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jam albarracín
Sábado, 23 de mayo 2015, 00:10
Nacido en Baracaldo, criado en la Comunidad de Murcia y residente desde hace años en París, Toni Bélmez se expresa artísticamente como Rubeck, enunciado con el que lleva funcionando desde el año 2000 y bajo el que ha publicado dos álbumes, algunas demos y varias piezas de videoarte, siempre con la electrónica más audaz y sensorial como base sonora. El más reciente, The incident (2014), es una auténtica gran obra de arte -ya desde su concepto y packaging- de 13 pistas en donde techno, IDM, cold pop y ambient oscuro se entremezclan para destilar un cóctel de alta inspiración, brillantez y elegancia. El álbum, incluido entre los mejores de 2014 por Elena Gómez (Atmósfera, Radio 3), se presentó en directo en la galería Schumm-Braunstein de París, si bien mañana sábado en el Centro Párraga, dentro del evento Diaspora2, organizado por el templo de la electrónica en Murcia, Ocio Bar, lo que ofrecerá será Live pour Flora, un live-act con visuales de la malograda fotógrafa francesa Flora Coll.
-¿Cómo entiende la música Rubeck? ¿Existe una visión espacial?
-Es complicado decirlo. Para mí la música es todo. Está en todas partes. En mi música hay siempre algo cinematográfico. Supongo que esto la dota de un espacio y un tiempo concretos y a la vez intercambiables. Ahí entra la experiencia del oyente y la mía propia. Me gusta pensar que lo que yo escucho no tiene nada que ver con lo que escuchan los demás aunque sea lo mismo. Es lo bonito de la electrónica y del diseño de sonido. Hay tantas cosas con las que jugar
-¿Hay un concepto general sobre el que verse The incident?
-Hubo una idea que está presente a lo largo del disco. El tema que le dio forma fue This Leak. Grabé una llamada telefónica de un programa de una emisora de radio de San Francisco. Me gusta grabar voces para jugar con ellas en mis composiciones. El programa era presentado por un abogado que recibía llamadas de gente buscando asesoramiento en temas legales. El señor que habla en This Leak cuenta que había comprado un camión hacía unos años pero que con la crisis había perdido su empleo, su casa, todo. En ese momento vivía en el camión pero al haber dejado de pagar las letras, le pedían que lo devolviera y no podía porque estaba viviendo en él. Su consulta para el abogado era si podía ser detenido. En el momento en que comencé a componer el disco, estaba en España y comenzaban a verse los efectos de la crisis. Los aspectos socioeconómicos del país influyeron en gran parte en la idea del disco, incidentes que pueden dar la vuelta a nuestra vida de una manera brutal. El disco está inspirado en incidentes, crisis y oportunidades. Todo muy negativo, muy oscuro, pero donde a la vez se puede encontrar algo luminoso y bello.
-Escuchando, viendo, tocando The incident, me parece claro que está planteado como una obra de arte contemporáneo, con la música como elemento aglutinador. ¿Es ese el planteamiento?
-Probablemente sea la porosidad propia al arte contemporáneo, el hecho de ser permeable a otros campos, lo que le haga ver The incident como un elemento aglutinador, y estoy de acuerdo con eso. En estos tiempos, la música es lo más sencillo de copiar. Nos hemos vuelto terriblemente impacientes y olvidamos ese silencio preliminar a la escucha en el que se descubre un objeto, se le toca, se le explora. La idea era entonces que se tratase de un objeto único, 500 cajas numeradas y ensambladas a mano, que el disco fuese un lugar de encuentro entre artistas, e incluso invitar a la persona que lo compra a completar la obra con un lápiz que viene incluido en la caja para No, no voy a revelarlo todo.
-Las etiquetas siempre son imprecisas y están sujetas a modas. En cualquier caso, ¿cree que IDM o intelligent techno siguen siendo aceptables para catalogar su música?
