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«Ojalá tengamos suerte»
Más de 250 personas con discapacidad intelectual se examinan en una oposición para tres plazas de celador
Está inquieto, nervioso, pero intenta agotar los minutos de espera gastando bromas con sus compañeros. «Vamos, que ya queda menos para entrar; os veo como flanes», les dice sonriendo. Marcelino López es uno de los 253 opositores que se examinaron ayer para intentar lograr una de las tres plazas de celador que oferta el Servicio Murciano de Salud, por primera vez, para personas con discapacidad intelectual. «Conseguir ese trabajo sería un sueño, porque tendría un puesto para toda la vida y podría comprarme una casa, que es lo que más quiero en este mundo», aseguró este vecino de 39 años y natural de Las Torres de Cotillas.
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Las pruebas se llevaron a cabo en el aulario de la Facultad de Economía y Empresa, en el Campus de Espinardo, donde los opositores aguardaban con sus familiares y educadores el inicio del examen, compuesto por 30 preguntas con tres respuestas alternativas. Solo una de ellas era correcta, y las incorrectas no restaban puntuación. Además, el contenido del temario fue adaptado con un lenguaje claro y accesible, explicaron fuentes de la Consejería de Salud.
Al llegar, varios monitores fueron explicando a los opositores y a sus progenitores dónde tenían que dirigirse para realizar la prueba. «No olvidéis llevar el DNI en la mano y utilizar bolígrafo azul o negro. El rojo no vale», explicaron a los grupos de personas con discapacidad intelectual.
Marian Soto fue una de las muchas madres que acompañaron a sus hijos a la prueba. Mientras Manuel, de 34 años, aguardaba para entrar al aula, Soto le daba ánimos. «Venga cariño, que ya te has presentado a otras oposiciones y has sacado siempre muy buenas notas. Acuérdate de que una vez llegaste al 9,8», le dijo. «Calla mamá, que no me gusta presumir. Yo lo único que quiero es conseguir el puesto de celador porque me gusta hablar y ayudar a la gente. Y si no hay suerte, no pasa nada, porque saldrán más convocatorias», contestó él.
También se encontraban a las puertas de la facultad muchos educadores de asociaciones y fundaciones que, durante largos meses, se encargaron de preparar a los aspirantes para las pruebas. «Hemos ido haciendo cursos con todos ellos. Los chavales estudiaban en sus casas y después les examinábamos», explicó a LA VERDAD Carmen Galindo, de Fundown. «Pobres, están muy nerviosos y expectantes. Esta convocatoria salió hace más de cuatro años y se les ha hecho muy larga la espera», añadió.
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Para esta oposición se habilitaron ocho aulas, y los tribunales encargados de estas pruebas selectivas contaron con el apoyo y la colaboración de 45 personas adscritas al SMS para su correcto desarrollo.
Otro de los aspirantes, Ángel Suárez, de 34 años, no paraba de repasar el temario con sus colegas. «Hay aspectos relacionados con los riesgos laborales, primeros auxilios, labores de administrativo... Es que esta convocatoria lo abarca todo», reconoció. Añadió que los cursos de preparación les ayudaron bastante a la hora de enfrentarse a las materias. «Yo estoy en Fundown. Allí, los educadores hacían grupos reducidos para ayudarnos con el examen. Son muy buenos».
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Durante unas dos horas, los aspirantes pusieron todo su empeño en contestar cada una de las treinta preguntas del examen. Al finalizar, unos salían muy contentos, y otros, no tanto. «Ojalá que tengamos suerte y, si no en esta oposición, logremos un trabajo fijo», decían en un grupo.
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