las empresas. Un firme candidato a ese formato sería el máster sobre industria 4.0, con un 25% de créditos prácticos», defiende.

Los grados abiertos -un nuevo formato que aún no puede impartirse- es otra de las posibilidades que entusiasman al rector de la UPCT: «Consisten en dar al alumno la posibilidad de que se matricule de un grado sin definir completamente el plan de estudios, de manera que al año o año y medio decida. Cursa materias comunes, y decide más adelante el grado que va a estudiar».

La visión de José Luján sobre el mapa de grados de la UMU concluye con que «está bien y equilibrado para una universidad generalista», aunque considera que aún es posible hacer ajustes en títulos para desarrollar «dos ámbitos que tienen que ver con las tendencias, como en Biomedicina y en análisis de datos... Donde sí hay que trabajar mucho y se puede hacer mucho es precisamente en los másteres. Tienen que proponer una oferta formativa que se acerque mucho más a las necesidades cambiantes de la economía, del tejido productivo... tiene que ser un catálogo abierto, flexible, cambiante...».

La implantación de más grados y másteres bilingües, de títulos 'online', de grados y másteres duales, dependerá en buena medida, coinciden los rectores, de la financiación vinculada a objetivos. «Ahí es donde tiene que venir un contrato programa a ayudarnos, que sea una apuesta decidida. Es fundamental tener herramientas para que los docentes elijan ese camino de mejora de la actividad docente», reclama Díaz Morcillo.

En opinión del rector de la UPCT no hay otro camino que la adaptación de las universidades hacia la empleabilidad e internacionalización. «Si queremos internacionalizarnos y que vengan alumnos extranjeros, hay que apostar por los grados bilingües y 'online', y en la UPCT estamos volcados en las dos cosas».

Ley Regional de Universidades

Vuelta al cajón hasta que se apruebe la nacional

La negociación de la nueva Ley Regional de Universidades, que debía actualizar la de 2005 -desfasada por los cambios de la normativa nacional-, se ha visto superada por otra renovación legislativa planteada por el Ministerio. La normativa regional, una patata caliente al final de la anterior legislatura, seguirá pues en el limbo. En ese contexto, los rectores prefieren esperar. «Es prudente aguardar a la ley nacional, que sí necesita una importantísima reforma. Es muy clara la necesidad», defiende Luján, en coincidencia con Díaz Morcillo.

Entre tanto, las relaciones con la universidad privada deben plantearse, defiende el rector de la UPCT, siempre desde la premisa de la «complementariedad, que es la clave. Está el caso de Ingeniería Eléctrica, que finalmente el Consejo de Gobierno no autorizó a la UCAM a implantar. Es lo mejor que le pudo pasar, porque el título no tiene demanda, y hacer experimentos con títulos que funcionan y ya cubren las necesidades me parece perder. El sistema universitario regional debe tener una estructura que no solape, que seamos complementarias en la oferta de títulos, básicamente para hacer una gestión eficiente de los recursos, del dinero público. La futura ley de universidades debería dejarlo claro; se debe evitar que la privada duplique títulos que ya se imparten en la pública».

La autorización de títulos que ya imparten las públicas a la privada es, para Luján, una cuestión meramente política. «En la Región hay dos universidades públicas, una privada, y la UNED. Eso es bueno si las sinergias se producen, si no hay concurrencia mal entendida; todos los actores tenemos que aprender a colaborar. Con todo, la política es la que tiene que plantearse cuál es el sistema universitario de la Región que se quiere, con sentido común y racionalidad».

'Rankings'

Sesgados, pero han venido para quedarse

Los discretos resultados en los 'rankings' nacionales e internacionales de las dos universidades públicas de la Región no centran los desvelos de los rectores, pero tampoco los obvian.

«Son criticables, todos tienen algún sesgo, pero están ahí, y lo queramos o no, cada vez van a ser más importantes a la hora de tomar decisiones en cuanto a matrícula, talento investigador... no podemos obviarlos. Hay algunos que son absolutos en los que nunca podremos estar, que cuentan los premios Nobel, pero hay otros con indicadores relativos en los que sí. En la UPCT estamos empezando a tener conciencia de la importancia que tiene estar en los 'rankings'; han venido para quedarse, y al público le llegan. No podemos obviarlos», ni tampoco olvidar que la universidad española sigue siendo de altísima calidad en la formación de alumnos, y esas clasificaciones están más orientadas a la producción investigadora».

