A un paso de la ansiada jubilación

Al margen de unos primeros años de adolescencia y juventud dedicados a la agricultura y a la construcción, cuando llegaron los años ochenta comenzó a trabajar en lo que verdaderamente le gustaba: la música y la reparación de instrumentos musicales.

Para ello, montó un negocio en el que vendía desde trompetas para las bandas ciezanas hasta guitarras eléctricas que eran adquiridas por los componentes de los conjuntos musicales de la época. Además, tenía y aún conserva la valiosa habilidad de un auténtico lutier reparando todos estos instrumentos.

Todo esto lo consumaba en la tienda Musical Armonía, en la calle Viriato, por la que pasaron todos los músicos ciezanos de la época. Después, en la década de los años 90 del siglo XX, entró a formar parte de la plantilla municipal y dejó atrás el siempre sufrido mundo del autónomo. «Una época plagada de ilusión y de juventud», señala con nostalgia en el rostro este autodidacta, pero a la vez gran profesional de la música.

Ginés Cano se jacta de haber inaugurado los tres grandes edificios que actualmente se utilizan en Cieza para ofrecer espectáculos: «Puse la música y encendí las luces del auditorio Aurelio Guirao allá por el año 1998; asistí a la remodelación de la Casa de las Artes y de la Música con el auditorio de José Gómez Villa; y fui testigo del gran momento histórico con la puesta de nuevo en servicio del gran Teatro Capitol de Cieza, restaurado y reinaugurado en 2014 por la Doña Sofía, reina de España», cuenta ufano por estos tres hitos.

Ahora y una vez que ha tomado la decisión de jubilarse, a Ginés no le preocupa demasiado lo que puedan ofrecer las administraciones para que las personas mayores puedan entretenerse durante el tiempo libre. Aun no renunciando a los servicios que se ofrecen, por ejemplo, a nivel municipal para que las personas mayores puedan entretenerse, tiene claro que va a seguir haciendo lo que más le gusta; reparar instrumentos, pero esta vez ya de manera altruista, desinteresada.

«Tengo oídas por otros compañeros de que en Cieza se ofertan multitud de cursos y talleres para que las personas mayores se entretengan. Y, de hecho, no renuncio a ninguno de ellos, como podría ser, por ejemplo, aprender a utilizar mejor las nuevas tecnologías o también, por qué no, a cocinar. Pero hoy por hoy –insiste–, lo que me sigue motivando es la música, los instrumentos, hacer que las teclas de una trompeta se deslicen bien o que una guitarra tenga un buen punteo», describe con entusiasmo Ginés Cano.

De esta manera y si la salud se lo permite (lo repite una y otra vez), asegura que piensa darse «el gustazo, durante los años que Dios quiera, de hacer lo que me venga en gana, sin ataduras y sin ninguna clase de obligaciones, pero con la seguridad de ser feliz y de hacer felices a las personas que me rodean».