El presupuesto sanitario sigue por debajo de los niveles anteriores a los recortes
Las partidas son inferiores a las de hace una década pero el gasto real aumenta, lo que agrava el déficit
El sistema sanitario regional dispone, a día de hoy, de un presupuesto inferior al que manejaba hace una década, durante los años previos ... a los recortes, según se desprende de un informe de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) elaborado a partir de datos oficiales. Así, la Comunidad consignó el año pasado 1.305,93 euros por habitante para el sostenimiento de la sanidad murciana, 28,32 euros menos por persona que en 2010, justo antes de que comenzasen los ajustes. A falta de que el Gobierno regional cierre un pacto con Vox para sacar adelante las cuentas de 2020, el año ha comenzado con los presupuestos de 2019 prorrogados. Por tanto, si finalmente no hay acuerdo la sanidad dispondrá de 1.883 millones de euros frente a los 1.932 del año 2010.
Murcia es, con Cataluña, la única comunidad que mantiene sus partidas presupuestarias por debajo de los niveles previos a los recortes, subraya la FADSP en su informe. En toda España, el presupuesto per cápita ha pasado de 1.343,95 euros en 2010 a 1.487,73 en 2020. El incremento, a lo largo de la década, es de 143,78 euros.
Pero todos estos datos, referidos al gasto previsto en las cuentas públicas, contrastan con el gasto real, que es muy superior. De esta forma, al mismo tiempo que se sitúa a la cola de España en presupuesto per cápita, la Región se coloca entre las comunidades con mayor gasto sanitario real per cápita.
Cataluña y la Región son las únicas autonomías que aún no han recuperado las partidas previas a la crisis
Esta paradoja refleja la enorme infrafinanciación que sufre el sistema público de salud en la Región. En 2018, el Servicio Murciano de Salud (SMS) desembolsó 2.202 millones de euros, 376 millones más de lo presupuestado. El déficit que año tras año genera esta situación derivó antes de la crisis en una gigantesca deuda que solo se consiguió salvar durante lo más duro de la recesión con la puesta en marcha, por parte del Gobierno central, del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y los planes de pago a proveedores.
Pero el problema no solo persiste a día de hoy, sino que amenaza con empeorar si no se aprueba un incremento presupuestario en 2020 que permita reducir la brecha y no se revisa, además, el sistema de financiación autonómica. Porque, mientras las partidas siguen por debajo de los niveles de 2010, el gasto real sí ha superado las cifras de hace una década.
En 2018, el Servicio Murciano de Salud gastó 376 millones más de lo inicialmente consignado
En su informe, la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública destaca que las trece comunidades autonómas que hasta el momento han aprobado los presupuestos para 2020 aumentan la inversión pública en el sistema de salud, excepto Canarias. El resultado es un incremento global de casi el 1% con respecto a 2018.
La comunidad con menor presupuesto per cápita sigue siendo Cataluña, mientras País Vasco se sitúa en cabeza. La diferencia entre ambos territorios es de 616 euros por habitante al año. Los desequilibrios se agrandan, advierte la FADSP. La diferencia es «excesiva y no está justificada desde el punto de vista sanitario, siendo lesiva para la cohesión y la equidad territorial» La disparidad en los presupuestos «hace imposible, en la práctica, que se den las mismas prestaciones con igual nivel de calidad», señalan los autores del informe.
Gasto farmacéutico
Además, «hay que tener en cuenta que el gasto farmacéutico no ha parado de incrementarse desde 2014 (un 33,1% en cuatro años)», a lo que hay que sumar un aumento interanual del 4,9% en el pasado mes de octubre, señala el informe. Detrás de estas fuertes subidas está sobre todo el gasto farmacéutico hospitalario. En concreto, el desembolso en esta partida se ha disparado un 53% en la Región desde 2010, según datos del Servicio Murciano de Salud.