-Exacto. Las etiquetas son casi siempre imprecisas. No se puede decir mejor. En The Incident hay IDM, pero no solo. Si hoy decimos que Rubeck factura IDM, no es verdad, pero tampoco es falso. Aunque las etiquetas pueden ayudar a definir lo que uno hace. Yo no puedo evitar utilizarlas cuando hablo con amigos, pero no soy bueno en eso. Acabo utilizando ocho, nueve, diez... Yo no confío en ellas a no ser que vengan de un conocido. En Beatport, por ejemplo, catalogan The Incident como minimal. Es absurdo. Cuando compro música en Beatport nunca uso el minimal como filtro. Me gusta lo que hago, y con el sistema de Beatport, me lo estaría perdiendo. Son cosas del negocio, supongo, todo debe estar medido.
-Si me permite la observación, su música suena muy europea. ¿No le interesa el house?
-Siempre me ha interesado más la escena musical europea y desde joven me atraen los sonidos oscuros. Grupos como Joy Division y Bauhaus, Depeche Mode y OMD, los primeros Tangerine Dream y Kraftwerk, las atmósferas del afterpunk, de los new romantics, del techno pop, las texturas oscuras e industriales a lo Einstürzende Neubauten... pueden encontrarse en el electro y el techno europeo pero nunca las he encontrado en el house. El house por lo general me dice poco. Hay excepciones. Cuando Robert Solheim hace house hay que quitarse el sombrero. Pero no es realmente house, hay algo más. Etiquetas...
-Si aceptamos que sus inicios fueron más abstractos y onda Warp, ¿de qué artistas o sellos se siente cercano actualmente Rubeck?
-Sigo comprando discos de Warp actualmente, pero es cierto que no estoy cerca de lo que hacen. Me puedo sentir más cercano a sellos como Datapunk (Anthony Rother) o International Deejay Gigolos (Hell) en cuanto a estilo. Aunque me siento bastante lejos de ellos a la vez. Me gusta lo que hacen Apparat y Modeselektor y ambos como Moderat. En las melodías y las atmósferas me siento cercano a ellos, pero si escuchas sus discos y los míos no tienen casi nada que ver.
-¿Qué adelantarnos del directo que ofrecerá en Murcia? ¿Llevará visuales, algún vocalista o invitado puntual?
-En Murcia presentaré Live pour Flora, con visuales de la fotógrafa francesa Flora Coll. El proyecto se presentó en París en noviembre de 2014. Flora falleció en 2008, a los 35 años. Había estado viviendo en Barcelona donde realizó una serie de fotografías tomadas desde su silla de ruedas y a la que llamó Autopropulsión. Ella quería publicarlas en un libro del mismo título y había hecho una maqueta del mismo. Conocí a su hermana Sandrine en mi concierto de presentación de The Incident en París. Unos meses después me propuso usar los vídeos rodados en Super 8 y las fotos de Flora para hacer un directo con motivo del mes de la foto también en París, donde habría una exposición con las fotos de Autopropulsión y se presentaría el libro. Esta va a ser la tercera vez que haga Live pour Flora pero no será idéntico. Nunca hago el mismo directo dos veces.
-¿Sigue de algún modo la escena musical murciana? ¿Qué recuerdo guarda de aquella época entre décadas 90-00 de la que usted formó parte?
-¡Claro! Pero sobre todo la escena electrónica murciana. Veo los posts de Ocio, de Aquavit Records, de amigos, hablo con ellos, sigo de cerca a artistas como Fur Voice, visito las webs de algunos periódicos, blogs El SOS ha dado también un empujón importante a Murcia y ayuda a mantenerse más o menos en contacto. La escena de finales de los 90 la recuerdo con muchísimo cariño. Éramos una gran familia, con nuestros más y nuestros menos. No puedo olvidar lo que hicimos con Eleva, los fanzines como Oh, La La!, grupos como McGuffin y Schwarz, su reseña, señor Albarracín, de mi primera demo Spheres en el 2000
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