La CHS reducirá las extracciones en miles de pozos sobreexplotados
La UE no permite más prórrogas y el organismo de cuenca tendrá que recuperar el buen estado del 60% de los acuíferos en los próximos 5 años
La moratoria de la que gozan los usuarios para extraer agua de los acuíferos sobreexplotados de la cuenca del Segura toca a su fin: antes ... del año 2027 habrá que cerrar o reducir el volumen de agua que extraen miles de pozos repartidos en las masas de agua que se encuentran en mal estado cuantitativo. La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) estima que el recorte será superior a los 200 hectómetros anuales, el equivalente al trasvase medio anual del Tajo al Segura para los regadíos. Esos caudales tendrán que ser suplidos con más desalación.
El nuevo plan de cuenca para el tercer ciclo (2022-2027), que se encuentra en fase de alegaciones, especifica que el 60% de las masas de agua subterráneas de la demarcación se encuentran en mal estado cuantitativo debido a la sobreexplotación. Se trata de 38 masas de las 63 que existen. El objetivo es igualar el volumen extraído con la capacidad de recarga de cada acuífero, y se hará aplicando planes de ordenación de extracciones y redes de control.
Aumentar la desalación
Esta merma prevista de los recursos disponibles, principalmente para uso agrario, comportará costes laborales y económicos. Coincidirá en el tiempo con el recorte del Trasvase Tajo-Segura, estimado en unos 80 hectómetros anuales en el año 2027, debido al incremento de los caudales ambientales en la zona de Aranjuez. En este sentido, habrá una doble pérdida de agua para usos consuntivos, en relación a la situación actual de la cuenca, al menos hasta equilibrar el estado de las masas de agua, que se tratará de compensar con la ampliación de las desaladoras.
La Confederación deberá rebajar la captación de agua en más de 200 hm3 al año, el equivalente al trasvase del Tajo para riego
No obstante, la producción industrial de agua dulce ya tiene comprometida su capacidad a medio y largo plazo para suplir el recorte previsto en el Trasvase.
Índice de explotación en las masas de aguas subterráneas
El organismo de cuenca informó a LA VERDAD de que no habrá más prórrogas para acabar con la sobreexplotación de los acuíferos, después de las dos moratorias que ya se han aplicado. La Directiva Marco del Agua de la UE del año 2000 determinó que los Estados miembros debían proteger, mejorar y regenerar todas las masas de agua subterráneas y garantizar un equilibrio entre su extracción y alimentación con el objetivo de alcanzar su buen estado a más tardar en quince años; es decir, antes del 22 de diciembre de 2015. No obstante, la Directiva indicó también que dicho plazo podría prorrogarse siempre que no hubiera nuevos deterioros, y con sometimiento a una serie de condiciones, como que dicha prórroga se limitase a un máximo de dos nuevas actualizaciones del plan de cuenca.
La única alternativa para reponer en parte la pérdida de recursos subterráneos es ampliar la capacidad de desalación, según la CHS
«En consecuencia, el Reino de España se encuentra obligado a alcanzar un equilibrio entre la explotación de todas las masas de agua subterráneas de la demarcación para final del año 2027», indica la CHS, que especifica que en esta fecha ya está incluida la moratoria del plazo original, que era el año 2015.
Respecto al número de pozos y acuíferos sobreexplotados que se cerrarán entre los años 2022 y 2027, el organismo de cuenca indicó que «no será preciso, con carácter general, proceder a la clausura de la totalidad de las captaciones existentes en aquellas masas que presenten sobreexplotación, pero sí reducir el volumen actualmente extraído hasta hacerlo igual a su recarga.
La CHS estima que el total del volumen de bombeo no renovable para un año medio de aportación es de unos 205 hectómetros cúbicos. «Este volumen se corresponde con la reducción de extracciones que habría que acometer para equilibrar todas las masas sobreexplotadas», explica la Confederación Hidrográfica.
¿Hay capacidad de agua desalada para cubrir la pérdida?
Prácticamente toda la capacidad de desalación de la cuenca del Segura está asignada o preasignada para los abastecimientos y los regadíos. El Ministerio para la Transición Ecológica pretende suplir el recorte previsto en el Trasvase Tajo-Segura con estos volúmenes ya comprometidos de las desaladoras, cuya producción rozará los 400 hectómetros al año. En este sentido, habría que desalar por encima de esa capacidad para cubrir también la merma de los pozos, estimada en más de 200 hectómetros. El planteamiento anterior consistía en destinar gran parte de la desalación a compensar la sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca, pero no para reemplazar una parte importante del Trasvase, que es lo que se quiere hacer ahora.
El nuevo plan de cuenca calcula los recursos disponibles subterráneos en 492 hectómetros anuales, con unas extracciones totales de 455, lo cual implica una «presión significativa» sobre la mayoría de las masas de agua. Se trata de aquellas cuyo índice de extracción es superior a 0,8 (relación entre la captación y la capacidad de recarga). Las aguas subterráneas representan una parte importante de los recursos propios de la cuenca, al margen del Trasvase, que se estiman en 1.261 hectómetros para el año 2027 (incluye 370 de desalación). Por contra, la demanda bruta prevista asciende a 1.707 hectómetros (12 más que en el ciclo actual).
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Costes laborales económicos
¿Cómo piensa sustituir la CHS los más de 200 hectómetros que se dejen de extraer de los pozos? El organismo puntualiza que «el único recurso del que se dispone en la demarcación para cumplir con este fin es el remanente no asignado procedente de la capacidad actual y de la que resulte de la ampliación de las instalaciones de agua desalinizada». Adicionalmente, y para las masas de agua compartidas con otras demarcaciones, como sucede en la zona del Altiplano con la del Júcar, se cuenta con la posibilidad de recuperar la masa de agua a partir de recursos de cualquiera de los ámbitos de planificación.
La Confederación Hidrográfica advirtió en el año 2013 de que si no hay suministros alternativos para recuperar los acuíferos más afectados, se puede producir «una reducción drástica de las demandas agrarias, lo que implicaría costes desproporcionados en términos económicos, sociales, ambientales y de empleo».
Treinta medidas para alcanzar el buen estado de las aguas
El borrador del plan de cuenca del Segura recoge una treintena de medidas para mejorar el estado cuantitativo de las masas de aguas subterráneas. Suman una inversión próxima a los 15 millones de euros para los próximos cinco años.
La mayor parte de las actuaciones corresponden a la CHS, y en menor medida a la Dirección General del Agua del Ministerio y a la Consejería de Agricultura. Las principales medidas consisten en planes de ordenación de las extracciones, así como en estudios hidrogeológicos, revisiones y redes de control. El programa incluye también el apoyo a la tramitación de nuevas concesiones de agua desalada.
Las principales extracciones de aguas subterráneas se llevan a cabo en la cabecera de la cuenca (Pliegues Jurásicos del río Mundo, La Fuensanta, Socovos y Caravaca). Por volumen, el mayor de una masa unitaria corresponde al Campo de Cartagena, donde los recursos disponibles han diminuido respecto a planes anteriores (89 hectómetros frente a 65,79 hectómetros previstos). El acuífero está blindado, tras la declaración del estado de riesgo de no alcanzar el buen estado químico debido a la contaminación por nitratos agrícolas.
El acuífero de Ascoy-Sopalmo resulta llamativo: los recursos disponibles son tan solo de 1,6 hectómetros, pero la sobreexplotación supera los 46 hectómetros anuales.
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