Para la Consejería, es fundamental buscar fórmulas que hagan sostenible la incorporación de nuevos fármacos cada vez más caros. Los tratamientos de inmunoterapia supusieron el año pasado 50 millones de euros, y a ello hay que sumar 130 millones en medicamentos biológicos para enfermedades crónicas como la psoriasis, asma severa, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn. Los incrementos anuales en farmacia hospitalaria son del 8% al 10%, lo que supone «un riesgo para la sostenibilidad del sistema», advierten en el SMS. De ahí que sea necesario un «cambio de modelo» en la relación con la industria. En concreto, se apuesta por fórmulas como el riesgo compartido, de forma que las empresas farmacéuticas asumirían parte del precio de aquellas nuevas terapias que no den los resultados esperados.
La FADSP advierte de que el incremento de los costes en farmacia lleva a que el presupuesto «disponible para asistencia sanitaria haya disminuido globalmente». Además, esta federación, que agrupa a las asociaciones en defensa de la sanidad pública de toda España, señala como «preocupante» que cuatro comunidades mantengan de momento sus presupuestos prorrogados. Se trata de Cataluña, Castilla y León, Madrid y Murcia. En los tres últimos casos, los gobiernos autonómicos de Ciudadanos y PP están todavía negociando la aprobación de las cuentas.
A la espera
Numerosas inversiones dependen en la Región de que haya nuevos presupuestos. La Consejería de Salud ha anunciado como prioridad para esta legislatura los nuevos centros de alta resolución de Murcia, Jumilla, Águilas y Cartagena (Rosell), pero en los tres primeros casos los proyectos están todavía en fases iniciales, después de que en anteriores presupuestos las partidas quedasen sin ejecutar. En Murcia, el centro de alta resolución del área del Morales Meseguer lleva pendiente más de una década. Después de que el Ayuntamiento haya despejado el último de los obstáculos urbanísticos con la aprobación de un cambio de uso en la parcela en que se levantará el edificio, las obras podrán comenzar siempre y cuando haya dotación para ello. En cuanto al Plan de Mejora de la Atención Primaria (Paimap), se necesitarán fondos para los prometidos refuerzos de personal en consultorios y centros de salud.
Las nuevas cuentas deberán además incorporar el incremento necesario en el capítulo de personal para que 7.200 interinos y eventuales del Servicio Murciano de Salud empiecen a cobrar el complemento de la carrera profesional, tal y como han dictaminado los tribunales. Con unas cuentas prorrogadas que no recojan aumentos en esta y otras partidas, el incremento del déficit en el Servicio Murciano de Salud está asegurado.
Una financiación suficiente y finalista para evitar desigualdades
La infrafinanciación es un problema crónico de todo el Sistema Nacional de Salud, pero afecta más a unas comunidades que a otras. Murcia sale especialmente mal parada, como deja patente la enorme diferencia entre las cantidades presupuestadas cada año y el gasto real. Para acabar con las diferencias territoriales y asegurar la sostenibilidad del sistema, la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) pide incrementar la financiación destinada a la sanidad y hacerla «finalista».
El modelo actual de financiación permite que cada comunidad distribuya según su propio criterio las transferencias globales recibidas desde el Estado. La FADSP señala que «sería preciso incrementar la financiación sanitaria y hacerla finalista para paliar estas excesivas desigualdades». La posibilidad de establecer esta fórmula se ha abordado en diversas ocasiones en el Consejo Interterritorial de Salud, aunque por el momento no se ha llegado a acuerdos.
A la espera de que Murcia, Madrid, Castilla y León y Cataluña aprueben las cuentas para 2020 si sus gobiernos consiguen mayoría parlamentaria suficiente para ello, de momento las diferencias aumentan con respecto a años anteriores, advierte la FADSP.
«Se produce un aumento de los presupuestos sanitarios de las comunidades, aunque la distribución de este incremento ha sido muy variable entre ellas, de manera que dos (Cataluña y Murcia) continúan por debajo de los valores de 2010», señala la federación en su informe. De esta manera, se «evidencia» que persiste «una gran diferencia entre los presupuestos por habitante y año de las comunidades, diferencia que aumenta y es claramente excesiva».
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