Isabel Franco: «No me voy a ir al PP, pelearé para que me readmitan en Ciudadanos»
«Tomé la decisión cuando comprobé que el acuerdo de gobierno con el PSOE era un mal negocio y traicionaba el espíritu de nuestro partido», afirma la vicepresidenta y consejera de Política Social
Tiene forma ovalada el despacho de Isabel Franco (Murcia, 1970), en la quinta planta de la Consejería de Política Social. Como el de la Casa ... Blanca. Obviamente, no tiene tanto poder la vicepresidenta de la Comunidad como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Aunque sí el suficiente como para haber puesto en jaque la moción de censura que su partido, Ciudadanos, presentaba contra su propio gobierno. Para muchos, su nombre estará siempre asociado al transfuguismo. Pero ella, que no lo ve así, se reafirma en su decisión.
–Su nombre quedará marcado para siempre en esta Región, pase lo que pase el jueves en la votación de la moción de censura. ¿Cree que merece la pena?
–Si es por defender el compromiso que adquirimos con la sociedad murciana en mayo de 2019, si es por asumir la responsabilidad que asumimos con el acuerdo de gobierno firmado en junio de 2019, si es por trabajar por las familias monoparentales, por los autónomos y por la transparencia en la Región, le digo que sí, que merece la pena. Claro.
EN CUATRO FRASES
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TRANSFUGUISMO «No es que uno esté en desacuerdo con la moción. Lo está al menos la mitad de nuestro grupo parlamentario»
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COACCIONES DE CUADRADO «Pedimos tiempo para pensar, pero se nos dijo que no se movía nadie sin expresar su postura»
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PROCESO DE NEGOCIACIÓN «En despachos de La Moncloa se urdió un giro radical en nuestros planteamientos»
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RELEVOS EN MADRID «Si Cuadrado y Espejo siguen en el comité permanente, no cambia nada»
–¿No le hacen mella, a usted que usa tanto las redes sociales, los insultos que está recibiendo?
–Le aseguro son muchos más los mensajes positivos que estoy recibiendo estos días que los insultos o reproches. Y vienen de cargos públicos, de concejales, de afiliados de Ciudadanos, y también de personas de la sociedad murciana con distinta ideología que creen que no es el momento de presentar una moción de censura, que no son las maneras y, desde luego, no es la finalidad con la que vino Cs a la política.
–¿Esos mensajes vienen de pesos pesados de Cs en Madrid?
–Alguno sí. Pero que lo digan ellos. Yo no puedo decirlo.
–¿De Albert Rivera?
–Con Albert Rivera hablo frecuentemente, pero de todo esto no he hablado. Tenemos pendiente una llamada.
–¿No hubiera sido más ético hacer como Toni Cantó que, en desacuerdo con las decisiones del partido, ha anunciado que deja su acta de diputado en las Cortes Valencianas?
–Seguir los pasos de Toni Cantó implicaría que la moción de censura saliera adelante y traicionar por completo toda la esencia de Ciudadanos, tal y como la gente la conocía y la votó en las elecciones de 2019. Y supondría que se quedara en la sociedad la imagen de que Cs no es de fiar porque no cumple sus acuerdos.
–¿Se siente una tránsfuga?
–Yo le pido a la sociedad que se plantee una cosa. No estamos hablando de un caso puntual de una persona que esté en desacuerdo con su partido en una cosa y tome el camino por su cuenta. Hasta el momento, la mitad del grupo parlamentario en la Asamblea está en desacuerdo con una decisión, la de la moción de censura, que se ha tomado de espaldas a la Ejecutiva nacional, de espaldas al Consejo General, y que prácticamente a los parlamentarios de Murcia no se nos dio tiempo para pensarlo. Pedimos tiempo para reflexionar fuera del lugar donde estaba teniendo la reunión (la sede de Centrofama), pero se nos dijo que de ahí no se movía nadie hasta que no expresáramos nuestra postura.
–Ha dicho que se sintió coaccionada por el hasta ayer vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado, para firmar la moción de censura. ¿En qué sentido?
–Me sentí coaccionada en el mismo momento en el que se nos impidió reflexionar entre nosotros fuera de la sede. Y me sentí manipulada cuando se decía que el Partido Popular iba a convocar elecciones anticipadas y que la única salida para una situación insostenible era apoyar las dos mociones de censura.
–¿Cuánto duró esa reunión?
–No llegó a media hora. Entre unos que se fueron a fumar un cigarro, y otros que se sintieron manipulados y engañados por el partido y se marcharon...
–¿De quién habla?
–De alguien que creía que la finalidad de todo esto iba a ser quedarnos con la alcaldía de Murcia, y cuando vio que no era así se sintió mal y se marchó. Tuvieron que salir a buscarlo...
–O sea, Mario Gómez.
–(No responde, pero gesticula con la cabeza).
–¿Le parece suficiente la destitución del señor Cuadrado como vicesecretario general? (En el momento de la entrevista, la Ejecutiva de Cs no había acabado).
–Si al final lo que ocurre es que tanto Cuadrado, el artífice de esta chapuza de la moción de censura, como José María Espejo, su cómplice, solo pierden los cargos y se quedan en el comité permanente, no habrán perdido ni un solo ápice de su poder. Y no habrá cambiado nada.
–Cuadrado y Espejo son dos viejos conocidos suyos, pues le han pedido varias veces que ceda la vicepresidencia a Ana Martínez Vidal. ¿Por qué siempre se ha negado a ello?
–Ellos me dijeron en más de una ocasión que el puesto de vicepresidenta lo tenía que ocupar la coordinadora del partido. Yo siempre les he dicho que estaba totalmente de acuerdo con ellos. Y que puesto que yo había liderado la candidatura en las elecciones autonómicas, y que había negociado y firmado el acuerdo de gobernabilidad, efectivamente la vicepresidenta del Gobierno de la Región tenía que ser la coordinadora de Cs en la Región.
–O sea, que pedía que la nombraran a usted coordinadora.
–Pretendieron hacerme responsable de su incapacidad para organizar un proceso de primarias limpio y transparente, en el que los afiliados eligieran democráticamente a la coordinadora autonómica del partido.
–Precisamente las primarias en las que usted fue elegida candidata están bajo sospecha de 'pucherazo'. ¿Tiene usted información que comprometa a Cs?
–Yo era una candidata más junto a otras dos personas. Había otros candidatos para las primarias municipales. El proceso fue exactamente igual para todos. Yo no me acerqué a la sede del partido hasta el día que me informaron del resultado del proceso electoral. Es más, me dijeron que apostarían por mí, pero que tenía que someterme a unas primarias y que tenía que ganarlas.
–¿Puede relatar qué pasa entre el momento en el que usted firma la moción de censura y su comparecencia junto al presidente López Miras para anunciar su voto en contra?
–Yo en aquella famosa reunión presenté mis objeciones, pero dije que si mis compañeros estaban de acuerdo con la moción de censura, yo también. La cuestión es que me marcho de la reunión, por el toque de queda, y no sé cómo termina. Al día siguiente me empiezan a llegar noticias de compañeros de la Ejecutiva nacional pidiéndome información sobre lo ocurrido. Nadie sabía absolutamente nada. Ahí empiezo a preocuparme. Si prácticamente ningún componente de la Ejecutiva tenía la menor idea, ¿quién sabía esto? ¿quién ha decidido esto? ¿con quién se ha consultado esto? Ahí empieza a cambiar mi criterio. Si nadie sabe nada, esto es algo que se ha estado urdiendo entre tres, en los despachos de La Moncloa, sin contar con ninguno de nosotros, pese a que supone un giro radical en nuestros planteamientos y en nuestros compromisos adquiridos. Romper unilateralmente un acuerdo es un torpedo para nuestra credibilidad como partido. Pasan los días y vamos conociendo los detalles del acuerdo con el PSOE. Veo que renunciamos a Transparencia, a Política Social. Que el PSOE se queda con las consejerías más importantes y nosotros renunciábamos a nuestras banderas. Vi que era un mal negocio y traicionaba el espíritu de Ciudadanos. Ahí me decidí.
–Ha sido expulsada de Cs. ¿Piensa integrarse en el PP?
–He recurrido y lucharé con todas mis fuerzas para que me readmitan. No me iré al PP. Mi partido es Cs, no tengo proyecto político más allá de 2023.
–¿Cuándo empieza a deteriorarse su relación personal y política con Ana Martínez Vidal?
–Es que nunca hubo relación. Al principio de la legislatura, yo convocaba reuniones a las que ella no asistía, e incluso recomendaba a los demás consejeros que no asistieran. Cuando fue elegida coordinadora, a pesar de ser la primera persona que la felicitó y de haber quedado a comer para acercar posturas, convocó una primera reunión de coordinación con los consejeros, que yo pedí que fueran más frecuentes, pero ya no hubo más. Hasta el martes de la semana pasada intenté reunirme con ella para hablar de los Presupuestos. Y nada.
–¿Se ha sentido humillada por ella, como denunció la exconsejera Beatriz Ballesteros?
–Si lo hubiera sentido así, lo habría denunciado. Simplemente, no había relación.
–Si la moción de censura fracasa, el Gobierno regional se quedará en una situación complicada, necesitando apoyarse en Vox más que nunca. ¿Por dónde no está dispuesta a pasar?
–Vamos a ver lo que pasa el jueves. Gestionar una pandemia es siempre complicado, con mayoría o sin ella. Lo que urge es aprobar los Presupuestos. Mis compañeros y yo vamos a seguir defendiendo los principios de Ciudadanos y los compromisos con los que nos presentamos a las elecciones autonómicas.
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