«Recomendamos totalmente el acogimiento»
En la Región hay 139 menores tutelados que viven con familias de acogida. Baltasar y David estrenaron paternidad con dos de ellos y Bárbara y Silvestre ya han tenido en su casa a cuatro bebés
Baltasar Manzano (34 años) y David Pérez (35) son padres de una niña de 11 y un niño de 9 años que la Comunidad les dio en acogida permanente hasta que ambos cumplan 18 años. A pesar de su juventud, Manzano, que es director de un colegio, tenía claro que alcanzada la madurez de la relación y la estabilidad económica, el siguiente paso era la paternidad.
David, veterinario de profesión, no había pensado en eso, pero lo meditó y no puso pegas. Hoy no descarta ampliar la familia en el futuro porque él viene de una muy numerosa. Los dos padres están volcados con los hermanos que la Comunidad les dio en acogida permanente hace un año. La experiencia les ha transformado la vida. Lo más gratificante es el cambio que han experimentado los niños. «Están más relajados. Te cuentan sus problemas y hablan de sus experiencias previas. Nosotros solo les damos cariño y estabilidad», explica Manzano.
Él dice que no hay valentía alguna en lo que han hecho. «Los héroes son ellos», añade en referencia a sus hijos, que han recorrido solos una parte de su camino. Y eso que han vivido, explica, hay que entenderlo, aceptarlo e incorporarlo a la historia familiar.
La Región tiene 11 niños en lista de espera por tener discapacidad o más de 8 años, o formar parte de grupos de hermanos
Algo similar le pasó a Bárbara López, de 55 años, y a su esposo, Silvestre Pérez, de 58. El matrimonio tiene tres hijos de 19, 21 y 25 años y con ellos ya criados, Bárbara insistió en acoger a bebés tutelados por la Comunidad para convertirse en una familia canguro.
Silvestre, en cambio, tenía sus dudas, pero ella lo tenía tan claro que él aceptó. Hoy, cuando él habla de la experiencia que han vivido desde que hicieron los cursos de formación en 2017, se emociona y emociona a quien le escucha. Ya van por cuatro bebés acogidos y aunque el momento de la separación es «muy dura», sienten a esos críos como propios. Lo serán siempre y no pueden evitar pensar y acordarse de ellos todos los días. «Vives una experiencia maravillosa. Eso te enriquece como persona porque ves cómo el cariño repercute tanto en el niño, cómo florece», comenta Silvestre.
Bárbara, Silvestre, Baltasar y David no son una gota en el desierto. En la Región hay 139 menores tutelados por la Comunidad, que han sido acogidos por familias ajenas de forma urgente, temporal o permanente mientras su entorno no puede hacerse cargo de ellos o se les busca padres de adopción.
Líder en acogimiento
Son poco más de un centenar de menores y pueden parecer pocos, pero ese dato, junto con el de menores tutelados acogidos con sus familias de origen, mantiene a la Comunidad como líder en acogimiento familiar. Esa solidaridad la celebra la consejera de Política Social, Familias e Igualdad, Conchita Ruiz, animando a acoger niños. «Es importante desinstitucionalizar la protección de estos menores. Está demostrado que su plena inclusión en un núcleo familiar tiene un beneficio incalculable ya que permite una atención más individualizada y aporta cariño y estabilidad para superar los posibles traumas vividos», añadió.
De ahí la insistencia de la consejera en que es necesario seguir sensibilizando a la población para facilitar la acogida de estos menores porque representan «el colectivo que más dificultades tiene para encontrar hogar».
En estos momentos, la Comunidad tiene once niños en lista de espera de una familia de acogida por tener discpacidad, superar los ocho años o formar parte de grupos de hermanos. La Administración cuenta con treinta hogares en los que residen 452 menores y adolescentes en situación de desamparo, que están bajo la supervisión de especialistas. Y aunque en esos centros están bien cuidados, hasta los propios educadores sociales reconocen el cambio que experimentan los niños al estar en familia.
«Es normal tener dudas»
David Pérez, que al principio dudó sobre si realmente deseaba la paternidad, cree que antes de dar un paso que implica tanta responsabilidad «es normal tener dudas».
«Hay que tener claro que te tienes que entregar en cuerpo y alma al 100%. Son niños y necesitan atención. Pero los ves crecer y progresar. Lo haces y los quieres como lo que son: hijos». No obstante, aclara que el proceso de adaptación es muy lento. «Ellos están en alerta en todo momento, pero un día te das cuenta de que vas a decir algo y te dicen que iban a decir lo mismo. Creo que hemos tenido mucha suerte», recalca Manzano.
«Nuestro último bebé lo sacamos de la sala de neonatos del hospital. Estuvimos un mes yendo a verlo a diario. Me lo ponía en el pecho y se tranquilizaba porque siempre estaba llorando. Ir al lavabo era una epopeya, pero todos son muy agradecidos con las caricias y el contacto. Merece la pena», apunta Bárbara López.
Para acoger niños tutelados solo se exige ofrecer un ambiente familiar. En estos momentos hay hogares monoparentales, parejas solas y con hijos... Los interesados deben rellenar una solicitud de acogimiento (código 151), que se puede encontrar en internet, pasar un curso de formación y esperar la llamada de la Administración regional.
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