Borrar
Vista general de parte de los cultivos de la finca.
Hanami en el Altiplano

Hanami en el Altiplano

La finca jumillana Toli invita a gozar de las bellas flores del cerezo en una velada nocturna con buen vino, poesía, música y piscolabis

PEPA GARCÍA

Lunes, 5 de mayo 2014, 20:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Esta semana, con la primavera ya estrenada, les aconsejo que hagan un alto en el ajetreado camino diario, dejen atrás el estrés y las prisas, y se den un respiro para disfrutar de la belleza de la vida. La invitación es de la Finca Toli, una explotación agrícola con 40 hectáreas de cerezo, unos 25.000 árboles, que estos días se muestran en todo su esplendor. Sus propietarios, enamorados de las enormes flores níveas de sus cerezos, han decidido compartir el placer que, después de 25 años, sigue produciéndoles pasear entre las ramas desnudas de hojas pero cuajadas de flores y capullos que las abejas se afanan en polinizar.

Cómo llegar

  • Hay que coger la A-30 en dirección a Albacete y tomar la salida 112 que les conduce por la Autovía del Altiplano hasta Jumilla. Una vez en la localidad, deben tomar la carretera que va hacia Fuente Álamo. En el km 6,5 encontrarán un cartel indicativo de Finca El Toli, sigan la dirección que marca y llegarán a la nave en la que se procesa la fruta que se recoge en el paraje La Aragona.

Para hacerlo han organizado para mañana, a las 20.30 horas, la fiesta de hanami, una celebración japonesa que se remonta en el tiempo más de mil años y que en el país del sol naciente cuenta con una participación masiva que plaga los jardines de todo Japón de grupos de personas haciendo picnics con el único fin de tumbarse bajo las flores, observarlas y relajarse.

Hay que llegar a Jumilla y coger la carretera que va hacia Fuente Álamo, hasta encontrar un cartel de Finca Toli que les desvía hacia la izquierda. Allí les recibirán Pedro y Agustín Carrión, propietarios de la finca, dispuestos a convertir este respiro cotidiano en una experiencia única en la que, como hacen los japoneses, se pueda reflexionar sobre la belleza de la vida, lo efímero de las cosas, la vulnerabilidad de los seres vivos y el valor del tiempo con la llegada de cada nueva primavera.

Fiesta de hamami

  • Finca Toli Frutas. Carretera Jumilla-Fuente Álamo, km. 6,5, paraje La Aragona. Jumilla. Cuesta 10 euros e incluye degustación gastronómica maridada con Sabatacha y Gémina de Bodegas San Isidro, música en directo y recital de poemas al aire libre y bajo las ramas florecidas de los cerezos en los campos iluminados por candelas. Mayores de 15 años. Para inscribirse sakura@fincatoli.es o 687 510 489

Bajo una luna en cuarto creciente y alumbrados por la titilante luz de las candelas podrán tumbarse o sentarse protegidos por las ramas del cerezo en flor hasta donde alcanza la vista, mecidos por la música interpretada en directo y espoleados por poemas que se recitarán durante la velada como en toda buena 'yozakura'. También podrán dejarse transportar por la imaginación y el escenario de ensueño, guiados por el suave aroma de los pétalos del cerezo.

Y como todo buen hanami nocturno -yozakura- no puede faltar la degustación gastronómica a cielo abierto, en esta ocasión, maridada con los caldos de la D.O. Jumilla Gémina y Sabatacha, de Bodegas San Isidro, en lugar del sake que tradicionalmente beben los japoneses.

Recomendaciones

  • Si decide acudir a la fiesta de hanami, puede aprovechar para comer en Jumilla y pasearse por su casco antiguo. Es muy recomendable visitar el Museo Arqueológico y también el Museo Etnográfico y de Ciencias Naturales, y recorrer la plaza de Arriba, el callejón de la Aurora y la calle Del Rico para ver las fachadas de las casas más antiguas o recorrer la calle Cánovas del Castillo y la plaza de la Constitución, donde destacan las fachadas modernistas.

Con una vida breve, entre 8 y 10 días se mantienen las flores de cerezo en plenas condiciones, para luego dejar volar sus pétalos arrastrados por las brisas del Altiplano y transformarse en las dulces, brillantes y tentadoras cerezas, las 'sakura' -flores de cerezo en japonés- son vistas como una metáfora de la fugacidad de la vida y no solo son admiradas en Japón, sino en todos los rincones del mundo donde crecen estos frutales. En España, sin ir más lejos, el extremeño valle del Jerte ha convertido esta floración en su bandera y emblema, y atrae a miles de turistas todos los años para participar de este breve espectáculo natural.

Dónde comer

  • Restaurante San Agustín. Avda. Asunción, 64. Jumilla. 968 781 314. Precio medio 25-30&euro

Precisamente para responder a las peticiones que vecinos y clientes no se cansaban de hacer a los hermanos Carrión para pasearse por su finca bajo la aromática bóveda floral en que se convierten sus cultivos entre mediados de marzo y principios de abril, se han lanzado a proponer esta actividad que solo la climatología adversa puede evitar. «Este es el segundo año que organizamos la fiesta de hanami, pero, al final, el año pasado no se pudo llegar a hacer por el mal tiempo», recuerda Agustín, que espera que este año la meteorología respete la puntual cita con las hermosas flores del cerezo, abierta a todo el que lo desee, siempre que tenga cumplidos los 15 años.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios