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Un escolar utiliza un móvil durante una clase. Fotolia
La posible prohibición del móvil en los centros divide a la comunidad educativa

La posible prohibición del móvil en los centros divide a la comunidad educativa

La ministra Celaá anunció ayer que estudia vetar los teléfonos en el aula, pero la Consejería cree que su uso ya está bien regulado en la Región

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Sábado, 8 de septiembre 2018, 13:35

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La ministra de Educación reabrió ayer el encendido debate sobre la prohibición del uso del teléfono móvil en colegios e institutos, al afirmar que el Gobierno central estudia vetar los terminales en las aulas de los centros educativos. Un anuncio que divide a la comunidad educativa de la Región, y que la consejera de Educación, Adela Martínez-Cachá, consideró innecesario en la Comunidad, «donde el uso del móvil está perfectamente regulado desde hace años». El curso ha comenzado en Francia con la prohibición de los teléfonos en los centros educativos, un veto que se extiende al patio y a las actividades extra escolares. La medida fue aprobada el pasado junio en la Asamblea Nacional francesa en medio de una fuerte controversia que ayer comenzó a reproducirse en la Región, después de que la ministra dijera, en una entrevista a la Agencia Efe, que la prohibición acordada en Francia «es una cuestión interesante y a estudiar porque tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología. Hay que reflexionar sobre si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción. Hemos encontrado opiniones fuertemente encontradas. Lo vamos a estudiar con expertos. En algunos casos, el móvil ayuda, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo», dijo Celaá.

La consejera de Educación insistió en que el uso de los 'smartphones' ya está regulado en la Región desde hace años, y restó importancia a las declaraciones de la ministra: «Hacen muchos anuncios y no concretan ni trabajan con las comunidades. Cualquier cambio debe partir del consenso y el diálogo con las comunidades». Los padres y profesores de la Región, por su parte, se mostraron partidarios ayer de abrir el debate, pero, de inicio, son contrarios a la prohibición absoluta.

En la Región, el uso del móvil en el aula está regulado en el decreto de convivencia vigente desde hace dos años. La normativa, de obligado cumplimiento en todos los colegios e institutos de la Región, detalla sanciones leves, graves y muy graves para los alumnos que hagan un uso indebido de su móvil en el centro educativo. El mero hecho de grabar o difundir imágenes o comentarios relacionados con la vida escolar constituye una falta grave, con sanciones como la prohibición a asistir a las actividades extraescolares, el cambio de grupo durante quince días, la expulsión durante ese periodo o la realización de tareas fuera del horario lectivo. La grabación o difusión de hechos «que atenten contra la integridad o dignidad de la persona, así como los que tengan un componente sexual o violento», constituyen una falta muy grave que puede acarrear la expulsión.

Con todo, no está prohibido -salvo que así lo haya decidido expresamente el propio centro- que los estudiantes lleven el móvil al centro educativo, aunque no pueden usarlo en clase, salvo indicación expresa del profesor y con fines docentes.

Con fines pedagógicos

Para el presidente de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Secundaria de la Región, Raimundo de los Reyes, la prohibición no es apropiada. «Hay que educarles en el uso de las tecnologías, pero prohibir no tiene sentido. Se trata de educar a los chavales», destacó. Una opinión compartida por la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, quien cree que «las posiciones coercitivas no suelen ser productivas. El uso del móvil está regulado en los centros, y los chavales lo saben», destacó Francisca López, quien coincide con los docentes y la Administración regional en resaltar que no puede dejarse de lado el uso de los móviles con fines pedagógicos en el aula, y en destacar que no se puede «dar la espalda a los avances tecnológicos». Desde la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, también destacaron la necesidad de muchos chicos de disponer de un medio de comunicación con sus familias en el caso de que residan lejos del centro y tengan que recogerlos.

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