«No lo hemos pensado mucho; ahora, a pagar durante seis años»
Carmen se compró la semana pasada el primer coche de su vida, y lo hizo por motivos de trabajo: «Ha sido una cuestión de necesidad»
De incertidumbre, nada. A Carmen y a su padre, Juan, no se les puede hablar precisamente de dudas a la hora de comprar un coche, de guerra de declaraciones en torno al diésel o de esperas interminables para ver si se forma un gobierno que pudiera sacar un plan de renovación de vehículos. Carmen y Juan, sonrientes ellos, estrechan la mano de Salvador, vendedor de Ginés Huertas Cervantes, y salen del concesionario con la documentación del nuevo vehículo recién comprado, un Seat Ibiza blanco que aguarda reluciente a la puerta. «No lo hemos pensado mucho», se sincera el padre. «Teníamos que comprar un coche porque la chica lo necesitaba para trabajar y, ahora que podía, se ha metido». Carmen explica que trabaja como dependienta en un comercio de Torre Pacheco y que el vehículo le viene muy bien para viajar todos los días desde Murcia. Un trayecto que antes le tocaba hacer a su hermano, y ella como pasajera. «Ahora, a pagar durante seis años. Es una cuestión de necesidad», matiza Juan, que precisamente también se compró un coche en el mismo concesionario hace dos años. Tal y como está la situación en el sector, toda una familia VIP para los vendedores de la marca, que se embolsará alrededor de 30.000 euros gracias a la inversión realizada por padre e hija en este tiempo. «Comprar un coche de segunda mano a lo mejor te supone un ahorro de unos miles de euros y a lo mejor en unos años estás tirado. Preferimos comprar uno nuevo», zanja el padre de familia. Y dos, si es menester.
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