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Los niños vendimian con mimo los racimos de uva, con la colaboración de sus padres.
El milagro del vino
PLANES

El milagro del vino

Los niños descubren con sorpresa cómo se elabora, en una jornada dedicada a vendimiar en familia, y gozan con la 'pisá'

PEPA GARCÍA

Viernes, 3 de octubre 2014, 01:11

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Algunos no han visto de cerca en su vida una viña ni, mucho menos, un lagar o una prensa. La mayoría conocen las uvas empaquetadas que sus familias compran en las grandes superficies o, como mucho, los racimos sueltos adquiridos en fruterías tradicionales y mercados. Por eso la 'Vendimia en familia' que este año ha organizado la cooperativa Bodegas San Isidro de Jumilla abre a los niños una ventana a un mundo desconocido y les acerca a la tierra.

Alrededor de 10 familias, padres e hijos, componen el grupo de aprendices, instruido, guiado y supervisado por el equipo de enoturismo de BSI. En esta ocasión son Juan Guardiola y Trinidad Martínez los encargados de convertir a auténticos urbanitas en perfectos vendimiadores por un día. Lo primero, enseñar el manejo de las tijeras de podar, que todo tiene su truco. «Hay que cogerlas dejando la parte ancha abajo», indican. Luego, saber cuál es la forma más adecuada de cortar: «Con la otra mano hay que sujetar el racimo, para impedir que se caiga y golpee, y para evitar herirse con las tijeras», va detallando Juan. Y, advierte, que el rabo del racimo hay que cortarlo lo más pegado posible al tronco, para no dañar la vid de cara a futuras cosechas.

La guía

  • FICHA

  • Cómo llegar

  • - Tomen la autovía A-7 en dirección a Albacete y desvíense cuando encuentren la salida hacia Jumilla. La Autovía del Altiplano les lleva hasta el municipio. Cojan la primera salida y, a la izquierda, encontrarán Bodegas San Isidro (BSI).

  • Recomendaciones

  • - Lleve calzado adecuado para el campo y ropa que no le importe ensuciar.

  • Cómo participar

  • - Bodegas San Isidro. Ctra. Murcia, s/n. Jumilla. Vendimia en familia, sábados y domingos, hasta el 19 de octubre (a las 10.30 h.). Reservas en Oferplan (http //oferplan.laverdad.es/) a 37 euros por familia (2 adultos y hasta 3 niños) o en el 968 780700 y enoturismo@bsi.es (50 euros por familia).

  • Dónde comer

  • - Casa Sebastián. Avda. Levante, 6 (mercado de abastos). Jumilla. 669 860992 y 968 780194. Especialidades gazpacho jumillano con medalla de oro (por encargo), arroz y conejo con caracoles, fabada de la casa, garbanzos estofados, pelotas jumillanas, manos de ministro (manitas de cerdo), oreja de cerdo al vino, morros con garbanzos... Postres caseros. Precio medio

  • - Los 3 Soles. Calle Pascual, 15. Jumilla. 606 025822. Comida a base de tapeo y pinchos. Especialidades jorgito (tomate a la plancha con rulo de cabra y pimienta verde), oveja salá (queso de caña de oveja), coca jumillana (de verduras y anchoa), cristal de ventresca,... Dispone de zona de ocio infantil, 'El crustáceo crujiente'. Es preciso reservar. Precio medio

Tras la primera lección, los pequeños vendimiadores reciben los aperos, capazo y tijeras, y se disponen a trabajar. La recolección de la uva se convierte en una competición, la de ser los primeros en llenar los capazos para llevarlos al lagar. Pero, eso lo saben, en el proceso tienen que poner mucho cuidado y mimo.

Entre racimo y racimo, surgen dudas y preguntas. «¿Estas uvas se pueden comer?», interroga un inquieto pequeño. La respuesta afirmativa de Trinidad anima a casi todos a echarse un grano a la boca. Su extremo dulzor y su recio pellejo les llama la atención, pero enseguida aprenden que la variedad de uva para la fabricación del vino no es la misma que la de mesa.

Con el capazo lleno, el grupo se encamina hacia el lagar. Y la emoción se dibuja en sus rostros. Con las botas de agua puestas y, algunos, hasta con chubasquero, van entrando en el redondo lagar para extraer el jugo. «Tenéis que girar todos en el mismo sentido, el de las agujas del reloj», ilustran los guías. No hay que correr, sino caminar dando pasos cortos y apretando para que la 'pisá' surta el efecto deseado. Este es un paso en el que participan todos, padres e hijos, con la misma curiosidad, y gracias al que los más pequeños descubren cómo era el proceso artesanal que antes se llevaba a cabo para hacer vino.

Cuando la uva está bien machacada, todavía queda prensarla. Y, cómo no, son los propios niños los que van girando la palanca del tornillo para extraer hasta la última gota de mosto de la tina repleta. El objetivo es dejar el hollejo completamente seco. Ya solo queda filtrar el mosto para poder probarlo.

Y, tras el duro trabajo, hay que reponer fuerzas. Una degustación de migas ruleras, acompañada con mosto para los niños y vino para los adultos. Es el premio a tan laborioso esfuerzo: un almuerzo campero. «Los niños se sorprenden mucho con el sabor del mosto, tan dulzón que casi parece almíbar, y les asombra que ese zumo acabe convirtiéndose en vino», cuentan los guías del pizpireto grupo.

Aún queda la visita a la bodega, para conocer cómo es el proceso productivo a gran escala. Ver caer la explosiva carga de racimos en la tolva; observar cómo se separa el grano del raspajo; comprobar cómo se extrae el mosto-yema o mosto-flor -el mismo que probaron en la degustación-; alucinar con las montañas de orujo; mirar al suelo para descubrir el burbujeante proceso que obra el milagro del vino, envueltos por el dulzón aroma del mosto; y seguir, caminando, los pasos del trasiego del vino, para llegar a la zona de crianza y moverse entre los enormes barriles de madera de roble americano o francés. Un paseo que es toda una experiencia y que acabará en el aula Veritas, descubriendo los sabores de Jumilla: los de los embutidos típicos de la gastronomía jumillana y los de los cada vez más exquisitos vinos que se elaboran en sus bodegas. Buen provecho, y no vayan a olvidar que llegaron con niños.

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