Luján, a quien le parecen el paradigma de «esa manía que tiene la sociedad del siglo XXI de hacer listas para todo», detalla que «algunos miden datos objetivos, y otros tienen en cuenta declaraciones responsables que da la propia institución, que nadie controla ni fiscaliza, con lo cual nadie puede decir a ciencia cierta si es así. Hay que poner alguna reserva al valor absoluto de los 'rankings'; están ahí, no puedes cerrar los ojos, te pueden orientar, pero no pueden ser la medida de la calidad, la excelencia y el cumplimento de las funciones de una universidad. Entre ganar unos puestos en un 'ranking' o mejorar las condiciones de trabajo de los profesores y facilitar el acceso a la universidad a alumnos con menos recursos, yo me quedo con mis profesores y me quedo con mis estudiantes».

Pruebas de acceso

La Selectividad común para toda España, a debate

El curso terminó con la polémica abierta sobre la idoneidad de plantear unas pruebas de Selectividad comunes y simultáneas para toda España, un debate que, a juicio de Luján, debe plantearse donde corresponda, «pero no con declaraciones al paso, y menos en plena Selectividad. Es un asunto complejo que pone en cuestión la calidad del sistema de enseñanza Secundaria, si me apuran la probidad de los profesores implicados en el proceso, la propia estabilidad del sistema universitario, y en último término la propia funcionalidad del estado de las autonomías».

Investigación

Alimentar la base de la pirámide y atraer talento

El envejecimiento de las plantillas (provocado también por los límites a la tasa de reposición por la crisis) ha tenido reflejo en la cantera científica, hasta el punto de «poner en riesgo proyectos de excelencia. Se está comprometiendo muy seriamente el presente y el futuro de la investigación. Hay que recordar que las universidades son instituciones docentes e investigadoras, y si la universidad no investiga, deja de tener sentido», denuncia el rector de la UMU, muy consciente de su responsabilidad en la generación de conocimiento a través de la investigación y de su transferencia al tejido productivo y social de la Región. Pero para atenderla es necesario establecer unas bases sólidas».

En la Politécnica, además de la estabilización de los investigadores, los esfuerzos se enfocan a la captación de talento, a través de herramientas como los contratos Ramón y Cajal o los Beatriz Galindo. «En la primera convocatoria de este último programa hemos conseguido que cuatro profesores-investigadores se incorporen a lo largo de este curso». En la Politécnica insistirán también este curso en el acercamiento hacia la empresa. «Esperamos incrementar la cuantía de los contratos de investigación y asesoría tecnológica con empresas y alcanzar las 50 cátedras de empresa en nuestra Red de Cátedras, además de continuar con nuestros encuentros 'Historias de éxito', donde universitarios y profesionales de la empresa hablamos sobre oportunidades de colaboración y las acciones de mejora».

Caída de la natalidad

Fomento de las carreras STEM desde Primaria

Las dos universidades mantienen cifras positivas de matrícula, pero no viven ajenas a la caída de la natalidad, que tarde o temprano se dejará sentir en sus campus. Especialmente la UPCT, que sí se ha visto castigada por el descenso de matrículas en grados técnicos, común a toda España. «Hay que buscar salidas -dice Díaz-. Hemos hecho muchas actividades de divulgación, y estamos abriendo nuevos mercados. Nuestra responsabilidad es que tenemos una plantilla y unas instalaciones y no podemos infrautilizarlas. El objetivo es crecer y llegar a 7.000 u 8.000 estudiantes, como hemos tenido en otras ocasiones».

La promoción de las titulaciones STEM (relacionadas con la ciencia y la ingeniería) es, para Luján, clave. «El problema es la necesidad que va tener la sociedad de personas formadas en unos ámbitos de la ciencia más que en otros. En Primaria, la Consejería y el Ministerio deben hacer una labor importante en dos cosas: analizar cómo se estudian las STEM, y fijar la atención en los orientadores, que deben estar bien formados». Díaz Morcillo insiste en que, más allá de las razones pragmáticas (empleabilidad, salarios), «hay que convencer y seducir con enseñanzas más pegadas a la realidad».

Retos en cada campus

Las apuestas locales de cada universidad

Los desafíos comunes concitan el acuerdo de los dos rectores, que en paralelo se han marcado otros objetivos más locales. En el caso de la UPCT, «el plan de acción tutorial, sobre todo en el primer curso, que en ingeniería tiene un alto índice de abandono. También queremos revisar la normativa de evaluación, ya que el hecho de tener solo un examen a veces ocasiona que los alumnos abandonen, y establecer un mecanismo de evaluación continua puede ser positivo. Además, queremos completar nuestro plan estratégico 2020-2025 para que vaya acompasado con el plan de financiación, y poner en marcha la residencia universitaria».

«Potenciar la investigación, la docencia de calidad que queremos, avanzar en internacionalización y digitalización» son claves este curso para el rector de la UMU, empeñado en que se sienten las bases que permitan resolver de manera satisfactoria el problema de la plantilla». Los nuevos estatutos también deben quedar aprobados en 2020.

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