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«Es un premio al trabajo de todas las mujeres en las hermandades»

«Es un premio al trabajo de todas las mujeres en las hermandades»

María Pla Pérez, nazarena de Honor 2019 en Jumilla

Lola Tomás

Lunes, 31 de diciembre 2018, 11:09

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Tras casi cuatro décadas dedicada a la Semana Santa de Jumilla con devoción y haber pasado por distintos cargos en la junta central que la gestiona y organiza, la jumillana María Pla ha sido nombrada Nazarena de Honor para este 2019, un reconocimiento que le notificaron hace un par de meses y que, confiesa, le ha costado mucho mantener en secreto. «Ni a mi familia se lo dije», reconoce casi con orgullo.

-¿Qué supone este título para usted como mujer?

-Me hace muchísima ilusión, es una gran alegría y estoy muy agradecida porque esto supone un reconocimiento al trabajo de la mujer en las hermandades, ya que cada vez más las mujeres estamos presentes en las juntas directivas de las cofradías. Cuando yo entré en el año 1989, solamente estábamos Consuelo Martínez y yo. Ahora, cuando se hacen asambleas de la junta central, ya somos ocho o diez. Sí que de manera lenta, es verdad, pero se va reconociendo el papel de las mujeres en la Semana Santa, que no es solamente el de sacar la túnica y plancharla o tener a punto los santos y las tulipas. Ahora el compromiso de las mujeres es mucho mayor, por eso es justo que se reconozca el papel y la labor de todas ellas.

-Ya tocaba que el cargo lo ostentase una mujer, ¿no?

-Sí que tocaba, la verdad, porque de los 26 Nazarenos de Honor que han sido nombrados por parte de la junta central de la Semana Santa, solamente hay dos Nazarenas de Honor, la señora Consuelo Martínez, que en su día era la presidenta de la Virgen de la Soledad, y ahora yo. Es un reconocimiento a un trabajo que he hecho pero que nadie me ha impuesto; al revés, lo he hecho encantada, muchas hermandades han contado conmigo, la verdad es que estoy en 'tos' los charquicos y muy a gusto.

-¿Cuándo empezó a dedicar su tiempo a la Semana Santa?

-Fue a principios de los años 80 y de la mano de mi gran amigo Pepe Carrión, que me propuso incorporarme a la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Vida. Luego, en el 89, los estatutos de la junta reflejaban la figura del vocal electo y mi hermandad me propuso como tal, así que estuve participando como tal durante la presidencia de Vicente Canicio, y luego en las directivas de Joaquín Valero, en la de Pepe Martínez Ortuño como vocal de actos culturales y con Eduardo Spiteri fui secretaria.

-Usted ha formado parte de las directivas de tres presidentes distintos. ¿Impone cada uno de ellos su sello particular?

-Imponen su sello, pero el paso del tiempo hace que las cosas vayan cambiando. No es lo mismo la Semana Santa de principios de los 90 que la del siglo XXI, ni la gente es la misma, ni los valores que la propia sociedad impone a todo. Hay que ir con el paso del tiempo y, evidentemente, cada uno de ellos le pone su impronta personal.

-¿Ha cambiado mucho la Semana Santa desde que usted empezó a dedicarse a ella?

-La evolución hace que todo se viva de distinta manera, antes había mucha más gente en la calle, ahora se ve menos, salían también más nazarenos, ahora se nota un poco de retroceso. Pero en lo que sí hemos evolucionado ha sido en patrimonio, porque cada vez va creciendo más, y no solo lo hace en número sino también en mayor calidad en imágenes.

-¿Cree que la Semana Santa de Jumilla obtendrá la declaración turística internacional?

-Por supuesto, además creo que nos toca, nos corresponde ser los cuartos de la Región después de que se la hayan dado a Murcia, Cartagena y Lorca. Jumilla se la merece porque tenemos además música propia, banda sonora propia y grandes compositores, y de eso pocas pueden presumir.

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