Las residencias claman contra la destitución «injustificada» de la responsable de Mayores

«Desde hoy dejo el cargo de la Subdirección de Personas Mayores. Aunque las circunstancias no han permitido conocernos personalmente a la gran mayoría, al menos por mi parte siento que hemos generado un equipo para afrontar este tsunami que estamos viviendo. Quiero pediros disculpas por los errores que haya podido cometer y daros las gracias por lo que me habéis enseñado con vuestra profesionalidad y buen hacer. Ha sido para mí un placer trabajar con vosotros. Os deseo la mejor de las suertes. Mantened la unión para cuidar y proteger a nuestros mayores desde la dignidad y el respeto que merecen. Mil gracias y hasta siempre». Este es el mensaje con el que ayer se despidió de los directores de residencias la ya ex subdirectora general de Personas Mayores del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), Pilar Cazorla, funcionaria de carrera nombrada en enero tras un concurso de méritos convocado por la propia dirección de IMAS para cubrir este cargo de libre designación, pero que el martes fue cesada de forma fulminante por la directora gerente del organismo, Raquel Cancela.

Las razones de la destitución se debieron a «ajustes en el equipo», según explicaron en un primer momento fuentes de la Consejería de Política Social, que ayer añadieron que el cese de Cazorla «obedece a incumplimientos de los objetivos marcados para el equipo desde la dirección del IMAS; el concurso de méritos no es un cargo vitalicio». Preguntadas las mismas fuentes por más detalles respecto a esos objetivos, más allá de ser la segunda comunidad con menor incidencia del coronavirus en las residencias de mayores, Política Social reiteró que la destitución responde a «incumplimientos de los objetivos de equipo».

La decisión ha generado un profundo malestar tanto en el seno del propio IMAS como entre los responsables de geriátricos consultados por LA VERDAD. El presidente de la Asociación de la Dependencia de la Región de Murcia (Adermur), José Miguel Marín, aseguró que se «ha descabezado» el IMAS, cesando a una persona «que tenía criterio y rigor, y que defendía la coordinación entre el IMAS y Salud por el bien de las residencias». Marín mostró un «profundo disgusto» por una decisión «injustificada» que «hace un flaco favor a este sector; la política lo está invadiendo todo. Es un gran error», lamentó el presidente de la asociación, que engloba a más de una veintena de centros en toda la Región.

Por su parte, la Asociación de Residencias Sin Ánimo de Lucro de la Región de Murcia (Arsalu) tachó ayer la decisión de «totalmente equivocada». Según un portavoz, «lo que menos se necesita en estos momentos es que haya ausencia de liderazgo en el área de Personas Mayores. Pilar Cazorla, con más o menos acierto, ha sido una profesional con perfil técnico muy competente y comprometida con el sector residencial, pero sobre todo buscando el bienestar de los mayores y sus familias».

Fuentes de este colectivo señalan que «el IMAS entra en barrena en momentos donde es más que necesaria su orientación a la hora de tomar decisiones como los desconfinamientos en las residencias o la programación de las visitas de los familiares». El protocolo que regulará estas visitas ya está «listo» y solo falta el visto bueno por parte de las autoridades sanitarias, según explicaron esta semana fuentes de Política Social. Sin embargo, la Consejería dirigida por Isabel Franco reiteró ayer que la Región de Murcia «fue la primera en cerrar» las residencias de mayores «y será la última en abrir». Todo ello a pesar de los buenos datos de la epidemia y de que el Ministerio de Sanidad ya permite esas visitas desde el pasado lunes, con el acceso a la Fase 2.

El director de un geriátrico de la capital, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, se muestra contrariado al preguntarse «si es la Consejería de Salud la que ha intervenido las residencias y es la que nos ha dado las órdenes, ¿qué pinta ahora el IMAS decidiendo sobre la fecha de las visitas, por encima incluso del criterio del Ministerio?». Explica este responsable que «se está mirando mucho el tema de los protocolos y muy poco hacia el corazón de los usuarios y sus familias». También lamenta este directivo la decisión «política» que ha llevado al cese de Cazorla, a quien considera «una gran profesional muy implicada con las residencias».

«Pilar Cazorla tenía una forma de trabajar que se protagonizaba por contar con todas las asociaciones a la hora de diseñar protocolos y tomar decisiones. Sin ella nos encontramos ante un escenario muy preocupante, sin duda», añaden a su vez fuentes de Arsalu. Otro director de una residencia de la zona del Mar Menor corrobora la «competencia» de la ex subdirectora general apuntada por el resto de responsables consultados, y señala que «la incompetencia en la gestión habría que buscarla más arriba» de Pilar Cazorla. Por su parte, la dirección de la residencia Amavir, en Cartagena, trasladó ayer a través de Onda Regional su «agradecimiento» a la labor desarrollada por esta funcionaria y su equipo durante estos meses, y lamentó que «ni siquiera se está hablando de cuándo podrán salir los residentes a dar un simple paseo a la calle, o a tomarse un café, como podemos hacer cualquiera».