El pacto regional impulsará la atención a víctimas de agresión sexual en espacios de ocio de la Región de Murcia
El borrador de la nueva estrategia contra la violencia hacia las mujeres prevé convenios con los ayuntamientos ante el aumento de estos delitos
El II Pacto regional contra la Violencia hacia las Mujeres incluirá entre sus novedades acciones específicas de prevención y atención contra la violencia sexual ... en zonas de ocio, especialmente nocturno, y en espacios festivos. Así lo contempla una de las medidas que introduce el primer borrador del documento, que prevé la firma de convenios de colaboración con las entidades locales para este fin en un contexto de incremento de delitos contra la libertad sexual en la Región, con casi 600 casos en los primeros tres trimestres de 2024, más de dos cada día, según las cifras del Consejo General del Poder Judicial, un 22,4% más que en el mismo periodo del año anterior. En este mismo sentido, el pacto incluirá otras acciones de sensibilización especialmente focalizadas en los jóvenes, entre las que destacan las dedicadas a la prevención del impacto negativo del acceso a pornografía y del uso inadecuado de internet. Para ello, se prevé también la promoción de formaciones específicas para el profesorado y los profesionales que trabajan habitualmente con menores.
El borrador del plan, al que ha tenido acceso LA VERDAD y en el que actualmente trabaja la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad con el fin de dar relevo al anterior, caducado en 2022, incluye por primera vez acciones frente a diferentes violencias hacia la mujer como la digital, la vicaria o la económica. El texto subraya también la necesidad de poner en marcha una atención específica en los recursos para víctimas a colectivos de especial vulnerabilidad, «como mujeres mayores, migrantes, drogodependientes, con cualquier tipo de discapacidad, problemas de salud mental, pertenecientes a minorías étnicas y residentes en el ámbito rural».
La redacción, sin embargo, ha despertado críticas por la desaparición de algunas medidas presentes en el anterior documento, así como por la ausencia de actuaciones «estructurales de calado».
Un nacimiento diferente
Lo cierto es que el futuro plan de la Comunidad contra esta lacra presenta diferencias notables respecto a su predecesor. Los cambios aparecen ya desde la misma metodología de concepción. Mientras que el desarrollo del primer pacto estuvo imbuido de un acentuado carácter parlamentario, con cerca de dos años de negociaciones entre los distintos grupos de la Asamblea Regional –pese a que finalmente solo lo firmaron PP y Ciudadanos–, el nuevo nace directamente de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, con un documento de partida sobre el que los miembros del Observatorio de Igualdad de la Región deben proponer modificaciones y mejoras.
El Observatorio, que tuvo acceso al borrador por primera vez el pasado mes de noviembre, está compuesto por representantes de la Federación de Municipios, las organizaciones sindicales, la patronal, asociaciones que trabajan en la protección de la mujer en la Región, el Comité de Personas con Discapacidad –CERMI–, el TSJ, la Guardia Civil y la Policía Nacional, las universidades, el Centro Regional de Estadística y los departamentos del Ejecutivo regional implicados en su aplicación.
Uno de los cambios que saltan a la vista, aparte del que ha experimentado el título, donde se abandona la referencia a la «violencia de género» por un más genérico «violencia hacia las mujeres», radica en su estructura. El nuevo documento reduce la agrupación de las medidas respecto al anterior de siete ejes de actuación a tres: coordinación, trabajo en red y transversalidad; sensibilización y prevención; y asistencia integral y protección. De este modo, desaparecen los dedicados a formación, gobernanza, ámbito laboral –una cuestión que ha generado malestar en los sindicatos– y financiación. Este último eje se abordará en un anexo que mantiene a la expectativa a los integrantes del Observatorio, ya que la dotación dará la medida de la voluntad de cumplimiento del pacto.
Actuaciones en el trabajo
Las actuaciones específicas en el puesto de trabajo, como la negociación de protocolos o la colaboración con organizaciones sindicales y empresariales, pierden peso. Desaparecen, por ejemplo, algunas medidas como la que preveía la dotación de recursos para que el Observatorio de Negociación Colectiva evaluara los convenios colectivos desde una perspectiva de género.
Los cambios
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Simplificación De 7 ejes a 3: El texto elimina los ejes dedicados al ámbito laboral, la formación y la gobernanza del primer pacto y deja pendiente la financiación. Solo algunas medidas de los mismos se integran en los tres ejes existentes.
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Nuevas realidades Otras violencias: Por primera vez se detallan actuaciones específicas para afrontar la violencia sexual, vicaria, digital o económica, así como a prevenir los efectos negativos de la pornografía violenta en los jóvenes.
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Nomenclatura El título: El pacto deja de llamarse «contra la violencia de género» y pasa a ser «contra la violencia hacia las mujeres». No ha gustado a algunos integrantes del Observatorio de la Igualdad.
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Intervención Asistencia y protección: La mayor parte de las medidas para la asistencia y protección corresponden a iniciativas ya en marcha que se mantienen. Los sindicatos han criticado la falta de nuevas acciones «de calado».
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Laboral Planes de igualdad en pymes: Se reducen las acciones en el ámbito laboral. Entre las medidas destaca la concesión de subvenciones a empresas con menos de 50 trabajadores para el desarrollo de planes de igualdad.
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Refuerzo estadístico Más indicadores: Se recogerán estadísticas de más tipos de violencia como la digital, la económica, la vicaria, la sexual, la institucional, la trata, el matrimonio forzado y mutilación genital.
En lo laboral, el nuevo acuerdo centra ahora la atención, casi en exclusiva, en la inclusión de las víctimas en el mercado de trabajo y el fomento de su autonomía. Entre las aportaciones en esta materia, destaca la puesta en marcha de subvenciones a empresas de menos de 50 trabajadores para desarrollar sus planes de igualdad.
En el plano educativo, caen medidas como la introducción de una asignatura de libre configuración en materia de igualdad en Primaria y Secundaria, mientras se mantienen iniciativas para una mejora de la educación afectivo-sexual.
Por otra parte, el pacto apuesta por la recogida de indicadores estadísticos específicos de violencia digital, económica, vicaria, sexual, institucional, de trata, matrimonio forzado y mutilación genital. La Consejería valorará este mes la incorporación de las propuestas del Observatorio, al que volverá a reunir en abril, en el que probablemente sea el último contacto antes de su aprobación.
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